Revista Ñ

El valor de un pequeño retrato de Lucian Freud

- Eduardo Villar

Entre 4,5 y 6,5 millones de libras esterlinas (es decir, entre 5,8 y 8, 3 millones de dólares). Ese es el sorprenden­te precio estimado con el que saldrá a subasta el próximo 5 de marzo en Sotheby’s de Londres “Head of a Boy”, el retrato realizado por Lucian Freud en 1956, que se reproduce aquí. Las astronómic­as cifras que solo marcan un precio referencia­l –es cierto– pero que segurament­e no serán desmentida­s en la puja por el retrato cuando llegue la fecha producen una perplejida­d aun mayor cuando se las compara con las dimensione­s de la obra: 18 x 18 cm. Aunque se trate de la obra de un maestro del retrato y del arte contemporá­neo, no hay forma de explicar por qué razón una tela de dimensione­s apenas mayores que las de un azulejo de cocina puede venderse al precio de unos 40 departamen­tos stándar de tres ambientes en un barrio de clase media de Buenos Aires. Completame­nte ajenos a su belleza y sus valores artísticos, existen, sí, algunos factores que hacen que una obra sea más atractiva que otra en un mercado de arte cuya caprichosa (i)lógica nunca es del todo previsible.

En primer lugar Lucian Freud murió en 2011, es decir que no pueden esperarse nuevas obras suyas. Lo escaso, se sabe, vale más. En segundo lugar, esta es paradójica­mente una obra “nueva” de Freud, al menos para el mercado. De hecho, es su debut en subasta: fue pintada hace 62 años, pero estuvo durante más de 50 años colgada en la pared de una glamorosa mansión de los Montes Wicklow, en Irlanda, lejos de la vista del público, salvo en dos ocasiones: una exposición en Londres en 1974 y otra en Dublin en 2008..

La pintura, además, está atravesada por historias, celebridad­es y personajes de película, por lo que es aún más probable que su precio suba rápidament­e en la subasta. El chico de la pintura es Garech Browne, heredero de la fortuna Guiness, los productore­s de la famosísima cerveza, cuando tenía 17 años. Garech, que murió a los 78 en marzo del año pasado, vivió la mayor parte de su vida en Luggala, la legendaria mansión familiar donde la pintura permaneció hasta ahora.

Años después de posar para el retrato de Freud, se convirtió en mecenas y personalid­ad de la cultura en el Reino Unido. Allí, en Luggala, ofreció fiestas que cimentaron la leyenda de la casa, visitada por actores de Hollywood, estrellas de rock, poetas, políticos, pintores y afines. Se cuenta, por ejemplo, que Los Beatles tomaron ácido allí. Entre muchos otros huéspedes, Luggala recibió a Mick Jagger, Marianne Faithfull, John Hurt, Dennis Hopper, Charlotte Rampling y Michael Jackson. Todo lo que ocurrió allí parece leyenda. En el libro de Robert O’Byrne Luggala Days: The Story of a Guiness House, cuenta el mismo Garech Browne: “Quizá la persona de quien más aprendí fue Lucian Freud. Vino por primera vez a Luggala con su esposa Kitty. Después se casó con mi prima Lady Caroline Hamilton-Temple Blackwood. Estaba pintando mi retrato en Luggala cuando la casa se incendió en 1956, por lo que le dio la versión sin terminar a Caroline y empezó de nuevo. Lucian me presentó después gente muy interesant­e, como Francis Bacon, y me llevó al Louvre”.

 ?? SOTHEBY’S ?? “Head of a Boy”, 1956, de Lucian Freud, en las expertas manos de Sotheby’s. Saldrá a subasta en Londres el 5 de marzo.
SOTHEBY’S “Head of a Boy”, 1956, de Lucian Freud, en las expertas manos de Sotheby’s. Saldrá a subasta en Londres el 5 de marzo.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina