El partido de los Pantera Negra
En 1964, Malcolm X le recriminaba al “integracionista” Louis Lomax: “¿Cómo puede creer un negro que Estados Unidos es su nación? Lo trajeron encadenado; lo sometieron a esclavitud y trabajó como una mula durante 300 años; lo separaron de su tierra, de su cultura, de su Dios, de su idioma. Le enseñaron a hablar la lengua del hombre blanco y a aceptarlo como a su superior. Este es un país de hombres blancos y el negro es sólo un exesclavo que trata ahora de integrarse a la casa del amo”. En 1965, cuando el SNCC (Student Non Violent Coordinating Commitee; desprendimiento del movimiento de Martin Luther King que agrupa principalmente a estudiantes negros) empieza a sentar las bases del nuevo partido que llevará el nombre de “Organización por la Libertad del Condado de Lowndes” o “Partido de los Pantera Negra” (Black Panther Party), los tonos y significados en el lenguaje
de los organizadores cambian drásticamente. Los objetivos señalados por Martin Luther King son cuestionados a través de la confrontación con los datos duros de la realidad. Los líderes de las Panteras entienden ahora que las prácticas gradualistas no solo abordan superficialmente el problema, sino que también evitan la indagación profunda del sistema económico y político estadounidense que consolida el racismo. Las conquistas simbólicas logradas durante la administración Johnson no disimulan el verdadero problema: la extrema pobreza del pueblo negro. Los primeros focos de conflicto aparecen en Berkeley, en la primavera de 1965. En Birmingham, el Ku Klux Klan actúa amparado por el comisionado Bull Connor, disparando a los estudiantes y activistas por los derechos civiles desde autos en movimiento. Grupos de negros armados con rifles patrullan los campus y se enfrentan a las bandas vigilantes de supremacistas blancos. Es la época en que Hunter S. Thompson escribe sobre los Hell’s Angels y Eldridge Cleaver (ministro de Información de los Pantera Negra; nihilista enfrentado con James Baldwin) publica desde la cárcel los primeros borradores de lo que luego sería el urticante manifiesto Soul on Ice.