ISOZAKI, EL ARQUITECTO UNIVERSAL
El Premio Pritzker fue para un creador japonés prolífico. El Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles, el Palau San Jordi de Barcelona, entre sus obras más destacadas.
El arquitecto japonés Arata Isozaki, encargado de diseñar el Palau Sant Jordi de Barcelona, una de las joyas del proyecto olímpico de la capital catalana en 1992, ha ganado el Premio Pritzker 2019, el galardón de arquitectura más importante del mundo. El arquitecto, urbanista y teórico japonés fe distinguido por una obra que supera el marco de la arquitectura para plantear cuestiones que trascienden eras y fronteras , según el fallo del jurado, anunciado el martes en Chicago.
Considerado un visionario por sus colegas, Isozaki siempre se ha enfrentado a su labor como arquitecto con un profundo compromiso con el arte del espacio y con una precisión y destreza demostradas en las técnicas de construcción, en la interpretación de la ubicación y el contexto y en la intencionalidad de los detalles , señala el fallo. Posee un profundo conocimiento de la teoría y la historia de la arquitectura y abraza la vanguardia. No se limita a replicar el statu quo sino que su búsqueda del significado de la arquitectura se refleja en sus edificios, que desafían categorizaciones estilísticas, están en constante evolución y tienen siempre frescura en su enfoque , agrega. Isozaki nació en Oita, en la isla de Kyushu en 1931, empezó a destacarse como arquitecto durante la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial.
Es un arquitecto versátil e influyente y desde sus primeros trabajos, en la década de los sesenta, se convirtió en el primer arquitecto japonés en forjar una relación profunda y duradera entre Oriente y Occidente , señaló el jurado. Con más de cinco décadas de trabajo y un centenar de edificios construidos, la obra de Isozaki ha tenido un gran impacto en el mundo de la arquitectura, al que ha contribuido además con numerosas obras teóricas, exposiciones y conferencias. La heterogeneidad es una de las características de una obra que va desde la reinterpretación de la tradición a la más alta tecnología, como demostró desde su primeros diseños, como la Ciudad en el aire que proyectó en 1961, con la que pretendía racionalizar el caos de Tokio a través de un ordenamiento vertical con edificios inspirados en los árboles.
Algunas de sus obras más destacadas son el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (1986) y la sede de Disney en Florida (1991), mientras que en Europa se destaca el Palacio Sant Jordi, que diseñó para los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 y el museo interactivo Domus de La Coruña. En China ha realizado el CAFA (Museo de Arte de la Academia Central de Bellas Artes de Pekín), inaugurado en 2008, o el Centro Cultural de Shenzhen, de 2007. En Japón construyó la Biblioteca Central de Kitakyushu (1974) y el Museo de Arte Moderno de Gunma, inaugurado en 1974, una clara estructura cúbica que refleja su fascinación por el vacío y la cuadrícula.
En los últimos años ha demostrado un extraordinario dinamismo con obras como el Centro de Convenciones de Qatar (2011) o la espectacular sala de conciertos inflable Ark Nova, diseñada en 2013 junto al artista indio Anish Kapoor, para regiones de Japón afectadas por el tsunami de 2011. Una de sus últimas obras es la Torre Allianz, que abrió sus puertas en Milán en 2018. Isozaki recibirá un premio en metálico de 100.000 dólares, un certificado y, desde 1987, un medallón de bronce en cuyo reverso hay grabadas tres palabras: “firmitas, utilitas, venustas” (firmeza, belleza y utilidad), los principios fundamentales de la arquitectura de Vitruvio.