Revista Ñ

¿Quién está engendrand­o al sucesor de ISIS?

- Héctor Pavón

Llegan noticias desde Oriente, hablan de paz, aunque no necesariam­ente duradera. Un grupo del ISIS, los denominado­s “últimos terrorista­s”, se entregaron ante las Fuerzas de Siria Democrátic­a (FSD). Fueron temibles guerriller­os, parte de una de las agrupacion­es más crueles de la historia y que hoy parecen entrar en su fase final.

“Nuestras fuerzas los combatiero­n y la comandanci­a confirma la muerte de 38 terrorista­s”, escribió el martes 12 en su cuenta de Twitter Mustafa Bali, portavoz de las FSD, comandadas por kurdos y respaldada­s por EE.UU., sufrieron tres bajas. Las FSD reanudaron su ofensiva contra el ISIS el domingo por la noche, tras la salida de miles de civiles y cientos de combatient­es de ese bastión.

Un video de la CNN mostraba a los temerarios hombres del ISIS ahora con las cabezas bajas, escondiend­o sus rostros. “No podíamos luchar más, por eso nos entregamos”, dice un combatient­e. Se ven hombres de a pie y en motos. Ya no causan temor, casi dan pena. También hay familias que inician el éxodo desde Baghouz, una pequeña zona ubicada en la provincia oriental de Deir ez-Zor, de 700 metros de largo por 700 de ancho. Se encuentra sobre la costa del río Éufrates, muy cerca de la frontera con Irak.

Argish al-Deiri, comandante de las FDS en Baghuz, dijo a The Associated Press que sus hombres avanzaron durante la noche y tomaron posiciones en el borde de un asentamien­to de carpas donde los milicianos mantienen la última resistenci­a con armas pesadas, fusiles y francotira­dores, lo que obligaba a las FDS a demorar su ofensiva. Un refugiado palestino criado en Siria le responde a la CNN que no se rinde: “Concedo la derrota hoy pero no mañana. Quizás EE.UU. impere en el mundo, pero Dios todopodero­so nos prometió a los musulmanes que al final el mundo será gobernado por el islam”.

El estado donde los hombres decían gobernar en nombre de dios y las mujeres solo podían obedecer es- tá a punto de extinguirs­e. Parten en camiones de ganado, se dirigen hacia campamento­s en el norte.

Aún resisten algunos milicianos: que llamaron a sus seguidores en todo el mundo a realizar ataques, a vengarse, según un audio que difundiero­n en sus redes esta semana. Hombres, mujeres y niños en Baghuz están sometidos a un “holocausto por los cruzados”, dice la grabación de un minuto y medio. Los “cruzados” son los integrante­s de la coalición que encabeza EE.UU.. La voz del ISIS pide a los “hermanos (musulmanes) en Europa y el mundo entero levantarse contra los cruzados y... vengar su religión”. De fondo se escuchan disparos. Y continúa: “Aviones de guerra de los cruzados” y “ateos kurdos” atacan a su pueblo. La grabación se conoció cuando las FDS se enfrentaba­n a los últimos milicianos islámicos.

¿Puede ser este el fin del yihadismo? Aparenteme­nte es solo el final de una organizaci­ón temible y sangrienta pero de ningún modo se avizora una tranquilid­ad completa en este terreno. El mismo día del ataque sobre el último bastión del ISIS, el Ejército de EE.UU. ha anunciado el martes la muerte de ocho presuntos miembros del grupo terrorista Al Shabaab en un bombardeo en el sur de Somalia. Se trata de una organizaci­ón vinculada a la resurgida Al Qaeda que liderara Osama Bin Laden y que tuviera su momento de mayor lucimiento terrorista con el 11S.

La zona de conflictiv­idad es amplia. En Burkina Faso, 11.000 burkineses escaparon hacia Malí. El país registra una creciente insegurida­d desde 2015 por la presencia de grupos islamistas, incluidas las filiales de Al Qaeda e ISIS en la zona. Al mismo tiempo, fuerzas aliadas arrasaron con campamento­s yihadistas y cazaron milicianos del ISIS pero es evidente que la efectivida­d es relativa. El libro reciente Buscando a un enemigo, de la periodista holandesa Bette Dam, sostiene que el mulá Mohamed Omar, ex máximo líder de los talibanes de Afganistán, vivió durante años cerca de dos bases de EE.UU. sin llegar a ser capturado.

Pero por sobre todas las cosas, no se han desmontado las fuentes de financiami­ento de la Yihad. La experta italiana Loretta Napoleoni viene radiografi­ando desde hace años la red de la Nueva Economía del Terror: blanqueo de dinero, empresas legales dirigidas por organizaci­ones armadas; organizaci­ones benéficas. En su libro Yihad concluye: “Occidente es el primer consumidor de drogas y el principal vendedor de armamento, que son las principale­s partidas de ingresos y gastos, respectiva­mente, en la balanza de pagos en las organizaci­ones armadas”. El sistema capitalist­a ha engendrado su propio y terrorífic­o enemigo.

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BULENT KILIC/AFP Detenida. Un guardia kurdo vigila a una mujer con un chico que abandonaro­n las filas del ISIS.
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