LO QUE MÁS CUESTA APRENDER
A los chinos el español les resulta tan difícil como a nosotros su idioma. Batallan contra las conjugaciones, los sonidos inexistentes en su lengua, la gramática tan ajena. Aquí algunos de los principales desafíos que enfrenta un estudiante:
La pronunciación de la “r” fuerte. Es un sonido extraño, lo practican sin cesar en los cursos. Poder pronunciarla correctamente era, antiguamente, condición necesaria para ser admitido en las carreras de hispanismo.
Las conjugaciones verbales. En mandarín los tiempos verbales se manifiestan al agregar otros caracteres al verbo. La cantidad de tiempos verbales y la existencia del subjuntivo les resulta casi frustrante.
La extensión de las palabras. Les parecen eternas. Los principiantes, al escuchar “territorio” o “Alejandra”, suelen preguntar: ¿es una sola palabra?
Las cifras largas. El sistema de numeración es diferente en mandarín y requiere un esfuerzo mental enorme adaptarse al cambio. Por el ejemplo, en números como el 10 mil, generan otra manera totalmente diferente de nombrarlo (yi wan). La comunicación efectiva. Los estudiantes tienden a concentrarse en la corrección gramatical y a veces tienen poca experiencia para comunicarse en situaciones reales.