Sobre religión y magia
Me parece interesante lo manifestado en el artículo “Como una espiral que siempre vuelve” (Ñ 804), sobre el libro más reciente del historiador israelí Yuval Noah Harari, “21 lecciones para el siglo XXI” (Debate). Sin embargo, quisiera plantear mi objeción cuando se manifiesta: “Narraciones que la humanidad ha creado para justificar, incluso, aspectos irracionales, como la religión, la magia y otros tantos mitos sin más sustento que el consenso colectivo”. En primer lugar, no debe confundirse la religión con la magia, ya que, como señalara Brosnilaw Malinowski en su texto “El arte de la magia y el poder de la fe”, la magia es “un arte práctico consistente en actos que son meros medios para un fin definido que ha de producirse más adelante”, mientras que la religión es “un cuerpo de actos autosuficientes que son ellos mismos la realización de su propósito”. En segundo lugar, los que asumen una actitud despectiva frente a la religión deberían tomar en cuenta las palabras de Emile Durkheim cuando, en “Las formas elementales de la vida religiosa” expresó: “admitimos (. . .) que las creencias religiosas se basan en una experiencia específica cuyo valor demostrativo no es, en un determinado sentido, inferior al de las experiencias científicas, aun siendo diferente”.
RAÚL E. ROCHA GUTIÉRREZ