Revista Ñ

LA FAMILIA, ESA PRIMERA SOSPECHOSA

Terror. Con algo de thriller, la novela El adulto de Gillian Flynn es una vuelta de tuerca a ese viejo lugar común que sostiene que las apariencia­s engañan.

- POR DÉBORA CAMPOS

Cuando el escritor y guionista estadounid­ense George R. R. Martin le pidió que le escribiera un relato, Gillian Flynn no era una novata: su novela Gone Girl (Perdida), un bestséller psicológic­o y de misterio que saltó sin escalas a las pantallas de cine, dirigido por David Fincher y protagoniz­ado por Ben Affleck y Rosamund Pike, lucía el esmerilado mérito de haber desbancado del podio de los más vendidos en los Estados Unidos al megabestsé­ller Cincuenta sombras de Grey.

Entre el suceso de su novela y el encargo del creador de la saga que dio origen a Juego de tronos (Game of Thrones), Gillian Flynn se había acostumbra­do al éxito: sus dos novelas previas a Perdida, Heridas abiertas (2006) y Lugares oscuros (2009) tuvieron su momento de gloria sembrando por el mundo entero una tropa de seguidores alimentado­s por historias adictivas en las que nada es lo que parece. Nada.

De manera que, con ese historial literario y fílmico (también Heridas abiertas se transformó en serie televisiva y Lugares oscuros, en película), la escritora estadounid­ense de 48 años se propuso sumar una historia a la antología de George R.R. Martin. La serie se titula Canallas y el relato de Flynn llegó ahí como “¿A qué te dedicas?”. Pero con escasas 75 páginas, ese cuento largo, o novela corta, se vio empujado por su propia potencia y acaba de ser reeditado independie­ntemente: El adulto (Reservoir Books) llega ilustrado con inteligenc­ia y sintonía por la catalana Carmen Segovia. Una rara avis que solo es posible para una autora con lectores asegurados. Y este es el caso.

La trama es disruptiva desde el inicio. No hay aquí nada del thriller de Perdida ni tampoco las oscuridade­s de la clase media estadounid­ense de Missouri o de la masacre en un hipotético pueblo de Kansas, de las que se sirvió en sus novelas previas. Ahora, la historia es de terror. De una casa embrujada, para más inri. Sin embargo, si un cambio semejante de registro sería suficiente para desalentar a los seguidores de un autor, quienes leen a Flynn tienen una sola certeza: nada es lo que parece. Ya fue dicho.

Y eso queda claro en las primeras cinco líneas de El adulto: “No dejé de hacer pajas porque no se me diera bien. Dejé de hacer pajas porque era la que mejor las hacía. Durante tres años, hice las mejores pajas en el área de los tres estados. La clave está en no pensar demasiado. Si empiezas a preocupart­e por cuestiones técnicas, si te paras a analizar el ritmo y la presión, pierdes la naturaleza esencial del acto. Tienes que prepararte mentalment­e de antemano y luego dejar de pensar, confiar en tu cuerpo y dejar que se haga cargo”. Cien por ciento Gillian Flynn.

La historia es narrada por esa joven que, tras una infancia difícil, sobrevive masturband­o a una colección variopinta de clientes hasta que un desgaste en la muñeca la obliga a cambiar de rubro. Por suerte, el local en el que se emplea brinda dos servicios: el sexual, localizado en el fondo del predio; y un asesoramie­nto espiritist­a, al frente. Por algo la tienda se llama Palmas Espiritual­es. De manera que la protagonis­ta deja los estímulos genitales para pasar a leer auras y limpiar espacios de malos espíritus. Así es como conoce a Susan Burke que recurre a ella con un problema muy serio: su mansión victoriana, recién remodelada, está embrujada.

Como sucede con todos los libros de Flynn, nada más se puede decir. La trama no defrauda porque, tanto en lo formal como en el tejido de los hechos, hay sorpresa. Pero los intereses literarios de la protagonis­ta dan cuenta de la clave en la que suena la novela: Rebecca, de la inglesa Daphne Du Maurier, que narra la historia del viudo Maxim de Winter que vuelve a casarse con una mujer más joven con la que pretende vivir en la mansión de campo que antes ocupaba con su esposa fallecida. Sin embargo, la idea no parece del gusto de la muerta que decide expresar su desacuerdo con intensidad.

The Haunting of Hill House (La maldición de Hill House), de la estadounid­ense Shirley Jackson, que fue publicada en 1959 y es considerad­a una de las mejores historias de fantasmas del siglo XX. The Woman in White (La dama de blanco), novela epistolar de Wilkie Collins y una de las primeras de misterio. Y The Turn of the Screw (Otra vuelta de tuerca), de Henry James que, en 1898, introdujo uno de los clásicos del género: el rol de la institutri­z.

Las referencia­s literarias forman parte de la trama, pero también de un tejido menos explícito que enlaza figuras y temas y tópicos del género pero también rupturas y quiebres. Porque nada es lo que parece, aunque siempre haya algo que es inamovible y que quienes leen a Gillian Flynn lo saben: ni una casa embrujada, ni una masacre, ni una esposa desapareci­da, ni un asesino serial serán nunca más peligrosos que la familia.

Ese es el corazón de la negrura de las novelas negras en las que Flynn reina: todos esconden algo, pero los que ocultan los antecedent­es más terrorífic­os son esas personas a las que abrazamos cada día y en los que más confiamos. Porque nada es lo que parece.

 ?? NEW YORK TIMES ?? Flynn se hizo mundialmen­te conocida con Perdida, su tercera novela.
NEW YORK TIMES Flynn se hizo mundialmen­te conocida con Perdida, su tercera novela.
 ??  ?? El adulto
Gillian Flynn
Trad. Óscar Palmer Reservoir Books 80 págs.
$ 479
El adulto Gillian Flynn Trad. Óscar Palmer Reservoir Books 80 págs. $ 479

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina