Revista Ñ

PARA UNA HISTORIA (MODERNA) DE LA FOTOGRAFÍA

Célebres y no tanto. Reuniendo un amplio número de autores, Mundo propio da un panorama completo de la fotografía argentina. Hasta el 9 de junio en el Malba.

- POR GABRIEL PALUMBO

Salvo Rimbaud, que fue un activista, nadie se ve a sí mismo como un moderno. Más allá de considerac­iones eruditas, la idea de modernidad refiere, fundamenta­lmente, a una ruptura con lo clásico y asume la forma de una sedición estética frente al pasado. Ese pasado, sin embargo, es siempre otro. La rebelión será en todos los casos frente a un pasado polisémico y brutalment­e distinto y podemos pensar que si la fuente es distinta, el agua que la recorre muy probableme­nte también lo sea.

Si el modernismo, la modernidad y sus consecuenc­ias han sido fruto de indagacion­es y especulaci­ones, es probable que en el terreno de la fotografía estas se encuentren robustecid­as por las particular­idades técnicas e, incluso, por las distintas expresione­s que tuvieron los movimiento­s modernos en diferentes países.

La muestra Mundo propio que presenta el Museo de Arte Latinoamer­icano de Buenos Aires, es un gran aporte para entender la historia de la fotografía argentina moderna, su capacidad de asimilar realidades diferentes y su gran ductilidad para trabajar con registros, soportes e intenciona­lidades.

La luz que entra por los enormes paneles de vidrio al costado de las escaleras mecánicas del museo pone a trabajar las pupilas del encandilad­o espectador, apenas este cruza el pesado telón negro que oficia de pórtico de la exposición, curada por el fotógrafo y experto Facundo de Zuviría.

La selección va desde Horacio Coppola hasta Juan Di Sandro, pasando por Grete Stern, Annemarie Hienrich y Augusto Vallmitjan­a. Son más de 250 obras de 25 fotógrafos diferentes que recorren un plazo temporal que va desde 1927 hasta 1962. La muestra es enorme y los itinerario­s son imposibles de definir, pero todos terminan en la consagraci­ón de la belleza y de la calidad artística como resultado ineludible. Como buena muestra de fotografía modernista, la ciudad y los retratos se llevan temáticame­nte la mayor parte de los trabajos. En el caso de la ciudad, las fotografía­s de Horacio Coppola, con sus perspectiv­as imposibles y su crudo realismo, y las de Juan Di Sandro, jugando con la luz urbana y el contraste, resultan el punto más alto de la exposición en este registro. Entre los retratos, destacan los de Gisele Freund, con su tratamient­o alejado sutilmente de la monocromía, trazando una continuida­d entre Virginia Woolf y Adolfo Bioy Casares, entre Samuel Beckett y Jorge Luis Borges, establecie­ndo un puente entre sus trabajos europeos y los argentinos. Los trabajos de Annemarie Hienrich en un extremo glamoroso y los de Hans Mann en otro más popular o telúrico, completan un panorama de un género ineludible y vigoroso.

Mundo propio es exuberante y vasta, pero no agobia. Sin dejar de ser una muestra conceptual, no expulsa a nadie ni requiere de una erudición particular para ser disfrutada. Muchos de los artistas reunidos en esta muestra son justificad­amente célebres y han merecido críticas a lo largo del tiempo. Tratando de no pecar de originalid­ad, creo que es posible, un poco a capricho de reseñista, diseñar una narrativa no cronológi

ca, no pertenecie­nte a grupos ni escuelas artísticas, para mostrarle al lector toda la riqueza de la exposición.

Una de las estaciones es la de los retratos botánicos de Anatole Saderman. A pedido de Ilse von Rentzell, Saderman participó en 1935 de la confección de un libro titulado Maravillas de nuestras plantas indígenas. Para este trabajo, el artista utilizó una metodologí­a particular que impacta sobre el resultado estético. En lugar de tomar las fotografía­s en los herbarios y en los lugares especiales en los que estaban las plantas, Saderman llevó los ejemplares a su estudio y los preparó como si fueran modelos. De hecho, lo que hizo fue hacerles retratos a las flores y plantas autóctonas, dotándolas de una carácter expresivo imposible de lograr por otros medios. Utilizando preferente­mente fondos negros, Saderman logró captar en sus tomas no tanto la fidelidad de las plantas que retrata como las sutilezas en las formas y en los volúmenes, de modo tal que la literalida­d de las flores se pierde para dar paso a un juego de líneas y texturas poco identifica­ble a los ojos del espectador. La idea de una fidelidad engañosa remite contemporá­neamente a la obra del americano Edward Weston y a sus fotografía­s de caracoles y detalles botánicos, como la famosa “Hoja de col”, que diera un giro hacia la abstracció­n y a la fotografía de la mano de lo que llamaron la fotografía directa y del grupo f/64.

El próximo artista es Sameer Makarius. Tras vivir unos años en Europa y fundar el grupo de arte concreto en Hungría, el artista de origen egipcio se trasladó a nuestro país y fundó el grupo Forum junto a Max Jacoby. También retratista, Makarius es un personaje central en la fotografía argentina. Además de fotógrafo, fue un reconocido ensayista y el primero en publicar un libro conceptual dedicado íntegramen­te a la fotografía argentina. Publicó, además, dos grandes libros con semblanzas urbanas de Buenos Aires, uno en 1960 y otro en 1963. En Mundo propio hay dos grandes grupos de fotos de Makarius. La más reconocida es la Serie bíblica, en donde el artista trabaja temáticas religiosas desde una perspectiv­a artística novedosa, limítrofe con la pintura. Estos fotogramas, que fueron expuestos en la galería Peuser en 1961, son fruto de la evolución de Makarius como artista visual y muestran escenas de la biblia con una crudeza y una calidad expresiva inusual para el registro fotográfic­o. Hay otras tres obras del artista que muestran también su dimensión experiment­al y vanguardis­ta. Se trata de tres fotogramas realizados en color en el año 1957 en donde el paso de la luz al papel fotográfic­o termina dando como resultado una obra abstracta que, en ciertos casos, recuerda a la intervenci­ón que Gerard Richter hace en una buena parte de su obra.

Pero el hallazgo de la muestra es George Friedman. Este artista, húngaro de nacimiento, recaló en la Argentina un poco antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando terminaba la década del 30. Años antes había trabajado en la industria cinematogr­áfica europea y tuvo, incluso, un paso fugaz por Hollywood. Con esa impronta estética, Friedman encaró su trabajo fotográfic­o en la Argentina de un modo inusual. Montaba las escenas como si se tratasen de sets fílmicos en donde la figura humana, el paisaje urbano y la situación dramática formaban una composició­n única, teñida de intimismo y de un gran caudal comunicati­vo. Presentaba las obras que elegía para mostrar en un tamaño por fuera del canon de la época, grandes piezas de más de 50 centímetro­s de lado. La continuida­d del trabajo de Friedman tiene, también, su particular­idad. A partir de la década del 50 trabajó en la editorial Abril, más precisamen­te en la revista Idilio, una publicació­n de fotonovela­s dirigida por el sociólogo Gino Germani y en compañía de otros grande fotógrafos como Grete Stern. “Manos” una obra de 1955, es representa­tiva del estilo y de la potencia visual de Friedman. En ella, las manos de una pareja se tocan románticam­ente, mientras en la mesa descansan tazas de café y vasos con agua. El juego de contraluce­s, la disposició­n de las sombras y el manejo de la escala cromática le dan a una escena cotidiana una dimensión artística única, llena de inquietud y abierta a mil interpreta­ciones.

El visitante puede leer Mundo Propio como uno de esos libros en donde se pasan las hojas al azar hasta detenerse. En todos los casos, se encontrará con un camino que lo lleva a la reflexión y a la belleza.

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George Friedman. “Manos” 1955.
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GENTILEZA MALBA Sameer Makarius. Fotograma color, 1957.
 ?? GENTILEZA MALBA ?? Juan Di Sandro. “Entrada al subte”. ca. 1959
GENTILEZA MALBA Juan Di Sandro. “Entrada al subte”. ca. 1959
 ??  ?? Grete Stern. “Sueño nro 7: quién será”. 1949.
Grete Stern. “Sueño nro 7: quién será”. 1949.
 ??  ?? Horacio Coppola. “Mundo propio”. 1927.
Horacio Coppola. “Mundo propio”. 1927.
 ??  ?? Anatole Saderman. “Pharseolus”, 1934.
Anatole Saderman. “Pharseolus”, 1934.
 ??  ?? Pedro Otero. “Sonata, C. Frank”. 1954.
Pedro Otero. “Sonata, C. Frank”. 1954.

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