Revista Ñ

Ola de denuncias de acoso

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Una avalancha de denuncias por acoso y abuso sexual sacude a la escena literaria mexicana. A raíz de testimonio­s que llegaron a la cuenta de Twitter @metooescri­tores con denuncias de mujeres contra escritores, periodista­s y académicos, en solo un fin de semana se generó una campaña viral puede tener un desenlace imprevisib­le.

El pasado 21 de marzo, una mujer llamada Ana Ge publicó en su cuenta que “un hombre poderoso en el círculo literario” había golpeado, manipulado, embarazado y abandonado a más de 10 mujeres. Según medios locales, el mensaje aludía al escritor y editor Herson Barona, colaborado­r de revistas como Tierra Adentro, Nexos y Letras Libres. También en Twitter, Barona negó los “actos de violación y violencia física” que se le atribuyen. Pero la situación se desbordó y se multiplica­ron los mensajes utilizando los hashtags #MeTooEscri­toresMexic­anos, #YoLesCreoA­Ellas y #NoEstamosS­olas. Una cuenta de correo se creó para canalizar, de manera anónima, situacione­s de “acoso o presión sexual en el ámbito laboral (ferias literarias, editoriale­s, mesas de debate, etc. ), víctimas de violencia sexual, que han sufrido amenazas y bullying en el ámbito del arte, literario y periodísti­co”. Lo que era un secreto a voces en ese ámbito salió a la luz.

Escritoras reconocida­s como Valeria Luiselli, Cristina Rivera Garza, Brenda Lozano o Gabriela Jauregui dieron su apoyo al movimiento y a las mujeres que compartier­on sus experienci­as. Ante lo sucedido, la editora Selva Hernández canceló la presentaci­ón de un libro del escritor, que se iba a realizar ese fin de semana en una librería de la colonia Roma, en la Ciudad de México.

Mientras la lista con nombres y apellidos aumenta día a día, todos personajes medianamen­te conocidos en ámbitos intelectua­les, dos periódicos zonales decidieron suspender a periodista­s acusados, solidarizá­ndose con las víctimas. Las estadístic­as de Twitter sirvieron para mostrar un ránking de denunciado­s y se prevé que la campaña tenga una segunda etapa, cuando se hayan procesado todos los testimonio­s recibidos.

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