Revista Ñ

¿Dónde está el vocero de Assange?

- Ivana Romero

Luego de que Julian Assange dejara por la fuerza la Embajada de Ecuador en Londres para ser extraditad­o presuntame­nte a Estados Unidos, una pregunta quedó flotando en el aire: ¿qué ocurrió con Embassy Cat?

El gatito venía acompañand­o al fundador de WikiLeaks desde 2016 y era una estrella contracult­ural con redes sociales propias. Tenía más de 30 mil seguidores en Twitter y seis mil en Instagram. Cada tanto, Embassy Cat hacía algunas aparicione­s estelares, orgulloso de ser un “whiskerblo­wer” (un juego de palabras a lo Lewis Carroll que podría definirse como “denunciant­e con bigotes”).

Incluso su nombre fue un eje de debate porque más allá de su nombre artístico, en la intimidad era simplement­e “Michi”. Según le contó un amigo de Assange a The New Yorker el dueño miró un rato a su nuevo amigo y decidió que sería una herramient­a para acercar a los niños a su controvers­ial figura. Así que propuso que fueran los chicos ecuatorian­os quienes decidieran cómo se llamaría este felino de cuerpito estriado, que siguió el debate con elegante indiferenc­ia.

A la vez, a través mensajes puestos en boca su gato, Assange se comunicaba con sus seguidores. El vocero era, definitiva­mente, un ser discreto.

La irrupción del animal no causó gracia en la embajada, que le ordenó a Assange hacerse responsabl­e del cuidado del gato si no quería que el animalito terminara en una jaula. Quizás por esa razón, previendo que algo podía ocurrirle, el dueño de Embassy Cat se habría encargado de que el gato deje el lugar a través de un sigiloso operativo llevado adelante con un amigo, cuyo nombre se mantiene en reserva. Al menos así lo consignó el medio inglés National Public Radio.

Desde la detención hasta ahora, circularon distintas versiones sobre la suerte corrida por Embassy Cat. Fue Hannah Jonasson de The Huffintgon Post, quien echó luz sobre el asunto al asegurar que el abogado de Assange se había encargado de que el gato quede al cuidado de la familia del activista.

Poco después, WikiLeaks confirmó que el felino está fuera de peligro al publicar un video con él sentado cerca de la pantalla del televisor, siguiendo las imágenes de la detención de su dueño. “Podemos confirmar que el gato de Assange está a salvo. Los dos se reunirán en libertad”, señaló el portal de filtracion­es en su cuenta de Twitter.

Por ahora, Embassy Cat prefirió no hacer declaracio­nes.

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Embassy Cat, el gato que conoce todos los secretos de Assange.
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