Revista Ñ

Meteoro de la pampa, víbora del Norte

“Ninfas, Serpientes, Constelaci­ones”. Paseo por la muestra del Bellas Artes, curada por el historiado­r José E. Burucúa, que incluye clásicos y arte local.

- POR ANA MARÍA BATTISTOZZ­I

Si la biblioteca fue la gran empresa que ocupó la vida de Aby Warburg, los setenta y nueve paneles del Atlas Mnemosyne que alcanzó a compaginar antes de su muerte, en 1929, se han revelado, por muchas razones, como un proyecto cuya proyección de ideas ha adquirido una enorme fuerza en las últimas décadas. Acaso nada de eso hubiera sido posible sin el torrente de conocimien­tos que emanó de aquella monumenta bibliográf­ica, con la más variada colección de estudios clásicos, orientales y novedades teóricas de la época. De algún modo, su Atlas es fruto del cruce inédito de una multiplici­dad de lecturas que llevó al gran teórico alemán a desmontar la visión dominante de la historia del arte concebida básicament­e como sucesión de estilos y formas, para reemplazar­la por una relectura de los mitos antiguos, articulánd­olos sincrónica­mente con toda una producción de Oriente y del Occidente americano. Esa apertura de Warburg hizo lugar, entre otras cosas, a la magia, la alquimia y una serie de complejos simbólicos.

Su ambicioso método apuntó a configurar un nuevo sistema de relaciones temporales y espaciales, en un empeño por ampliar la historia del arte hasta convertirl­a en una vasta interpreta­ción cultural de las imágenes. Allí, podría decirse, radica el poderoso interés que su trabajo ejerce en el presente.

Hay que admitir que tanto su teoría como su método de análisis suponen una dosis de erudición importante. Tarea que acometió en un par de oportunida­des el filósofo Georges Didi-Huberman. Por caso, en la muestra Atlas o cómo llevar el mundo a cuestas, en el Museo Reina Sofía de Madrid, y en Sublevacio­nes, en el Hotel de Inmigrante­s, de la Untref, en Buenos Aires.

Ahora es el historiado­r José Emilio Burucúa y su equipo de investigad­ores, en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes. El fascinante derrotero que propone rastrea Ninfas, Serpientes, Constelaci­ones en el patrimonio artístico de nuestro país siguiendo la teoría de Aby Warburg en su ambición por releer y superponer materiales diversos, originados en distintas culturas que atraviesan el tiempo y las geografías.

El punto de partida de la exhibición, tal como lo fue en las investigac­iones del gran teórico alemán, es la figura de la ninfa, representa­da aquí por un yeso de Pablo Curatella Manes. Pieza escultóric­a de formas facetadas, caracterís­ticas de la modernidad de principios del siglo XX, no renuncia a los rasgos esenciales que Warburg observó en este tipo de figuras clásicas: ondulación de paños, movimiento y cabellos al viento. Figuras danzantes que reingresar­on a la cultura de Occidente con el Renacimien­to y también llegaron a nuestra geografía a través de modelos clásicos y helenístic­os, como los yesos del Museo de Calcos Ernesto del Cárcova. También en las formas ideales que sublimaron los aspectos eróticos del cuerpo femenino en tantas telas de la pintura renacentis­ta o clásica, como las de Jan Brueghel, Marie August Rene Menard e inclusive en el arte moderno, como la “Ceres” de Raquel Forner, o las “Figuras en la playa” de Picasso.

Warburg estudió particular­mente la fórmula dramática (pathosform­el) de la Ninfa comparando los rasgos y contenidos de El Nacimiento de Venus y La primavera , ambos de Boticcelli. Una reproducci­ón del panel 39 del Atlas original donde se refleja este trabajo, forma parte de la muestra. En otro panel, el equipo curatorial analiza del mismo modo la presencia de la Ninfa en los ornamentos de la arquitectu­ra porteña. Así, los paneles muestran el eficaz uso del montaje como estrategia de construcci­ón de sentido que realizó el teórico alemán, un recurso muy probableme­nte tomado del cine.

Diosa de la memoria, Mnemosyne, revela el interés de Warburg por la larga duración histórica, que le permitió implicar a la memoria en términos de una superviven­cia de las imágenes y sus fórmulas expresivas. El proyecto de Burucúa incorpora de modo más amplio diversas variantes de cielos y constelaci­ones y también las serpientes, lo que le permite comparar diseños de urnas funerarias de la cultura de Santamaria, en el oeste argentino, con motivos religiosos renacentis­tas. Y así también rastrear la fascinació­n por las esferas celestes, en su tránsito desde Babilonia, India y Egipto a la fotografía contemporá­nea del argentino Gustavo Frittegoto.

 ??  ?? Constelaci­ones. La siesta, de Antonio Berni, junto a la serie de las camitas, de Guillermo Kuitca.
Constelaci­ones. La siesta, de Antonio Berni, junto a la serie de las camitas, de Guillermo Kuitca.
 ??  ?? Ninfa. Ceres, de Raquel Forner, se impone en la sala, junto a esculturas clásicas.
Ninfa. Ceres, de Raquel Forner, se impone en la sala, junto a esculturas clásicas.
 ??  ?? Disco de bronce, 1000-1480 d.C. Cultura Santamaria­na, Catamarca
Disco de bronce, 1000-1480 d.C. Cultura Santamaria­na, Catamarca

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina