Dudas sobre la autoría y el precio de “Salvator mundi”
Se sabe: el precio y la obra no tienen nada que ver. Aunque no muy convencido, corrijo en nombre de la moderación y la prudencia: el precio y la obra tienen poco que ver. Lo que alguien esté dispuesto a pagar –y pague– por determinada obra de arte depende de muchos, demasiados asuntos, casi siempre indiscernibles. En el mercado de arte hay, sin embargo, una apariencia de racionalidad que ayuda a que las cosas fluyan. Al menos, cuando se trata de las ventas y los precios más o menos habituales. Pero apenas se produce una operación por la cual una pintura o una escultura cambian de dueño por un valor de cientos de millones de dólares, se vuelve evidente para todo el mundo que algo no está del todo bien. La palabra que mejor describe la situación es escándalo. Más allá de cualquier valoración moral –no se trata aquí de la forma correcta de gastar cientos de millones de dólares–, no hay razones lógicas, objetivas, para que una obra de arte alcance un precio semejante, por extraordinario que parezca el artista, escasas sus obras, y elaborado el discurso de los expertos que sostiene el valor de su trabajo.
El caso paradigmático es “Salvator mundi”, la pintura atribuida –parece que ya no tanto– a Leonardo Da Vinci, que Christie’s de Nueva York vendió en 2017 a 450 millones de dólares. Aun dos años después, cuando uno ya debería estar acostumbrado, la cifra sueña tan inverosímil, que es necesario repetirla para que nadie crea que se trata de un error: 450 millones de dólares. El comprador, se recordará, fue el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. Y a la luz de las nuevas opiniones de los expertos sobre la pintura, probablemente seguirá siendo su dueño por mucho tiempo más.
El tema es que la doctora Carmen Bambach, curadora del Metropolitan Museum de Nueva York y una de las mayores expertas mundiales en Leonardo da Vinci le apuntó a Christie’s por haberla incluido incorrectamente entre quienes atribuyen la obra al maestro del Renacimiento. Bambach le dijo al diario The Guardian de Londres que esa no es su opinión. La mujer estuvo entre los académicos que en 2008 vieron la pintura, invitados por la National Gallery de Londres. Y está a punto de publicar un vastísimo y profundo estudio de cuatro volúmenes que atribuye la mayor parte de la pintura a Giovanni Antonio Boltraffio, asistente de Leonardo. El maestro sólo le habría dado unos pequeños retoques.
Cualquiera sabe que una pintura de Boltraffio no vale lo mismo que una de Leonardo. Hasta Mohammed bin Salman. Probablemente por eso, y por el temor de que la inclusión de “Salvator mundi” en la gran exposición de Leonardo que el Louvre preparaba en París para celebrar el quinto centenario de su muerte avivara la discusión sobre la obra, habría decidido no prestársela al museo francés. Es que el mismo Louvre había catalogado la obra como “pieza del taller” de Leonardo, profundizando las dudas sobre su autoría. Parece que Bambach no es la única...
Lo más dramático del asunto, al menos para el príncipe heredero. Si se impusiera la opinión de que la obra no es de Leonardo, su precio podría caer hasta un millón y medio de dólares.