Revista Ñ

Una brújula para la rabia joven y la insatisfac­ción

Poesía. La rapera Kate Tempest es también escritora. Un libro dedicado a Londres para ser recitado y cantado más que leído.

- POR GUSTAVO ÁLVAREZ NÚÑEZ

Desde la aparición de Aullido (1956) de Allen Ginsberg y En el camino (1957) de Jack Kerouac, toda nueva generación necesita ese manifiesto en formato de libro que le dé sustento a su vitalidad. Textos que más que hablar de una generación, la crean. Queda claro que el concepto “generación” es vago y hasta exiguo. Hablemos de un estado de las cosas con pulso joven. “Este sentimient­o juvenil ha de convertirs­e en una forma de pensar compartida por todos, en una brújula de la vida”, decía Walter Benjamin.

Sin embargo, quizá la música pop en sus diferentes variantes –desde el rock y el punk al hip hop y el grunge, por citar algunos géneros– ha sintonizad­o mejor con esa “brújula de la vida” y ha abrevado con énfasis en esa urgencia por dar cuenta de ese momento de rabia e insatisfac­ción. Voces que hacen del lenguaje de la piel un territorio donde izar sus banderas. Himnos generacion­ales que le dicen. Para no extenderno­s: de “Like A Virgin” de Madonna a “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana.

Como si hubiese música detrás, así debemos leer el vertiginos­o Ancianos reluciente­s (un poema para Londres), de la rapera, escritora y dramaturga Kate Tempest, una celebridad en las islas británicas que en estos días está lanzando su tercer álbum, The Book Of Traps And Lessons. Este poemario para ser recitado –y no leído– comienza arrollador­amente: “En los viejos tiempos / los mitos eran las historias que usábamos para explicarno­s a nosotros mismos. / ¿Pero cómo podemos explicar el modo en cómo nos odiamos, / las cosas en que nos convertimo­s, / el modo en cómo nos partimos en dos, / el modo en que nos complicamo­s de más?”.

Sin quitar el pie del acelerador, la brava de Tempest –desconocid­a en estas pampas, es apropiado verla en acción en las muchas reproducci­ones en YouTube de sus presentaci­ones con su banda de spoken word– delinea en a lo sumo 50 páginas un espeso cuadro de situación del submundo white trash de Londres.

Entroncand­o una primera persona en plural, y con el ojo puesto en los pequeños grandes detalles –algo que en la Argentina le dio grandes resultados a Silvina Giaganti (Tarda en apagarse), compañera de sello de la londinense en nuestro país, la editorial Caleta Olivia–, Tempest rescata la deriva de esos dioses de carne y hueso –“los dioses están aquí mismo, así de raro como suena: / cualquiera es un dios, no hay coronas ni reinas”– que pululan entre lo ordinario de las tareas diarias y lo extraordin­ario del embeleso de luces de neón, drogas y sexo rápido.

Suerte de poema coral, Ancianos reluciente­s –Brand New Ancients, originalme­nte publicado en 2013– destila vulnerabil­idad como indolencia, y hasta es posible escuchar los martillazo­s de la soledad y el descenso al infierno cotidiano. Eminem tiene una seria competenci­a: el flow de Kate Tempest.

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La versátil Tempest.
 ??  ?? Ancianos reluciente­s Kate Tempest Trad. Tamara Tenenbaum Caleta Olivia págs.
$300
Ancianos reluciente­s Kate Tempest Trad. Tamara Tenenbaum Caleta Olivia págs. $300

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