FÉMINAS AL SON DEL TAMBOR
Dos ensambles de mujeres, Tamboreras y La Colmena, se presentarán en voces e instrumentos con un repertorio latinoamericano en el teatro Xirgu.
Del bongó al bombo legüero. Del zurdo a los timbales. Del cajón peruano a las congas. El ensamble de mujeres en voces y percusión ya no es ninguna novedad: con un estallido de formaciones en todo el país, se ha convertido en un signo cultural de los últimos tiempos que, sin embargo, se remonta a una tradición milenaria. Una de las expresiones más extraordinarias, en efecto, sigue siendo la de las cajas vidaleras en el norte del país, latido ancestral de la Pachamama.
Una de las referentes actuales es Vivi Pozzebón, que desde 2014 coordina talleres en Córdoba. Su grupo Tamboreras Ensamble, formado por percusionistas profesionales, suele viajar por las provincias. El año pasado y en Santiago del Estero, durante el Primer Encuentro de Mujeres Músicas, se produjo una reunión fundacional con La Colmena, grupo de Buenos Aires y otro ícono del género. De allí surgió la idea de un concierto inédito que las va a reunir en el Xirgu Espacio Untref: 26 mujeres en vivo en el escenario, a fuerza de puro tambor y cuerdas vocales.
Wanda Wechsler, de La Colmena, evoca un instante telúrico: el patio del Indio Froilán, luthier de bombos, en Santiago del Estero, donde compartieron temas con Tamboreras Ensamble en el cierre de aquel Encuentro. “Lo que sonó en vivo fue increíble y la energía fue tan intensa que ahora queremos revivir ese momento. Es una invitación a armar lazos federales de solidaridad y generosidad. Y apostar a la música entre mujeres, que es lo que nos gusta”, dice.
Para Pozzebón, tocar en Buenos Aires es la oportunidad, además, de presentar el documental Tamboreras. Mujeres al tambor, que se proyectará en la antesala del concierto, en su primera vez en la Capital Federal.
Allí también estarán como invitados Soema Montenegro, Cata Raybaud y Mintcho Garramone.
“Con La Colmena tenemos como punto común que hacemos un repertorio latinoamericano, ellas más desde las voces, y nosotras desde la percusión”, cuenta Pozzebón, que supo integrar Tamboorbeat y De boca en boca como una de las exponentes femeninas de la percusión en la Argentina. –¿Cómo se compone cada uno de los grupos y qué repertorio las identifica?
–Wanda Wechsler (La Colmena): Nosotras somos 16 mujeres, con un repertorio musical en voz y percusión. Quince cantamos y hay una percusionista, pero también el resto nos animamos a tocar. Nuestro repertorio es esencialmente latinoamericano, pero nos interesa experimentar con la voz a partir de la improvisación, la búsqueda y la creación colectiva. No tenemos una directora ni un director, vamos alternando los roles. Funcionamos como cooperativa y desde hace poco tenemos una mánager que nos lanzó a giras nacionales e internacionales, por eso estuvimos en Uruguay y México.
–Vivi Pozzebón (Tamboreras): En nuestro caso, somos 10 mujeres percusionistas de Córdoba y abordamos ritmos del folclore argentino y afrolatino. El ensamble cuenta con mi dirección general y nos interesa trabajar con el lenguaje de señas creado por Santiago Vázquez y La Bomba de Tiempo. Siempre decimos que las voces, la fuerza de la percusión y la energía femenina se conjugan en este ensamble para hacer de cada presentación una verdadera celebración. –¿Y qué ingredientes tendrá este espectáculo en el Xirgu donde se juntan por primera vez en el escenario?
–W.W.: Creemos que este show es particular. No hay tantas experiencias de dos grupos de mujeres músicas que se presenten en un mismo lugar. Nosotras, además, vamos a estrenar una puesta en escena visual, con movimientos nuevos, así que no solo se va a disfrutar desde lo auditivo. Pensamos la música desde el cuerpo, si no pasa por ahí, no tiene sentido. Es una ceremonia antigua que revivimos desde el presente, una fiesta que se vive con el público. La percusión es movimiento, es baile.
–V.P.: No tengo memoria de un espectáculo así, de una magnitud tal de la presencia femenina en un escenario.
Tamboreras Ensamble y La Colmena se ilusionan con un festín percutivo al calor de canciones propias y un repertorio que se expande desde autoras contemporáneas como Lila Downs y Marta Gómez hacia el rock nacional. En el escenario prometen hacer sonar los sonidos de las congas, los timbales, los bombos legueros, los bongós, los zurdos, los cajones peruanos y las caixas. Del candombe a los ritmos afrolatinos, del folclore argentino a la música contemporánea. “Es excitante golpear cueros, parches y acompañarlos con las cuerdas vocales – define Pozzebón-. Es una suerte de vibración mágica. Cuando empezamos veinte años atrás, éramos extraterrestres. Nos pone muy contentas que hoy exista un auge de la mujer en el tambor”.