Todos en patota a ver a la Coca
Isabel Sarli filmó 28 películas con Armando Bo, la primera en 1958 y la última en 1980. Debutó con El trueno entre las hojas en 1958 y entre las más taquilleras estuvieron Carne (1968), Fiebre (1969) y Fuego (1972). En las primeras, el argumento abordaba cuestiones sociales, pero luego fue centrándose en el amor y el erotismo. Las historias se volvieron más urbanas y los papeles de Isabel pasaron a ser de señora burguesa. Aunque ella tuvo muchas propuestas de otros cineastas, incluso extranjeros, no filmó con ninguno para no alejarse de Armando Bo ni de su mamá, según declaró a la prensa.
La única excepción fue Leopoldo Torre Nilson, con quien hizo Setenta veces siete sobre el libro de Dalmiro Sáenz en 1962. Tal vez fue por amor que no filmó con otro director. Jorge Lafauci cuenta en Un siglo de secretos en el espectáculo (Planeta) que la diva rechazó una propuesta de Daniel Tinayre para filmar El rufián (1961) y a raíz de ello Mirtha Legrand le dijo: “¡Coca, tenés que filmar con Tinayre! ¡Tenés que prometerlo!”, a lo que Sarli respondió: “¡Cómo no! ¡El día que vos hagas una película con Armando, yo filmo con tu marido!”
Pero ir al cine a ver una película de Bo y Sarli era toda una aventura épica para el varón argentino. Los chicos del secundario se rateaban de la escuela y sobornaban a quien vendía la entrada para poder entrar. A veces, se encontraban dentro del cine al preceptor o a los profesores y no podían saber si la autoridad venía a amonestarlos o resultaba que también estaban viendo la película. Los esposos se escapaban de la cena conyugal e iban con sus amigos, para llevarse el chasco de encontrarse al suegro sacando las entradas. Las mujeres aborrecían –envidiaban más bien– a Isabel Sarli y pronunciaban su nombre en voz baja. Sin embargo, la copiaban cuanto podían en el modo de vestir, de hablar un poco ronca y suave (como también lo había hecho Marilyn Monroe) y de pestañear. En el club o entre amigas, las mujeres se preguntaban entre ellas si las enfermedades que padecían los personajes de la Coca –la ninfomanía, la fiebre uterina– de verdad existían y si una mujer podía enloquecer de deseo hasta perder el control. Las películas que ellos hicieron fueron un fenómeno social porque a su modo escupían en la cara a la hipocresía y la pacatería reinante.
Después de la muerte de Bo, Isabel Sarli realizó algunas producciones con Jorge Polaco: La dama regresa de 1996 y en 2009, Arroz con leche. Un año después se estrenó Mis días con Gloria de Juan José Jusid, donde también debutó la hija de Coca, Isabelita Sarli y ganó el Premio Cóndor en el rubro Revelación Femenina. En televisión hizo una pequeña aparición en un episodio de Floricienta.
Actualmente muchas de las películas que hicieron Sarli y Bo juntos pueden verse gratuitamente en la plataforma del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales): Cine.ar.