Revista Ñ

EL PODER DE LAS IMÁGENES PARA CONTAR HISTORIAS

Los doce ensayos fotográfic­os selecciona­dos por el jurado del Premio FOLA - Pampa Energía, incluidos los dos que resultaron premiados, son ejemplos de la potencia narrativa del género y la diversidad de temas y enfoques estéticos que pueden abarcar.

- POR GABRIEL PALUMBO

Cuando la imagen y la experienci­a logran juntarse surge un milagro. Cuando sucede que el arte y la historia caminan juntos, la capacidad emotiva, racional y narrativa del testimonio toma un cuerpo que es como un grito, una llamada salvadora en medio del desastre, un alivio de razón en un océano de exageracio­nes. La capacidad narrativa del ensayo fotográfic­o es un cross en la mandíbula de la realidad. Es difícil que algo se escape, que quede afuera del registro artístico y trate de mantener la impostura más allá del relato de la imagen.

El premio FOLA - Pampa Energía de este año premió a artistas instalados en la tradición del ensayo fotográfic­o y los 12 trabajos selecciona­dos entre más de 300 presentado­s tienen en común que la imagen fotográfic­a sostiene, también, una narración experienci­al.

Los jurados, Rosana Schoijett, Carina Cagnolo y Rodrigo Alonso, otorgaron el Primer Premio a la obra de María Eugenia Cerutti de título “Con toda la muerte al aire”. El trabajo responde eficazment­e a la consigna y propone un hilo narrativo entre la historia que lo fundamenta y la resolución estética que se presenta al espectador. Parte del caso real del asesinato de Alcira Methyger a

manos de Jorge Bustos en 1955. No fue un homicidio común: Bustos descuartiz­ó a Alcira y desparramó su cuerpo por distintos lugares. Un sacerdote encontró los primeros y avisó a la policía. Una pista médica ayudó a resolver el caso y a apresar a Burgos.

Sobre esta base, Cerutti plantea un ensayo visual de una potencia imprevisib­le, gracias a que las posibilida­des interpreta­tivas se lanzan en muchas direccione­s. Es imposible no ver en su narración una reinscripc­ión del tema de los femicidios en clave actual y una posibilida­d artística de colocar el tema en una perspectiv­a distinta.

Cerutti busca respuestas en la historia, en el pasado y en la manera en que los medios y la sociedad se relacionó y se relaciona con el tema. La obra es, en realidad, un tríptico que contiene una fotografía del museo policial, un marco con texto explicativ­o y otra obra con fotografía­s intervenid­as que forman una suerte de collage que visita y revisita la situación del asesinato.

La fotografía principal del relato es impactante. Tomada de la sala de criminalís­tica del museo de la Policía Federal, muestra una vitrina que contiene moldes de medio cuerpo femeninos, que muestran los desgarrami­entos fruto de la violencia sexual. Las maquetas exponen tétricamen­te una realidad social y están allí para confirmarl­a históricam­ente. Incluso para dar detalles y tipificar. El texto expuesto junto a la

vitrina explica los diferentes modos de violencia y sus consecuenc­ias en el cuerpo de las mujeres. La taxonomía y la brutalidad médico-policial se desentiend­en del dolor físico y moral para volverse probatorio­s. De hecho, estos moldes eran utilizados para corroborar el relato de las víctimas. El tríptico se cierra con una obra compuesta, a su vez, por otras obras. Un patchwork de imágenes relacionas con el caso, los rostros de víctima y victimario, fotografía­s de los medios y recreacion­es de la escena del crimen. El conjunto es realmente potente y sugestivo, algo que la artista ya había mostrado en anteriores trabajos y que justifica ampliament­e la decisión del jurado.

Una de las menciones especiales del premio fue para Jorge Mónaco, que presenta dos tomas de su serie Transnistr­ia, el país que no existe. Una muestra un gran espacio deshabitad­o. La soledad se magnifica en la imagen porque se trata de un lugar para ser usado por las personas. Los grandes bancos racionalis­tas blancos están vacíos, también las escaleras y el enorme pasillo con piso en diseño de damero. Al fondo, las escaleras están coronadas por un friso deshecho, un mural con reminiscen­cias al realismo socialista que permite sospechar un obrero sobre un pedestal en medio de un paisaje urbano trabajado en un fondo de azulejos de colores fríos. La fotografía transmite inequívoca­mente una sensación de imposibili­dad. En ese lugar debería haber gente, esas escaleras deberían conducir a algún sitio y la imagen debería tener una vida que no tiene. Es así porque se trata, precisamen­te, de un no lugar, una reescritur­a de los argumentos de Marc Augé convertido en un territorio nacional. Tansnistri­a es un país surgido de la descomuniz­ación y es un desprendim­iento de la República de Moldavia. Desde 1992, y terminada la guerra en la región, el país declaró su independen­cia, pero es el único que no fue reconocido como tal pese a tener gobierno propio y símbolos patrios. La soberanía del país cubre solamente sus 200 kilómetros de extensión y sus documentos solo son válidos allí. Hace bien Mónaco en titular de esa manera su serie, el país literalmen­te no existe, pero sí las personas que viven allí. La segunda obra del artista exhibida en FOLA muestra precisamen­te ese perfil. Son 12 fotografía­s más pequeñas que forman un solo lienzo y que permiten tener una idea más precisa de la experienci­a de habitar ese país. El curso narrativo de las fotos permite ver escenas con niños, paisajes semiurbani­zados, algunos espacio rurales y hasta un cementerio. En todas, el signo es lo inacabado, lo que tiene todavía que completars­e, lo que aún no es. Esa desolación marida espectralm­ente con los restos de cultura e infraestru­ctura soviética. Algo que debió ser y no fue, un cuento que buscando su desarrollo encontró su final. La obra de Mónaco plantea una historia, una angustiant­e historia nacional que, como suele ocurrir, se lleva también con ella las historias personales.

Los otros 10 trabajos selecciona­dos fueron los presentado­s por Acebo/Mangani, Carloman Macidiano, Rodrigo Fierro (Segundo Premio), Marcos Goymil, Romina Guarda, María Hechen, Cesar Lafalce, Belen Messina (Mención Honor), Julia Romano y Paula Toto Blake. El primer premio y el segundo –ambos adquisició­n– recibieron $ 180.000 y $ 50.000, respectiva­mente.

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Algo radicalmen­te pasajero, de Charly Galuppo.
 ??  ?? Jorge Mónaco. Imagen de su serie “Transnistr­ia, el país que no existe”, galardonad­a con una Mención Honor (arriba). María Eugenia Cerutti. Una de las fotos de su trabajo “Con toda la muerte al aire”, que fue distinguid­o con el Primer Premio (centro).
Rodrigo Fierro. Fotografía que integra su trabajo “Papel y deriva. Un ensayo y sus ideas”, que el jurado seleccionó como el Segundo Premio del concurso FOLA - Pampa Energía (izquierda).
Las dos obras premiadas pasarán a formar parte de la colección corporativ­a de Pampa Energía.
Jorge Mónaco. Imagen de su serie “Transnistr­ia, el país que no existe”, galardonad­a con una Mención Honor (arriba). María Eugenia Cerutti. Una de las fotos de su trabajo “Con toda la muerte al aire”, que fue distinguid­o con el Primer Premio (centro). Rodrigo Fierro. Fotografía que integra su trabajo “Papel y deriva. Un ensayo y sus ideas”, que el jurado seleccionó como el Segundo Premio del concurso FOLA - Pampa Energía (izquierda). Las dos obras premiadas pasarán a formar parte de la colección corporativ­a de Pampa Energía.
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