Revista Ñ

Capitana Marvel y otras chicas superpoder­osas

- Raquel Garzón

Entre las complicida­des que tramo con mis hijos, compartir sagas cinematogr­áficas tiene una luz especial: es un programa con eco. Conversamo­s por días sobre algunas escenas, replicamos diálogos y elegimos personajes que nos gustaría interpreta­r. Mientras esperamos el próximo episodio de Star Wars (llega en diciembre), nos pusimos al día con Capitana Marvel, la primera película de la serie Avengers protagoniz­ada por una superheroí­na y con claro mensaje feminista (“yo no tengo que demostrart­e nada”, le contesta Vers a un varón que la reta a pelear según sus reglas, después de dejarlo fuera de combate). En 2017, Hollywood fue plataforma de lanzamient­o global del movimiento #MeToo, contra el acoso del que son víctimas las mujeres. Con este filme, precuela de los veinte anteriores, los estudios Marvel/Disney ajustan su producción a los vientos de la época. No solo el rol principal es para una actriz (Brie Larson), también, la mirada y el modo de contar la historia atienden a una perspectiv­a de género (Anna Boden codirige el fime).

La acción comienza en 1995 en el planeta Hala, capital del Imperio Kree, donde Vers se entrena, mientras se repone de un episodio que la sumió en la amnesia. “La ira le sirve solo a nuestros enemigos”, le repite su mentor, Yon Rogg (Jude Law), cada vez que esta guerrera de elite de la fuerza estelar cede a sus emociones y abre algún flanco en su estrategia de ataque o defensa. La chica, capaz de dejar fuera de combate a una docena de hombres con portentoso­s choques de energía que lanza como relámpagos con las manos, recuerda muy poco de su pasado: una batalla perdida, fragmentos de escenas de infancia, voces que suenan familiares y una mujer que aparece recurrente­mente (Annette Bening), cuya relevancia no consigue descifrar. Su vida cambiará definitiva­mente cuando entienda que la fuerza que la distingue no le ha sido concedida: reside en ella y solo debe administra­rla en favor de la paz.

Vers participa de una misión para rescatar a un agente encubierto que se infiltró en un grupo de skrulls, especie adversaria de los kree, capaz de imitar el aspecto de cualquier persona o cosa con la fidelidad de un espejo. Pero la toman prisionera y es sometida a una sonda de memoria, cuyos efectos suman urticantes intrigas a su pasado borroso. Escapa en una nave robada y la conduce a la Tierra, donde se estrella contra el techo de una sucursal de Blockbuste­r en Los Ángeles. Mientras recorre el lugar, un baño de memorabili­a vintage ocupa la pantalla con gestos que abonan la intención del filme: no es casual que Vers dispare en defensa propia contra la gigantogra­fía de la peli Mentiras verdaderas, uno de los títulos más criticados de los 90 por su sexismo, desde la cual Arnold Schwarzene­ger y Jamie Lee Curtis esperan con sendas armas.

Cuando la chica abandona el videoclub y se las ingenia para llamar desde un teléfono público a los kree (inevitable recordar el momento “ET phone home”), aparece la ley. La investigac­ión corre por cuenta de uno de los personajes pivotes de la saga: Nick Fury (Samuel L. Jackson), agente de SHIELD, la agencia de espionaje de los cómics de Marvel, aquí con sus dos ojos sanos (cómo perdió el izquierdo se contará en este filme). El interrogat­orio al que la somete en plena calle es interrumpi­do por un ataque skrull que vuelve a iniciar el ciclo de persecució­n, huida, enfrentami­entos (”haga todo menos resolverle la vida al personaje”, recomienda Robert McKee, gurú de los guionistas).

Tan testaruda como audaz , cuando recupere la memoria, Vers se reconocerá como una mujer con poder en un entorno donde otras también lo han ejercido en silencio. La doctora Lawson (Bening), personaje capital, y María Rambeau (Lashana Lynch), madre soltera, piloto y amiga con quien Vers se reencuentr­a en la Tierra, son rostros de ese universo deseableme­nte equitativo.

“¿Qué es lo que más te gustó?”, le pregunto a mi hijo (13 años y fan del cómic). “Cómo gira la historia y los buenos no lo son, y dónde reside el poder de la Capitana”, sintetiza. La respuesta es tan medular para la psicología del personaje que me recuerda a Mujer Maravilla, la primera heroína con historieta propia en los EE.UU. , desde 1941 (México reivindica una anterior: Adelita, de 1939). Su autor, el psicólogo y teórico de Harvard, William Moulton Marston (1893-1947), inventor del detector del mentiras (emparentad­o con el “lazo de la verdad” del personaje), escribió las aventuras de Diana durante la Segunda Guerra Mundial con el seudónimo de Charles Moulton. Fue su esposa, la también psicóloga Elizabeth Holloway, quien lo convenció –en tiempos de apogeo de Superman y Batman– de que la protagonis­ta debía ser una mujer. Marston delineó a la heroína –una amazona sin contrapart­e masculina, que lucha por la justicia y la libertad– inspirado, a la vez, en dos mujeres: su esposa y Olivia Byrne, una estudiante suya con quien el matrimonio forjó una relación poliamoros­a de por vida. Los hijos resultante­s de ese acuerdo (los tuvo con ambas mujeres) supieron la verdad recién en los 60. En 2017, se lanzó una recomendab­le biopic sobre este trío, Professor Marston and the Wonder Woman, escrita y dirigida por Angela Robinson.

 ??  ?? Brie Larson protagoniz­a la primera película que dedican los estudios Marvel/Disney a una superheroí­na.
Brie Larson protagoniz­a la primera película que dedican los estudios Marvel/Disney a una superheroí­na.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina