Monteverdi y sus puestas porteñas
Obras como L’Incoronazione di Poppea, una vez estrenadas, no eran repuestas en los escenarios tal como ocurre en la actualidad, por lo que pasaban a ser papeles olvidados. Poppea fue casi una excepción. Se estrenó en Venecia durante el carnaval de 1643 y tuvo tal éxito que volvió a representarse nuevamente en Venecia en 1651 y luego en Nápoles en 1656. Pero después de esta última puesta en escena, también cayó en el olvido.
Fue entre la última década del siglo XIX y las primeras del XX cuando surgió la “curiosidad” por aquella música de un pasado lejano, aunque más específicamente por la ópera del Barroco. En realidad, no fue la simple inquietud de algunos exóticos aficionados por desenterrar viejos papeles, sino un verdadero interés llevado adelante por músicos y estudiosos de la historia de la música. Los integrantes de este movimiento conocido actualmente como revival de la música antigua, se pusieron como objetivo el rescate de la música del Renacimiento y el Barroco y buscar la manera de tocarla y hacerla sonar de la forma más “parecida” a como hubiese sido en su época. Y fueron Johann Sebastian Bach y Claudio Monteverdi los primeros músicos cuyas obras volvieron a escucharse.
De L’Incoronazione... no se conservaron los manuscritos musicales del estreno, pero sí unas copias de las reposiciones. Una de ellas fue encontrada en Venecia a comienzos del siglo XX y la otra se conservaba (y se sigue conservando) en el Conservatorio San Pietro a Majella de Nápoles, que muy probablemente haya sido utilizado en la representación de 1651. Fue en París en 1905 cuando el compositor francés Vincent d’Indy (1851 – 1931) realizó una reconstrucción de algunas partes de la ópera de Monteverdi y dirigió una versión de concierto de “las partes más bellas e interesantes de la obra”. Finalmente se realizó una primera versión teatral en el Théâtre des Arts, París, el 5 de febrero de 1913.
Buenos Aires no se quedó fuera de este movimiento y del interés que despertaban estas obras que eran una total novedad. Por esto es que el 18 de agosto de 1927 (pocos años después que en París) se interpretaron fragmentos de L’Incoronazione di Poppea en el antiguo Teatro Grand Splendid de las Avenidas Santa Fe y Callao (cine-teatro hoy convertido en una bella librería). El concierto estuvo organizado por la Sociedad Cultural de Conciertos y fue dirigido por Ernest Ansermet, músico amigo e invitado de Victoria Ocampo, utilizando también la partitura “reconstruida” por Vincent d’Indy.
Solo dos años después, en agosto de 1929 se realizó una nueva interpretación, organizada por la Asociación Amigos del Arte, de la que también formaba parte Victoria Ocampo, y con la participación de la mezzo francesa Jane Bathori, famosa por ser la difusora de la música francesa de comienzos de siglos XX.
Finalmente, en agosto de 1938, Poppea subió a escena en el Teatro Colón, con un enorme despliegue de cantantes y bailarines, además de contar con el trabajo de artistas como el pintor y grabador Héctor Basaldúa en la escenografía y la coreógrafa, diseñadora y directora escénica austríaca, Margarita Waldmann. La última puesta en escena en el Colón fue una producción de la Opera de Montpellier con la dirección musical de René Jacobs en junio del año 1996. Como queda a la vista, L’incoronazione di Poppea tiene una relación que viene de lejos con Buenos Aires.