Fulgor de pop artesanal
Los Besos. La banda liderada por Paula Trama presenta Matemática sentimental, su nuevo disco.
¿Qué tendrán esos Besos? Cada disco que entrega la banda liderada por Paula Trama es como un nuevo boletín de la eterna búsqueda de amor y los inevitables desencuentros, imantados por un pop inmensamente elegante, apuntalado en un brainstorming de ideas grupales, que en cada giro devela su construcción artesanal. No son pasionales, eternos, sino breves mimos, discos que apenas promedian los 25 minutos y dejan con ganas de más, alimentan la ilusión y el deseo. La fantasía de un nuevo encuentro.
Desde que la banda empezó a enviar señales con mayor intensidad, con Un disco de Los Besos, de 2016, sus inicios de bedroom pop fueron corriéndose hacia trabajos más recostados en arreglos, siempre sutiles y económicos, precisos. Matemática sentimental, el flamante nuevo disco de la banda, es un poco la culminación de ese proceso, a punto tal que se siente como un trabajo conceptual que arranca con la canción dentro de una canción de “Sus palabras” y cierra con los parches y coros casi bombásticos de “Limeña”, una hermosa balada pop.
“El tema habla de muchas cosas a la vez, que cada quien puede interpretar libremente”, dice Paula sobre “Sus palabras”. “Comienza con una frase que le escuché citar a (la reconocida activista) Diana Sacayan sobre una canción de otra banda. En esta canción, esa cita construye un personaje nuevo”. Musicalmente, “Sus palabras” refracta ese juego de espejos con fragmentos ensamblados, que remite a la tradición de art pop cimentada por Lennon y McCartney.
A partir de ahí, todo es un giroscopio, un paseo por la poesía y la música propia de Los Besos, que viajan a lugares remotos y siempre parecen retornar. “Hubo una imaginación algo más desenvuelta que en los otros álbumes, y todo fue muy vertiginoso”, dice la cantante. “Compuse las canciones entre 2018 y el mes pasado, y el recorte vital hace a la unidad conceptual. Al mismo tiempo, fue creciendo nuestra manera de producir como grupo”.
En “Chica de los trenes”, sobrevuela la ilusión de un fortuito encuentro en la plataforma de alguna estación, mientras otras expresiones indican que ese encuentro se concretó, de manera real o ilusoria. El tema tiene cortes y arranques constantes (se lucen Sebastián Rey en bajo y Ariel Chisleanchi en batería) que cierran en fanfarrias del sintetizador de Pablo Berardi, muy similar al estereotípico sonido de Dave Formula en el legendario grupo de post punk Magazine. “Chica de los trenes” es up tempo y exuberante; Paula Trama sobregraba sus voces y vuela extasiada al estilo Nina Hagen en los estribillos. Es el primer tema con potencial de pogo en el repertorio de Los Besos. Pero enseguida, Trama aleja al grupo por otros senderos (la fantasía balear “Robo de mar”, con bellos contrapuntos de trompeta y piano, el jazzy con aires flamencos de “Mi postura”), así como su voz puede mutar en Tracey Thorn o Sade, o robarle el autotune al trap para modular su fantástico breve poema musical “Un kilo de tu pelo”: “Vos y yo en el suelo / tan arriba me siento. / Soy un instrumento de los dioses, bebé”.
En las canciones, es natural que Paula repita frases. Es su sello distintivo, así como Miguel Abuelo tartamudea y le da sobrenaturalidad a “El muelle”. Su música y su poesía se entrelazan, construyen una estética muy privada, con citas igualmente personales. En la épica “Hoy no”, destinada a ser un hit si Los Besos grabaran para una multinacional, Paula (dice) toma como referencia al personaje Arya Stark, a Ronnie Spector (el estribillo es lo más cercano a un wall of sound) y a “Bandiera bianca”, de Franco Battiato. La poderosa sentencia “No nos veremos en la puerta blanca” es una cita a ese tema, que “nació una noche en que atravesamos un momento próximo a la muerte”, cuenta la cantante. Y todo no es suficiente para explicar el fulgor de Matemática sentimental.