Pintón, mordaz y fino
Poesía. El irreverente y pícaro Catulo fue el primer gran poeta lírico de la Antigua Roma. En nueva traducción de Pablo Ingberg, se publica Odio y amo. 20 poemas de amor y desamor.
Ese Sufeno, Varo, al que muy bien conociste, es pintón, mordaz y fino, y además hace versos más que nadie.
Pienso que ha escrito unos diez mil o más, y no están, como se hace, en palimpsestos, sino en regios papiros, nuevos rollos, cilindros nuevos, rojos los cordones, todo a plomo y con pómez alisado.
Cuando eso leas, aquel grato y fino
Sufeno ordeñacabras o pocero parecerá: tal cambio lo distancia.
¿Qué pensar? El que un dandi hace un momento y algo más ducho en esto parecía, ese es más rústico que el campo rústico cuando toca poemas y no es nunca más feliz que si algún poema escribe, tanto goza de sí y se admira él mismo.
Cierto que en eso nos mentimos todos, nadie escapa de ser Sufeno en algo.
A cada cual se atribuyó su error, mas no vemos la alforja en nuestra espalda.
Que no te extrañe, rufo, si ninguna mujer quiere poner debajo de vos su tierno muslo, ni aun cuando la seduzcas con un vestido raro o bien con los lujitos de una piedra translúcida. Te daña cierto mal rumor de que en el valle debajo de tus hombros vive un chivo feroz.
Todas le temen; no es extraño, pues muy mala bestia es, con quien ninguna chica linda se acuesta. Así que o matás esa cruel peste de narices o que ya no te extrañe si se escapan de vos.
Vivamos, Lesbia mía, y aun amemos, y al rumor de los viejos más estrictos no les demos ni un ínfimo valor.
Pueden caer y regresar los soles: cuando se caiga nuestra breve luz, una noche perpetua dormiremos.
Dame mil besos, luego un centenar, luego otros mil, luego segundos cien, luego sin pausa mil, luego otros cien. Luego que hayamos hecho muchos miles, mezclémoslos para perder la cuenta o que ningún malvado pueda aojarnos cuando sepa que tantos son los besos.