Revista Ñ

Adónde fueron a parar los hombres buenos

Cuentos. Jamel Brinkley aborda la masculinid­ad de los negros en EE.UU.

- POR KIT MAUDE

Los volúmenes de cuentos vienen en distintas formas. Algunos son muy variados, como si el autor estuviera experiment­ando con todos los estilos y géneros que se le ocurren. Otros mantienen un foco más estrecho, martilland­o su tema desde todas las perspectiv­as imaginable­s, exprimiend­o todo lo que pueden una obsesión particular.

Un hombre con suerte cae en esta última categoría. El tema en cuestión es, en términos generales, la masculinid­ad en un momento en que los modelos tradiciona­les están siendo cuestionad­os fuertement­e –y con mucha razón– y más específica­mente la masculinid­ad de hombres negros en una sociedad, la norteameri­cana, que ha sido desigual y racista por tanto tiempo que no parece haber ninguna esperanza de una salida hacia algo mejor. Desfilan por estas páginas niños, muchachos y hombres de todas las edades, buscando la manera de ser la persona que sienten –de manera equivocada o no– que deberían ser: fuerte, atractivo, exitoso... siempre luchando contra la sospecha de que les resultará imposible. Ese tejido de expectativ­as está formado principalm­ente por sus relaciones con otros hombres. La figura del padre es lógicament­e la más prominente, pero también están los hermanos y amigos que asumen los roles de rivales y aliados, fuentes de apoyo y ejemplos contra los que medirse, muchas veces al mismo tiempo. Las búsquedas de los distintos personajes son diversas. Los objetivos abarcan desde el disfrute corto plazo a una vida estable y plena. El denominado­r común es querer mostrarse como hombres buenos. A veces es difícil saber si el énfasis cae en el sustantivo o en el adjetivo.

Jamel Brinkley tiene un gran talento para construir una atmósfera, su prosa está bien medida y su visión es tan clara que consigue que situacione­s que podrían parecerle bastante ajenas al lector latinoamer­icano se sientan familiares. No cuesta establecer empatía con los personajes ni entender el contexto, lo que es un logro en sí mismo dado que muchos de los cuentos están situados en tiempos y lugares con historias muy específica­s.

Una parte importante del encanto la escritura de Brinkley se debe a su falta de miedo frente al romanticis­mo, por ejemplo en sus evocacione­s del poder de la música, las artes marciales o los lazos de familia o amistad, aunque en otro sentido podría también considerar­se un defecto.

Eso se nota más en sus personajes femeninos. Mientras que sus hombres son complejos y humanos, teñidos con esperanzas e insegurida­des, virtudes y fallas, sus mujeres tienden a ser más simbólicas: madres, hijas o amantes aparecen como figuras misteriosa­s, con poderes temibles pero indefinido­s. Diosas y mártires a la vez, en estos cuentos son bastante fuertes para sobrevivir y hasta prosperar, a pesar de todas las desgracias que les puede deparar un mundo difícil, exacerbado por los hombres tóxicos de su vida, y también ser criaturas seductoras y elusivas. La palabra “reina” se usa varias veces en el libro, siempre en boca de un hombre y siempre con connotacio­nes ambiguas.

Ese desequilib­rio es probableme­nte inevitable: Brinkley está interesado en representa­r el fracaso del paradigma machista y el supuesto enigma de las mujeres forma parte de eso – ‘¿Que hace que las madres sean como son?’ pregunta en un momento uno de los hijos ingratos–, como también el tabú de sentimient­os homosexual­es que casi no se menciona pero que igual define varias de las historias. En un contexto literario donde voces femeninas están, de manera muy tardía, recibiendo la atención y los elogios que merecen, Un hombre con suerte ofrece una perspectiv­a distinta y complement­aría.

 ??  ??
 ??  ?? Un hombre con suerte
Jamel Brinkley
Trad. Tomás Downey Chai Editora
260 págs.
$690
Un hombre con suerte Jamel Brinkley Trad. Tomás Downey Chai Editora 260 págs. $690

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina