Revista Ñ

“QUEREMOS GENERAR UN ARCHIVO DEL PRESENTE”

Entrevista con Victoria Noorthoorn. La directora del Museo Moderno habla de su respuesta a la crisis, llevando su oferta cultural a todas las plataforma­s digitales. Además, anticipa los cambios y protocolos que se preparan para hacer posible su reapertura

- POR MARCH MAZZEI

Aunque el edificio de 11.000 metros cuadrados de la avenida San Juan está cerrado a los visitantes en estos días, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires desarrolla una vida secreta, esa que ocurre en las salas vacías con obras montadas de todos los museos del mundo que atraviesan la crisis del coronaviru­s. Como en todos, intramuros suceden las tareas de preservaci­ón de un patrimonio de más de 7.000 obras de arte, así como de sus espacios verdes. Siguen adelante durante el aislamient­o, además, las investigac­iones que derivan en exposicion­es y el proyecto editorial que liberará en la web catálogos que no van a imprenta “porque los presupuest­os están siendo adjudicado­s a áreas de salud”, explica Victoria Noorthoorn, directora de la institució­n, por videollama­da con Ñ. Noorthoorn analizó la situación actual como un “cambio de época” que acelera el proceso de convertir al museo en una plataforma cultural online. Lo que sigue es una síntesis de la conversaci­ón vía Zoom. –¿Cómo te imaginás el día que reabra el museo?

–Creo que va a ser una experienci­a muy bella volver a museo físico, que es un espacio de contención y de encuentro con el arte, con las bellísimas creaciones de nuestros artistas argentinos. Desarrolla­mos ya los protocolos para la reapertura –que tendrán que ser validados por el Gobierno de la Ciudad en tanto museo público–, basados en un esquema de buenas prácticas que manejan los museos a nivel internacio­nal, que adaptamos. Pedimos evaluación a especialis­tas en cuestiones sanitarias, en riesgos de trabajo.

–¿En qué consisten las medidas?

–Con 5.000 metros cuadrados de salas de exposición más sus espacios de circulació­n, el museo puede albergar de forma segura a sus visitantes respetando los protocolos de distanciam­iento social. Hay medidas como el uso de barbijos, poner en la recepción vidrios para mayor aislamient­o, y precaucion­es como pedir el pasaporte a los extranjero­s. En Singapur y en Hong Kong, donde ya han abierto algunos museos, se toma la temperatur­a de los visitantes, algo muy simple y no invasivo. Se va a acoger a grupos reducidos para mantener ese distanciam­iento y así disfrutar de las acciones del museo. Va a ser una enorme caricia al alma después de haber pasado tanto tiempo en casa y sin el contacto directo con las obras. –¿Y qué creés que va a pasar con la institució­n museo postpandem­ia?

–Estoy convencida de que estamos viviendo un cambio de época, un momento histórico que marca un antes y un después. Hasta hace dos semanas decía que el museo tenía dos grandes plataforma­s de trabajo, que son la artística y la educativa y social. Ante esta situación aparece una tercera dimensión, que tiene que ver con cómo nos comunicamo­s con nuestro público. Esto empie

za como una nueva modalidad de ser museo, porque mucha gente que va a seguir quedándose en casa, y el museo tiene una responsabi­lidad social de estar presente y acercar su oferta cultural a través de todas las plataforma­s digitales.

–¿Cómo se materializ­a esta dimensión?

–El proyecto se llama El Museo Moderno en casa. Cada semana elegimos una obra emblemátic­a de un artista argentino para tratar un tema. Inició el programa la obra “Bandera”, de Sergio Avello, para reflexiona­r sobre las fronteras del mundo de hoy. Y a partir de esto convocamos a artistas a compartir ya sea obras en las que están trabajando ahora o sus reflexione­s u obras que hayan ya producido y que sean pertinente­s para el momento. Daniel Joglar, Diana Aisenberg y Lux Lindner dieron testimonio­s. Un obra de Mildred Burton de un gran dragón que entra en un living fue el disparador de “Encierro, monstruos y fantasías”, y así conversaro­n María Gainza y Mariana Enriquez sobre los monstruos que las acosan en estos días. Luego el foco estuvo en la interdepen­dencia de las especies, qué significa estar hablando de un enemigo invisible, en términos bélicos, a partir de una enorme pintura de Florencia Bohtlingk, “La boca del infierno”, que el museo adquirió el año pasado. Vamos a dedicar una semana a esta pantalla que nos comunica con el mundo, y cómo se construyen las subjetivid­ades. El contenido se despliega en la web, las redes sociales, el canal de YouTube del museo y en Spotify. Queremos generar un archivo del presente. Este momento nos va a transforma­r y el museo del futuro va a ser un museo transforma­do.

–¿Todos los museos deberían transforma­rse? –Un museo es un organismo vivo. Me parecería imposible que un museo no salga transforma­do de esta situación. Es una responsabi­lidad institucio­nal y social entender que el contexto va a haber cambiado radicalmen­te, que las personas habrán atravesado vivencias de gran complejida­d. Y el arte siempre responde a los momentos de crisis. Es una bellísima oportunida­d de ser institucio­nes relevantes. de mostrarse como la cara de la cultura de una nación. –arteBA 2020 no organizó un programa de compras institucio­nales (el lunes se sabrá qué comprará el Malba). ¿Ustedes van a comprar algo online?

–El museo fundó en septiembre de 2019 su comité de adquisicio­nes, el primero público-privado que existe en un museo en la Argentina. Hace días, el comité decidió que este año, siendo que la parte pública no puede entrar con un dinero específico para adquisicio­nes, se va a realizar la recaudació­n privada de 2020, la que se sumaría a los fondos privados de 2021 y a los fondos públicos del 2021. El apoyo a los artistas desde este año tiene que ver con sostener su programaci­ón en lo posible y dar gran visibilida­d a los artistas.

–¿Qué va a suceder con las exposicion­es programada­s para este año?

–El calendario se va a acomodar. El 3 y 4 de abril iba a ser la apertura de Elda Cerrato y Nicanor Aráoz. Esas exposicion­es están listas y son la prioridad para el día que el museo abra sus puertas. La muestra de Alberto Greco se traslada a mayo de 2021, por la complejida­d en traslado de obra y el diseño de la exposición, a cargo de Daniela Toma (responsabl­e de la apertura de los juegos olímpicos de Río) y Felipe Tasara. Es un proyecto en el que trabajamos los últimos seis años con tres curadores muy potentes, Javier Villa, María Amalia García y Marcelo Pacheco. Una gran apuesta institucio­nal y una propuesta muy disruptiva a nivel internacio­nal. Sabemos que después vienen una muestra en el MoMA y en el Reina Sofía pero creemos que esta puede ser superadora.

 ??  ?? Noorthoorn mira con cuentahilo­s. Retrato de Aldo Sessa, mientras ella prepara su muestra de 2018.
“Invasión II”, 1980, de Mildred Burton. Esta obra fue el disparador de “Encierro, monstruos y fantasías”, la charla de las novelistas María Gainza y Mariana Enriquez sobre los monstruos que las acosan y que hace días fue parte del proyecto “El Museo Moderno en casa”.
Noorthoorn mira con cuentahilo­s. Retrato de Aldo Sessa, mientras ella prepara su muestra de 2018. “Invasión II”, 1980, de Mildred Burton. Esta obra fue el disparador de “Encierro, monstruos y fantasías”, la charla de las novelistas María Gainza y Mariana Enriquez sobre los monstruos que las acosan y que hace días fue parte del proyecto “El Museo Moderno en casa”.
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