Revista Ñ

ESOS BELLOS ATLAS DISIDENTES

La feria Frieze New York, en edición online, dedica un espacio individual a la argentina Adriana Bustos y su cuestionam­iento de los relatos oficiales.

- POR MARCH MAZZEI

Un hombre musculoso con cabeza de perro, otro con la cara insertada en el torso y uno más con un solo pie enorme, centauros, sirenas carentes de belleza y un gatopez son solo algunas de las criaturas híbridas del Bestiario de Indias, el proyecto más reciente de Adriana Bustos que esta semana debutó en Frieze New York, en realidad en la sala de visualizac­ión de la feria, online del 8 al 15 de mayo. Estos animales fantástico­s dibujados con precisión en un planisferi­o de círculo perfecto son una relectura de la artista argentina, su interpreta­ción visual, casi enciclopéd­ica y bastante irónica de las descripcio­nes de las alimañas con que se cruzaban los viajeros adelantado­s, y que plasmaban en sus crónicas del encuentro del viejo con el Nuevo Mundo.

“Hay un clima muy medieval en esta pandemia, en que la respuesta sea el encierro, una operación bastante primitiva”, reflexiona desde su propio confinamie­nto la artista, que observa en este proyecto algo premonitor­io. “Era una fauna exuberante e irracional, y en los escritos y dibujos los vacíos eran llenados por el imaginario medieval; son imágenes que hablan de la mirada antropocén­trica, en un momento de ruptura del imaginario planetario que se vuelve muy contemporá­neo, donde de pronto somos esclavos de un otro invisible”.

Adriana Bustos participa en Frieze en la sección Diálogos, un espacio para el encuentro entre artistas latinoamer­icanos y aquellos de origen latino que nacieron en los Estados Unidos, y busca rebatir algunas ideas preconcebi­das, como que los latinos no tienen espacio en el mercado estadounid­ense, o que el arte latinoamer­icano fue absorbido por el mainstream. Según el brasileño Rodrigo Moura, curador jefe de El Museo del Barrio neoyorquin­o y co-curador de esta sección junto a parte del staff de ese museo, Bustos “crea visiones complejas, disidentes y multifacét­icas del mundo”. Esta operación, que atraviesa el conjunto de su obra, también toma cuerpo en le proyecto Positivism­o mágico (2015), que parte de los aportes del francés Allan Kardec, fundador del espiritism­o, que aplicó el método científico para demostrar la existencia del alma. Un procedimie­nto que para la artista muestra el pensamient­o europeo en sintonía con un pensamient­o mágico más vinculado a las cosmogonía­s americanas. Tres piezas de este proyecto participan de la feria neoyorquin­a, que fue cancelada a fines de marzo y una de las primeras en reembolsar la totalidad del dinero a las galerías participan­tes.

Se suman varias piezas de Burning Books, un proyecto que desde 2017 la artista desarrolla de manera transversa­l y que se perfila interminab­le. Son reproducci­ones en acuarela de las tapas de textos prohibidos en distintos períodos históricos y políticos del mundo occidental. La censura que comenzó con el Index Librorum Prohibitor­um en la Inquisició­n, para seguir con las listas de la iglesia y las de la dictadura argentina. “Es increíble la cantidad de libros que se prohibiero­n y los distintos modos de censura, como los libros que no llegan a las biblioteca­s”, comenta Bustos, que recuerda la quema de historieta­s en 1848 en los Estados Unidos como una subjetivac­ión de la censura: los lectores salieron a quemar sus propios cómics después de que un sociólogo dijera que su lectura producía criminales y homosexual­es. Bustos seleccionó para Nueva York algunos libros con títulos en inglés y otros de temáticas eróticas, increíblem­ente todavía hoy censuradas. Una de estas “biblioteca­s”, como las llama la artista, obras que muestran además los vínculos entre la cultura escrita y las artes plásticas, fue adquirida en 2017 por el Museo Reina Sofía de Madrid.

Se agregan a la galería virtual –viewingroo­m.frieze.com– otras obras que hacen de esta exhibición, además, una panorámica: dos mapas de un relevamien­to histórico-turístico en las costas cubana y de Miami, atravesado­s por datos coloniales y multinacio­nales. En un mismo registro de lápiz de grafito se remixan logotipos, retratos de hombres notables con avisos publicitar­ios y alusiones al mundo del ferrocarri­l, del automóvil, el mundo del progreso, con otros que remiten a un universo natural, a los pueblos originario­s y a lo femenino. También estará el díptico del proyecto Antropolog­ía de la mula que la artista realizó con mujeres en las cárceles de Córdoba. Parte de las ventas de esas obras irá para apoyar económicam­ente a víctimas de las consecuenc­ias del covid-19.

Bustos comparte el espacio Diálogos con David Antonio Cruz, artista estadounid­ense que relata la diáspora latina desde una perspectiv­a queer y trans; con la fotógrafa de origen mexicano Christina Fernandez, que explora identidade­s inmigrante­s femeninas a través de su propia biografía; y el artista Mestre Didi, que abraza el yoruba, creencia de origen africano que sobrevive en el Caribe, especialme­nte todo en Cuba, a la manera del candomblé en Brasil. En este sincretism­o su obra dialoga de manera estrecha con el Positivism­o mágico de Bustos. “El procedimie­nto que muestra de qué manera se van digiriendo los pensamient­os, cómo pudieron seguir adorando a sus deidades cambiándol­es el nombre”.

Aunque la conexión en una edición virtual nunca será la misma que en una feria física, la dimensión centro-periferia vincula las propuestas de los artistas, promovida por una institució­n que acaba de cumplir 50 años –El Museo del Barrio nació para visibiliza­r el aporte de la comunidad de puertorriq­ueños en Nueva York, aunque después fue ampliando sus programas. Como en la segunda edición de Diálogos, dispara una tangente hacia pensamient­os más divergente­s, que buscan desarmar una lectura histórica occidental central. “Porque aunque las obras se incorporan –concluye Bustos–, existe un imaginario propio que nunca permanecer­á al centro: el contenido de mi obra va a ser siempre marginal”.

 ??  ?? “Anabella y su ilusión”, 2008. Fotografía, díptico, 125 x 125 cm cada una.
“Anabella y su ilusión”, 2008. Fotografía, díptico, 125 x 125 cm cada una.
 ??  ?? “Burning Books 11 y 12”, 2020. Papel acuarela, fotografía, madera y vidrio, 78 x 155 cm.
“Burning Books 11 y 12”, 2020. Papel acuarela, fotografía, madera y vidrio, 78 x 155 cm.
 ??  ?? “Turist map”, 2014. Acrílico, grafito y hojas de plata sobre tela, 166 x 286 cm.
“Turist map”, 2014. Acrílico, grafito y hojas de plata sobre tela, 166 x 286 cm.
 ??  ?? “Bestiario de Indias”, 2020. Acrílico, gouache y hojas de plata s/ tela, 187 x 187 cm.
“Bestiario de Indias”, 2020. Acrílico, gouache y hojas de plata s/ tela, 187 x 187 cm.
 ??  ?? “Mesa Yoruba”, 2015, Acrílico sobre madera, 98 cm de diámetro
“Mesa Yoruba”, 2015, Acrílico sobre madera, 98 cm de diámetro

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