Revista Ñ

Un doble, un duelo y algunos hilos invisibles

Narrativa. Una ausencia definitiva y un incierto proceso de creación marcan el compás de la novela de Agustina Caride.

- POR VERÓNICA BOIX

La literatura, se sabe, puede ser un refugio contra los males del mundo. En su novela reciente No habrá sino ausencias la escritora Agustina Caride pone en escena esa idea y descubre la fuerza de la imaginació­n dentro de la experienci­a, a través de la vida de un personaje y su creación.

La historia empieza con el primer día de Clara en un taller literario. Nunca antes escribió, pero tiene una escena que la ronda incesantem­ente: una mujer, Inés, entra a su casa en pueblo de Alemania y encuentra una carta que le trae de vuelta su pasado.

De ese modo, Clara se convierte en una narradora doble. Por un lado, relata en primera persona su presente; vive en Barrio Norte junto con su papá, tiene un negocio de marcos y atraviesa lo mejor que puede el duelo por una mamá que murió recienteme­nte de cáncer. Al mismo tiempo, trata de encontrarl­e un pasado a esa mujer que imagina, Inés. Busca las causas que la obligaron a vivir lejos de Argentina en la época nefasta de la última dictadura militar.

El tono íntimo y reflexivo de la narración de Clara, los detalles minuciosos con los que va mostrando su experienci­a y lo que imagina logran que su vida tenga tanta realidad como la de su personaje. Es decir, las dos historias tienen el mismo peso dramática; Clara y su protagonis­ta parecen habitar mundos reales en los que la muerte ocupa un lugar central.

“Sindlinger es su departamen­to de dos ambientes, la tranquilid­ad del río que atraviesa Frankfurt y que, sin embargo, al llegar al pueblo se angosta a tal punto que ella cree poder tocar las campanas de la iglesia de enfrente. Sindlinger es la necesidad de vivir no más lejos, sino fuera de su historia”, escribe sobre Inés, y en verdad, se refiere a ella misma.

Claro que en esos dos planos, el de la vida cotidiana de la narradora y la ficción que intenta escribir, aparece el juego del doble. Mientras que Clara atraviesa un duelo y tiene que lidiar con un nuevo hecho dramático inminente, descubre en el mundo de Inés un espacio al que puede viajar cada vez que su realidad personal se le haun ce insoportab­le. Dicho más fácil, Clara, por momentos, vive la experienci­a de Inés.

Eso no quiere decir que la trama recurra a lo fantástico o al desequilib­rio mental. Por el contrario, Clara jamás vacila entre la real y lo imaginario. Así y todo resulta imposible no asociar el relato con “Lejana”, el cuento de Julio Cortázar, que relata la historia de Alina Reyes, una joven burguesa en Buenos Aires que empieza a experiment­ar, por momentos, la vida de una mujer pobre en Budapest. El puente, que en el cuento termina uniendo ambas vidas, va a dibujarse también en la novela.

De un modo natural, en el ida y vuelta entre ficción y realidad, surgen los mecanismos de la escritura. De ahí que la novela también funciona como una suerte de clase; logra trasmitir el proceso de nacimiento de un personaje, la búsqueda de detalles significat­ivos y la progresión dramática que conforman un texto narrativo. A la larga, en el espejo que se arma entre Inés y Clara, Caride traza los hilos invisibles que enlazan la vida y la escritura, y en ese lugar íntimo, encuentra el verdadero refugio contra todas las tragedias.

 ??  ??
 ??  ?? No habrá sino ausencias Agustina Caride Letras del Sur
139 págs.
$ 590
No habrá sino ausencias Agustina Caride Letras del Sur 139 págs. $ 590

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina