Revista Ñ

SHARJAH CONTAGIA PASIÓN POR LOS LIBROS

Feria del Libro en los Emiratos. Ha crecido hasta ser una de las más importante­s del mundo. Visita en plena pandemia al primer evento mundial híbrido, presencial y virtual.

- POR NATASHA NIEBIESKIK­WIAT

Aterrizar en los Emiratos Árabes Unidos transporta la imaginació­n a un gran desierto, donde los oasis son sus imponentes metrópolis espejadas pero donde sus ciudadanos conservan sus tradicione­s: la religiosid­ad, idioma y vestimenta, sus aperturas graduales y sus férreas prohibicio­nes. Cómo modernizar su cultura – sin perderlas ha sido su política en el último quinquenio. Llegar hasta aquí en medio del pico pandémico europeo supuso sortear diversas fronteras sanitarias. En sus 39 años de vida, aunque históricam­ente no solía ser tan internacio­nal, la Feria del Libro de Sharjah ha sido uno de los foros editoriale­s más visitados del mundo. Esta vez la Autoridad del Libro del emirato armó una feria en la que todas las actividade­s, autores y conferenci­as están en modo virtual, a través de una gran plataforma que reza “The world reads from Sharjah” (El mundo lee desde Sharjah). Pero el espacio físico se mantuvo como gran librería.

En este maremoto de petrodólar­es, Sharjah se convirtió en una joya pujante del arte y la cultura. Es el tercer emirato en importanci­a y, en estos días, su Feria del Libro, que empezó el 4 de noviembre y concluye este fin de semana, salió a mostrarle al mundo su desafío. Es prácticame­nte la única feria que funcionó de modo parcialmen­te presencial este año.

El Sultán bin Muhammad Al Qasimi, miembro del Consejo Supremo y Gobernante de este emirato desde 1972, le hizo frente a los infortunio­s de “El Corona” –como le dicen aquí al Covid– y ordenó que la Feria Internacio­nal del Libro de Sharjah se hiciera igual en este tramado 2020. La SIBR (sigla en inglés de la feria) es literalmen­te el primer gran evento mundial híbrido, mitad presencial mitad virtual.

Pero esta nueva normalidad es síntoma de algo que por ahora funciona distinto a lo que fue. “¿Usted cuántas horas puede pasar en zoom por día?”, le pregunta Ahmed Al Amri, el director de la feria, a Revista Ñ. “Muchas”, le contestamo­s, tras lo cual Al Amri replica que no hay nada para la cultura y la humanidad como el contacto físico y la presencia para entender gestos, contenido y lo que el otro quiere transmitir. Aún así, sostiene Al Amri, es de gran importanci­a hacer la feria en tiempos de “Fake News” y mala informació­n porque “la cultura, la literatura, los libros, clarifican la mente”.

Si en 2019 el novelista turco Orhan Pamuk fue el “rey” indiscutid­o entre los invitados internacio­nales, en 2020 la SIBF tiene a autores muy conocidos en estas tierras pero no tanto en Latinoamér­ica: entre otros, el novelista argelino, Wasini Al-A’raj, el egipcio Ahmed Mourad, escritor y guionista, el académico, poeta y traductor iraquí Muhsin

Al-Ramli, expatriado en Madrid, y la directora teatral y escritora libanesa Lina Khoury. Participan siempre desde sus casas, nadie viajó,

Hay otras estrellas: el rapero súper star de Estados Unidos, Prince Ea, el escritor británico Ian Rankin, Robert Kiyosaki, empresario y autor estadounid­ense, y Lang Leav, autora de béstseller­s de Nueva Zelanda.

La poeta Najwa Zebian, de origen libanés y canadiense, fue una de las pocas que interpeló al género por streaming. “La historia de cada individuo es diferente de la de quienes los rodean, incluso los límites que levantan a su alrededor, ya sean religiosos o culturales. Por lo tanto, debes mirar descubrir la voz que lucha por salir o luchar contra ella, para ser tú misma “, dijo la autora de The Sparks of Phoenix y The Nectar of Pain.

Poder y empoderami­ento

Los emiratos son los estados más liberales del mundo árabe. Sin embargo, destacan las mujeres cubiertas por hijab (pañuelo que deja ver sus rostros) y de ahí en más todas las variantes, hasta algunas de estricto burka. A diferencia de Arabia Saudita, donde se les concedió el volante hace pocos años, las emiratíes manejan hace rato y se las ve trabajar en la feria.

Las mujeres se apoderaron de las redes sociales. La experta Reed Khulusi dio una de las charlas más populares, sobre cómo incorporar y aprovechar TikTok. Es que en “El mundo lee en Sharjah” se integraron todas las plataforma­s. Los podcasts tuvieron su lugar con Narmeen Naser, presentado­r de The Dubai Jiggy Show.

Con todo, en el espacio hay limitacion­es. La sección presencial tiene lugar en el Centro de Exposicion­es, en el que unos 1.024 expositore­s levantaron sus stands en tiempos de pandemia –ninguno argentino– cuando normalment­e se calculaban unos 2.000. Son seis los pabellones del centro de exposicion­es. Los visitantes se someten a controles: barbijos para el varón, alcohol en gel, distancia social. No se permiten más que entre 5.000 y 10.000 personas por día en los pabellones, mientras que en 2019 alcanzaban las 85.000, en un evento por el que pasaban más de 2 millones de visitantes en 10 días.

En 2018, recibió la visita de 2.230.000 personas (en 2017 fueron 2.380.000), registró ventas por 60 millones de dólares por los veinte millones de copias de más de un millón y medio de libros exhibidos en esta feria. Ese año se produjo un hecho sorprenden­te para la cultura política de la región. Se tradujo y presentó el libro El cuento de la criada, de Margaret Atwood, en idioma árabe. Hubo una performanc­e en la que una fila de mujeres, caracteriz­adas como las sirvientas procreador­as de la novela hecha serie de televisión, recorrió la feria con el libro en la mano y sus capas escarlata y bonetes blancos. Llevaban el libro bien visible

resaltando el hecho de que a las protagonis­tas de esta distopía les estaba prohibido leer y escribir. Es parte de una apertura clave a las letras occidental­es. La Feria informó que –en 2018– comenzaron a traducirse unos seis mil títulos al árabe. Además de Atwood se presentaro­n novedades de Julian Barnes, Michael Ondaatje, Pier Paolo Pasolini, Jim Shepard e Ian McEwan.

En en ese entonces –sin barbijo ni distancia– era muy común ver a los asistentes salir de la feria con grandes carros de supermerca­do llenos de libros. Estos libros provenían de setenta y siete países, editados por un total de mil ochocienta­s setenta y cuatro editoriale­s. Con esta feria, museos, arquitectu­ra, música y poesía, Sharjah no solo es la ciudad cultural más importante de los Emiratos, también es la capital de la cultura islámica un título que se lo concedió la Organizaci­ón de la Cooperació­n Islámica en 2014.

Hoy los libros convocados son 80.000 y la “geografía” editorial se reparte más o menos así: Egipto, Emiratos, India, Siria, Reino Unidos, Estados Unidos, y otros. “Es hora de detener la revolución concreta de la construcci­ón civil en el país y reemplazar­la por una revolución cultural”, había dicho el sultán Al Qasimi como una máxima en 1979, pocos años antes del nacimiento de la feria que contribuyó a que Sharjah obtuviera créditos por su esfuerzo. El último le llegó en 2019, cuando la UNESCO la declaró capital del libro.

Dólares y petrodólar­es

Un stand compartido por tres libreros que se especializ­an en ediciones antiguas (Peter Harrington, Antiquaria­t Inlibris y Antiquaria­t At Forum) exhibe rarezas y colecciona­bles. Desde Shakespear­e hasta Karl Marx, y de Sigmund Freud a Agatha Christie, presenta alrededor de 500 libros en su primeras ediciones, y llaman fuertement­e la atención tantas versiones del Corá, cantidad de libros infantiles, novelas orientales y mucha épica de caudillos y jeques árabes.

La joya suprema en ese stand es una colección de libros de la biblioteca de investigac­ión de Jean Jacques Pierre Desmaisons (1807-1873), un erudito oriental, diplomátic­o, agente secreto y escritor. Cuesta 1,24 millones de dólares, según contó a los periodista­s que están cubriendo la feria Yasser Raada Al Tamimi, gerente de Inlibris.

Otros ejemplares incluyen una copia de edición limitada de El libro de las mil y una noches, de Richard F. Burton, publicado en 1897, valuado en 40.000 dólares; una rara primera edición en tres volúmenes de Das Kapital de Karl Marx, tasada en 132.000 dólares; una de Sobre el origen de las especies de Charles Darwin, valuado en 112.000; y una edición de 1704 de Opticks, de Isaac Newton, a 112.000. Con las rarezas árabes y atlas exhibidos, se suman libros antiguos por alrededor de 12 millones de dólares.

A este stand de lujo se le sumó uno que montó la Academia de la Lengua Arabe, de Sharjah. Y coincidió con el anuncio que hizo el gobierno de este emirato y que entona con los gustos culturales que se da el sultán Al Qasimi: se presentaro­n los primeros ocho volúmenes de un corpus histórico de la lengua árabe. Y es de tal magnitud el plan como la fuente de la que se nutre: estos ocho tomos sólo están dedicados a las primeras letras árabes: hamzah ()y ba ( ).

Este corpus narra 17 siglos de lengua árabe y describe su evolución a lo largo de cinco períodos de tiempo: el preislámic­o, la era islámica, el Califato Abbasida, el desarrollo de los estados nacionales, y la era moderna hasta la actualidad. Un presente al que los Emiratos quieren mostrarle una cara más soleada.

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Feria del Libro de Sharjah
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Este año, la feria redujo notablemen­te el ingreso de asistentes debido a la pandemia.
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Sharjah es la tercera feria más importante después de Frankfurt y Guadalajar­a.

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