El secreto de Ennio Morricone
Disco póstumo. Acaban de salir a la luz siete temas inéditos, entre otros clásicos, del legendario compositor de bandas sonoras de grandes filmes.
A apenas cinco meses de la muerte de uno de los compositores fundamentales de bandas de sonido del cine moderno (privilegio compartido con Bernard Herrmann y John Williams), se lanzó en todo el mundo Morricone segreto. El hombre que inventó la música de los spaghetti western o que coronó de ritmo el cine político (con Sacco y Vanzetti o Argelia) retorna con una hora de música y 27 composiciones de las que 7 son inéditas, aunque de todas maneras todas son difíciles de hallar a menos que uno sea un coleccionista. En su mayoría se trata de música oscuros filmes italianos y franceses de fines de los 60 a comienzos de los 80.
Desde su aterradora apertura con ‘’VieNi’’ (de la película Quando l’amore è sensualità), comprendemos que la influencia de il maestro, es palpable en el mejor cine de terror actual, como el de Jordan Peele, director de Get Out y Us: coros, voces polifónicas, teclados brutos y asonantes y pizzicatos de cuerdas. La cosa se pone mejor (o peor), con ‘’Fantasmi Groteschi’’, con su guiño al standard ‘’Caravan’’ de Duke Ellington y porque ahora sabemos de dónde proviene el gran pianito (no hay oximorón) de otro gran logro suyo: el soundtrack de Los intocables, de Brian de Palma. “Tette e antenne tetti e gonne’’ (del filme La smagliatura), es una balada setentista, instrumental, melodramática, casi camp. Podría haber sido una canción de baladistas como Nino Bravo, Raphael o Sandro. O sea: es excelente. ‘’Per Dalila’’, casi un piano solo, despliega jazz en veta de los pianistas del género y ‘’Inseguimento mortale’’ es ese tipo jazz-noir que proveniente de un club nocturno y lleno de humo. ‘’Jukebox Psychédélique’’ (de Peur sur la ville), hace honor a su título con la psicodelia de finales de los 60 de tablas, sitar y sonidos orientales. “Non può essere vero’’ (del giallo Mio caro assassino) prueba que la música de los giallo, a la que tanto directa o indirectamente Morricone contribuyó desde el clásico El pájaro de las plumas de cristal (por momentos casi un disco de free jazz), puede ser tanto expresionista como impresionista.
En varias obras encontramos ese aire lounge muy de época, así como órganos hammond. Pero siempre esa característica anfibia del genio de Ennio: ir del jazz a la música popular, de la música erudita al rock instrumental más abrasivo, valerse de la orquestación más compleja como coros, un instrumento folclórico como la ocarina (ese sonido, tipo silbato, que cualquier habitante del mundo conoce gracias a El bueno, el malo y el feo)o la guitarra Telecaster. El mondo sonoro de Morricone aquí nuevamente es surf music italiana y música contemporánea y tarareable. Un mundo que ha influenciado a artistas tan dispares como Metallica (que abren sus recitales con “The Ecstasy Of Gold’’, también de El bueno, el malo y el feo), Morrissey, los locales Babasónicos, el rock indie y de frontera como Calexico o Friend of Dean Martinez, el renacimiento del jazz italiano o la vanguardia del saxofonista y experimentador norteamericano John Zorn. La cantidad de versiones e interpretaciones del tema principal de La misión o el ‘’Love theme” de Cinema Paradiso (aunque vale la pena detenerse en la de Pat Metheny y Charlie Haden del disco Missouri Sky) siguen siendo incontables.
Jazz, pop, psicodelia se conjugan en este Morricone secreto. “El lado oculto, oscuro y psicodélico del director’’ reza como subtítulo la tapa de este disco, y es en realidad lo que Morricone siempre ha hecho, sin por esto perder su iridiscencia y emoción inconfundibles. Morricone segreto también es un Morricone profundo, velado, furtivo y delicioso. Un disco que nos permitiría parafrasear la letra de la recordada canción que compuso para Joan Baez en el filme Sacco y Vanzetti y cantar, como en un loop interminable: Brindamos por ti, Ennio Morricone, descansa para siempre aquí, en nuestros corazones.