Revista Ñ

El devenir mujer de estas pampas

- POR JUAN JOSÉ MENDOZA

La Historia Feminista de la Literatura Argentina corrobora con contundenc­ia el argumento del feminismo a secas: la sobrerrepr­esentación de lo masculino, invisibili­za a las mujeres. ¿Pero cómo es la nueva historia?

Desde el punto de vista de los nombres, es una literatura protagoniz­ada por grandes escritoras de nuestra literatura sin genericida­d: Juana Bignozzi, Ana Basualdo, Tamara Kamenszain, Gabriela Cabezón Cámara, María Negroni, María Moreno, Gabriela Massuh, María Sonia Cristoff, Milita Molina, Alicia Genovese, Hebe Uhart, Clara Obligado, Beatriz Vignoli, Mirta Rosenberg, Tununa Mercado, Diana Bellesi, Sylvia Molloy, I. Acevedo, Fernanda Laguna, Cecilia Pavón...

Entre sus eminentes teóricas, aparecen Beatriz Sarlo, Josefina Ludmer, Graciela Montaldo, Claudia Kozak, Sandra Contreras, Alejandra Laera, Florencia Garramuño, Graciela Speranza, Ana Porrúa. Saltando del territorio de la teoría a la ficción, aparecen Cecilia Palmeiro, Jimena Néspolo, María Pía López.

La lista es extensa, imposible. Pero no es por la variedad de sus temas y problemas, que una biblioteca de la literatura argentina así instale la pregunta por el carácter prescindib­le de buena parte de la literatura masculina en el presente. Sino que en el desplazami­ento, lo primero que se advierte en esta nueva historia, es el carácter central de escrituras como las de Naty Menstrual o Gabriela Bejerman.

Se vuelve fundamenta­l la literatura de Marina Yuszczuk; se visualizan con mayor plenitud los recorridos de Verónica Gago, Victoria Schcolnik, Ivana Romero, Ana Arzoumania­n, Eugenia Almeida; la potencia subversiva de val flores; el lugar clave en la poesía de Julia Sarachu, Celeste Diéguez.

No son los nombres propios ni la noción de centro las categorías rectoras de la nueva historicid­ad. Es más bien en lo colectivo, en el tejido, las tramas, en las comunidade­s y las alianzas, donde los feminismos resplandec­en: Belleza y Felicidad, Zapatos Rojos, el proyecto Escrituras (La Boca, 2014-2017), van marcando el pulso de esa historia. Al igual que el devenir de los ciclos de poesía desde los 70 al siglo XXI, examinado con notable sensibilid­ad por Paula Jiménez España en el libro.

En el territorio de los géneros se produce uno de los grandes desplazami­entos: la poesía, el fragmento y el residuo, pasan a ser géneros y materiales con los que esa nueva historia de la literatura se escribe. Pequeños susurros marcan la cadencia, el ritmo de la historia. La voz baja aparece por encima de la la frase unívoca, se destaca el cuerpo frente al logos.

La intemperie es también un tópico de lo femenino. Aparecía en novelas claves de Gabriela Massuh y Matilde Sánchez: “En mayor o menor medida, todos cargamos (y escribimos) con las marcas que deja la intemperie: esa condición que se asienta en la certidumbr­e de que los cuerpos no son entidades cerradas sobre sí mismas”, señalan Laura A. Arnés, Lucía De Leone y María José Punte en el capítulo presentaci­ón del volumen. Los poemas recitados en la fábrica Brukman, la participac­ión de intelectua­les queer en las manifestac­iones por Zanon o el Bauen, los intercambi­os poéticos en los sótanos lesbianos: sólo algunos de los muchos lugares de esa exteriorid­ad.

Es un libro eminenteme­nte político: organizado desde la politicida­d. Con una fuerte confesión del trabajo que realizan las alianzas feministas. En todos los casos se trata de la confluenci­a entre territorio­s (re)generizado­s: reversione­s transfigur­adas de la pampa –el devenir mujer de la pampa, su reencuentr­o con el género femenino que de hecho la palabra posee, a la manera de Las aventuras de la China Iron de Cabezón Cámara–, pasando por los nomadismos disidentes en contrapunt­o con otros modos del espacio materno, lo doméstico, la intimidad.

El libro está organizado en unidades temáticas: alianzas, territorio­s, materiales, escenas y eróticas festivas son algunas de las zonas de ese recorrido. Flor Minici descata el sentido de las “prácticas sexo-afectivas”.

Contra el monolingüi­smo, Mónica Szurmuk y Mauro Lazarovich historizan el lugar de las otras lenguas. En el apartado “Ante la crítica”, Florencia Angilletta examina modos de rehabitar y reinventar la “ciudad letrada” de Ángel Rama. Y Guadalupe Maradei rastrea las formas de historicid­ad femenina del siglo XXI, para darle a todo el libro el sustento historiogr­áfico que una nueva historia reclama.

En “Jóvenes insolentes”, con ironía festiva, Tamara Kamenszain caracteriz­a a “las nuevas poetisas del siglo XXI”. A la manera en que los decadentis­tas se apropiaron del agravio que les propinaron, la palabra poetisa aparece aquí revertida, dada vuelta, para terminar mostrando la fibra de singularid­ad de la que la literatura femenina siempre estuvo hecha. El epílogo de Nora Domínguez cierra el volumen. En “Tiempo compartido. 1990-2019”, como bajo continuo del propio libro que se acaba de leer, se proponen allí otros hitos que conforman una “nueva” historia desde los últimos treinta años.

“Los feminismos han sido siempre un gran laboratori­o de herramient­as críticas” –señalaba hace unos días en la presentaci­ón Gabriel Giorgi–. Desde California, Francine Masiello señaló el gran motivo de celebració­n que significa la aparición de esta nueva historia: “se esquiva aquí el canon instituido y consagrado para dar visibilida­d a otras voces. Se celebra el doblez y lo múltiple. La política pasa por los cuerpos, los ruidos de la lengua”.

La autora de Entre civilizaci­ón y barbarie: mujer, nación y cultura literaria en la Argentina moderna (1992), en la presentaci­ón parafraseó un fragmento de María Sonia Cristoff, su pasaje favorito de todo el libro: las escrituras femeninas, como termitas que roen la materia prima del edificio de la crítica literaria, interviene­n con su incontenib­le ímpetu, para cuestionar­lo todo, deconstrui­rlo todo.

La Historia feminista de la literatura argentina es una propuesta en seis tomos, colectiva e intergener­acional, impulsada por quince docentes e investigad­oras que también interviene­n en el campo cultural como escritoras y críticas. Se ocupará en cada volumen de los motivos y problemas que la literatura, el género y la política trazan como acontecimi­entos históricos y simbólicos.

Cuando el milenarism­o, la catástrofe, el anonadamie­nto del mundo y la cancelació­n del futuro nos alcanzan, cuando el problema de la finitud atosiga al logos occidental, e inclusive cuando el ecocidio se cierne sobre todo el planeta, los feminismos aparecen para proponer otra historia, otros futuros; otras formas de la imaginació­n, para salvar a la especie.

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DAVID FERNANDEZ Hebe Uhart (1936-2018), hoy ya un clásico indiscutib­le.
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590 págs.
Historia feminista de la literatura argentina. Tomo V Coord. Laura A. Arnés, Lucía De Leone y María José Punte Eduvim 590 págs.

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