Rasgos en el bosque de miradas
La obra propone una forma de visibilizar una situación que juega con su opuesto, la desaparición. Ser testigo ocular del rostro de quienes ya no están con nosotros. Si esas personas han sido nuestros padres, reconoceremos allí rasgos que nos emparentan. Esas miradas nos interpelan tanto como las nuestras a ellos buscando rastros que rehagan la historia. Los espejos nos revelan y multiplican en un laberinto que conmueve, aún a quien no busca pero queda inmerso en ese bosque de miradas. Cuando los espejos ya no reflejen es que todos habrán aparecido.