Bicentenario de Pauline ViardotGarcía
Este año se cumplen 200 años del nacimiento de la compositora, cantante, pianista, organista y maestra Pauline Viardot-García (1821-1910), una de las figuras intelectuales y musicales más apasionantes de su época.
El origen de Pauline no podría haber sido más musical. Su padre, Manuel del Pópulo Vicente García, fue uno de los tenores más requeridos de su tiempo, compositor, empresario y maestro. Su madre, Joaquina Sitches, era soprano. Los hermanos de Pauline, Manuel y María Felicidad, fueron dos figuras clave para el canto lírico, él como pedagogo y ella (luego María Malibran) como una cantante fenomenal.
Cuando Pauline tenía cuatro años, los García atravesaron el Atlántico y desembarcaron en Nueva York, donde, con la ayuda de Lorenzo Da Ponte –poeta, empresario y libretista de tres de las óperas más famosas de Mozart–, dieron a conocer varias obras con gran éxito. Entre ellas estaba el Don Giovanni de MozartDa Ponte; aunque Pauline era demasiado pequeña para participar de la producción, mucho después habría de brillar en ese título y llegaría a adquirir el manuscrito en 1855.
En 1832, ya de vuelta en Europa, el tiránico Manuel García padre murió, y Pauline continuó su formación con su madre, con Franz Liszt y Anton Reicha. Recién después de la trágica muerte de su hermana María en 1836, Pauline comenzó una carrera como mezzosoprano que habría de dejar su huella en la música, y en la que grandes papeles serían creados –o recreados– para ella, pero nunca abandonó su veta de compositora, e incluso interpretaba en los conciertos algunas de sus más de 100 canciones acompañándose al piano.
En 1840 Pauline se casó con Louis Viardot, director de uno de los tres principales centros líricos de París, el Théâtre Italien, y 21 años mayor; a diferencia de otras mujeres del arte, la cantante contó con el apoyo de su marido, quien renunció a su cargo para acompañarla en sus giras. Entre 1843 y 1846 cantó en San Petersburgo; allí conoció al escritor Iván Turgéniev, quien, perdidamente enamorado de ella, la habría de seguir hasta el fin de sus días. En tiempos en los que las divas y divos de la ópera todavía eran un torrente de exigencias, Pauline Viardot-García sorprendía por su versatilidad: además de hablar fluidamente seis idiomas (español, francés, inglés, italiano, alemán y ruso), componía en diferentes estilos nacionales.
A los 42 años Viardot-García se retiró de la vida musical pública y se exilió en Baden-Baden junto a tres de sus hijos, su marido y Turgéniev, y se dedicó a coleccionar obras de arte, a enseñar y a componer y escenificar pequeñas óperas con libreto del escritor ruso. A su regreso a París, la artista siguió cultivando las reuniones musicales y la enseñanza. Tanto Louis Viardot como Turgéniev fallecieron en 1883; Pauline los sobrevivió hasta 1910, cuando otro tiempo había empezado para la música francesa y universal. Con ella se fue tanto un modelo representativo de la artista romántica como un espíritu singular e irrepetible.