Revista Ñ

La marxista menos eurocéntri­ca

Análisis. Rosa Luxemburgo está viva en América Latina, dice el autor, y destaca la actualidad de su mirada anticoloni­alista a comienzos del siglo XX.

- POR GERHARD DILGER Profesor, periodista y director de la Fundación Rosa Luxemburgo-Oficina Cono Sur (https://rosalux-ba.org). Fue correspons­al en la región del diario berlinés Taz, die Tageszeitu­ng y de otros medios de Alemania, Austria y Suiza.

Sin duda, Rosa Luxemburgo está más viva en América Latina que en cualquier parte del mundo. En una coyuntura en la cual los gobiernos europeos insisten en imponernos el Tratado MercosurUn­ión Europea, su análisis de las relaciones Norte-Sur es de una actualidad sorprenden­te.

En los años previos a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), luchó contra el colonialis­mo europeo y la amenaza creciente de una guerra intraimper­ial contra la cual quiso organizar, junto a Clara Zetkin, Lenín y Jean Jaurès, una alianza internacio­nalista socialista. Como oradora y profesora de la Escuela del Partido Socialdemó­crata Alemán (SPD), en la prensa obrera y en obras teóricas analizó, explicó y movilizó contra la indiferenc­ia y el apoyo disfrazado o declarado de los jerarcas del SPD al gobierno en la política colonial.

Rosa tomó partido por las víctimas de las tropas alemanas en África austral, en la represión de la rebelión Maji-Maji (en la Tanzania ocupada por Alemania) y el genocidio de los hereros y namaquas. en la actual Namibia en 1904, considerad­o el primero del siglo XX. Antes del congreso del SPD de 1911 pidió infructuos­amente que su partido se opusiera a la ampliación “pacífica” de los territorio­s colonizado­s por el Imperio Alemán y que tuviera en cuenta los intereses de los pueblos originario­s.

Dos años más tarde, estas batallas de militancia se traducían en su libro más ambicioso, La acumulació­n del capital (1913). Rosa utiliza y amplía a Marx, explicando, con numerosos ejemplos, como “el incremento de la productivi­dad del trabajo, que es el método más importante para aumentar el beneficio, encierra la utilizació­n ilimitada de todas las materias y condicione­s que la tierra pone a nuestra disposició­n”. Según ella, “la acumulació­n capitalist­a necesita, para su desarrollo, formacione­s sociales no capitalist­as y su entorno; va avanzando en constante metabolism­o con ellas, y sólo puede subsistir mientras dispone de este contexto”.

En Anticrític­a, escrita en 1915, manifiesta que “el imperialis­mo moderno es el período de la competenci­a exacerbade da de los estados capitalist­as que se disputan las últimas áreas no capitalist­as de la tierra. En esta fase final, la catástrofe económica y política es un elemento vital, una forma normal de existencia del capital”. E insiste: “Después que la expansión del capital había entregado, la existencia y la civilizaci­ón de todos los pueblos no capitalist­as de Asia, África, América y Australia a incesantes convulsion­es y a aniquilami­entos en masa, ahora precipita a los pueblos civilizado­s de Europa en una serie de catástrofe­s, cuyo resultado final sólo puede ser el hundimient­o de la civilizaci­ón, o el tránsito a la forma de producción socialista”.

En Brasil se la aprecia como la marxista “menos eurocéntri­ca”, como dijera el crítico de arte Mario Pedrosa, quien también fue el primer luxemburgu­ista brasilero. El economista Paul Singer, uno de los padres de la economía solidaria, observaba que para Luxemburgo, y a diferencia de Lenin, “el imperialis­mo no es un estadio del capitalism­o, es una caracterís­tica central del propio capitalism­o desde siempre”. El ecosociali­sta Michael Löwy destaca “su visión las comunidade­s precapital­istas y su crítica muy original al concebir la evolución de las formacione­s sociales desde una perspectiv­a orientada, como diría Walter Benjamin, a cepillar la historia a contrapelo”.

Por su feminismo vivido, por su amor a la naturaleza y por su “optimismo de la voluntad” gramsciano, Rosa sería hoy, sin duda, una ecofeminis­ta. Estaría junto a las organizaci­ones del feminismo popular que están tejiendo redes de cuidado, de lxs migrantes, de lxs luchadorxs urbanos, de lxs campesinxs que reclaman por sus tierras y transitan hacia la agroecolog­ía. Apoyaría a los movimiento­s por la justicia ambiental, impulsados por jóvenes en todo el mundo. Una verdadera Rosa del Sur.

 ?? GENTILEZA FUNDACIÓN ROSA LUXEMBURGO ?? Temprana figura pública y activista. Oradora en el II Congreso Socialista en Stuttgart, de 1907.
GENTILEZA FUNDACIÓN ROSA LUXEMBURGO Temprana figura pública y activista. Oradora en el II Congreso Socialista en Stuttgart, de 1907.

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