Encantados de aceptar el ArchivoWilliams
“Luego de muchos años de sostener el Archivo Williams y de realizar ingentes esfuerzos e inversiones propias para la difusión de la obra de Amancio Williams, sus hijos resolvimos finalmente donar la totalidad del Archivo, nuestro Archivo, al Canadian Center for Architecture (CCA), con sede en Montreal, Canadá”.
La declaración, anunciada poco antes de la pandemia, generó tanto el alivio de saber en buenas manos un patrimonio único y valioso, como el desánimo de confirmar que la memoria de uno de los arquitectos argentinos más importante en el siglo XX no encontró espacio adecuado en el país, tras tres décadas de reuniones, entrevistas, peregrinajes por despachos y tratativas.
Según estimó Claudio Williams, el hijo menor del arquitecto y custodio junto con sus hermanos de ese patrimonio, el archivo está formado por unos 7.000 planos, más de 5.000 cartas, 7.500 negativos y diapositivas, gran cantidad de fotografías impresas, todas las publicaciones realizadas sobre su obra, seis maquetas y un gran conjunto de láminas, todas ellas de gran calidad y tamaño.
Además, “el archivo contiene una voluminosa correspondencia con destacadas figuras como Le Corbusier, Walter Gropius, Fernand Leger, Jean Prouvé, Pier Luigi Nervi, Oscar Niemeyer, Ignacio Pirovano, Andre Bloc, Fernando Belaunde Terry, Emilio Ambasz, Reginald Malcomson, Roberto Burle Marx entre muchos otros”, apunta en un inventario rápido.
“Las relaciones de Amancio Williams van más allá de su localidad (en concreto, su lugar en la historia de la arquitectura es internacional, tuvo estrechas conexiones con gente como Le Corbusier y otros modernistas), y su obra habla del discurso de la arquitectura contemporánea”, considera para Ñ desde Canadá Giovanna Borasi, directora del CCA e impulsora del acuerdo para que el archivo fuera recibido allí.
–¿Cuándo tuvo conocimiento de la existencia de los archivos Williams y de la búsqueda de un espacio para estos documentos?
–No puedo recordar el momento exacto en que conocí a Amancio Williams, porque siempre ha sido una figura conocida del modernismo con resonancia internacional. Sin embargo, la primera vez que pude
ver sus increíbles dibujos en persona, no reproducidos en un libro, fue en la exposición Latin America in Construction del MoMA: Architecture 1955-1980 comisariada por Barry Bergdoll en 2016. Ese mismo año, con motivo de la inauguración de una exposición que curé, titulada El otro arquitecto, en la Galería Monoambiente, visité Buenos Aires. El director de la galería, Martín Huberman, que había estado trabajando en la digitalización del archivo Williams, me invitó a participar en su próxima visita al archivo. Allí conocí a Claudio Williams, el principal representante del patrimonio de la familia. Al ver los dibujos y bucear en la obra de su padre, fue natural que le preguntara qué preveían como solución a largo plazo para el archivo. Uno de sus principales criterios era encontrar una institución que lo aceptara en su totalidad y no tuviera que seleccionar dibujos de obras maestras.
–En general, ¿cuáles son los criterios que el CCA aplica para aceptar una donación?
–Al ser una institución internacional, el CCA busca archivos cuya obra tenga una resonancia internacional más allá de la particularidad de su contexto local. A lo largo de los últimos 40 años, la colección se ha formado con archivos y fondos que revelan el proceso, las ideas transnacionales y la noción de lo contemporáneo. Desde el principio, el CCA se ha centrado en los archivos, que contienen toda la carrera de un arquitecto y su material relacionado. En sus primeros veinte años, el CCA creó una colección en torno al modernismo de posguerra,
con importantes series de dibujos de Le Corbusier, Mies van der Rohe y otros. En años más recientes, el CCA amplió esta estrategia a los archivos de historiadores como Kenneth Frampton, Tony Vidler y Jean-Louis Cohen.
–¿Por qué sí aceptó el archivo Williams? –El proceso de donación suele ser largo, y en este caso hubo varias conversaciones entre 2016 y 2019 y que involucraron a varios curadores externos, al Patronato del CCA y al comité que supervisa la estrategia de la colección, que incluye a expertos como Sylvia Lavin, Jean-Louis Cohen, Guido Beltramini y Phyllis Lambert. Al visitar el archivo, bien cuidado y organizado por los familiares, la obra de Amancio Williams habla directamente del discurso que la colección del CCA espera suscitar. El archivo ofrece una rica visión de los contextos que influyeron en los proyectos; ampliando los procesos que rodean la construcción de la arquitectura con la inclusión de material como referencias, correspondencias y numerosas iteraciones de proyectos. El archivo de Williams se sitúa en un contexto en el CCA en el que se encuentra Le Corbusier y otros materiales modernistas. El archivo se situará en conversación con sus contemporáneos, colegas y amigos, como su amigo Reginald Malcolmson y el crítico Kenneth Frampton, que proporcionan un terreno más fértil para entender la obra de Amancio Williams en un contexto más amplio.