Adiós al ideólogo de la Revolución de los Claveles
Portugal. En 1974 el militar Otelo Saraiva de Carvalho cerró, una mañana y casi sin derramar sangre, más de 40 años de dictadura salazarista.
Portugal despidió al militar Otelo Saraiva de Carvalho, recordado por diseñar el plan para llevar a cabo la Revolución de los Claveles, que falleció hace pocos días y para quien el país europeo decidió no decretar un día de luto nacional.
“Otelo”, como lo llaman los portugueses, murió en el hospital militar de Lisboa donde estuvo hospitalizado durante unos 15 días, afirmó a la prensa Lourenço, vocero de los Capitanes de Abril, reportó la agencia AFP. Saraiva de Carvalho, fallecido a los 84 años, es considerado un símbolo histórico de la revolución que acabó con la dictadura salazarista, pero también una figura controvertida por sus posteriores asociaciones con una organización terrorista.
Esta figura destacada pero polémica desempeñó un papel esencial en la Revolución, que en una mañana acabó, casi sin derramamiento de sangre, con más de 40 años de dictadura salazarista, iniciada en 1932, provocando un estallido de júbilo popular. Ese día Otelo de Carvalho, entonces comandante, dirigió de forma anónima, desde un cuartel, toda la rebelión de los capitanes.
Descubrir la democracia
Los portugueses descubrieron entonces la democracia, con todo lo que conlleva: libertad de expresión, sufragio universal, igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, derecho de huelga, seguridad social para todos, entre otros.
“Se ha convertido con todo el derecho en uno de los símbolos” de la Revolución que puso fin a la dictadura más larga del siglo XX en Europa, “abriendo el camino a la democracia”, destacó en un comunicado el gabinete del primer ministro portugués, Antonio Costa. Su “capacidad estratégica y operativa” y “su compromiso y generosidad fueron decisivos para el éxito” del movimiento, subrayó el Gobierno.
“Otelo”, considerado el “cerebro militar” de la Revolución de los Claveles –como se conoció al levantamiento militar del 25 de abril de 1974– nació en Mozambique en 1936 y comenzó su carrera militar a principios de la década de 1960, cuando el país estaba inmerso en guerras coloniales. Con la Revolución de los Claveles se granjeó la simpatía de la opinión pública, lo que parecía augurarle un futuro político de primera plana. Se presentó dos veces a las elecciones presidenciales, sin éxito.
En la década de los 80, su nombre apareció asociado a las Fuerzas Populares 25 de Abril (FP-25), organización terrorista responsable de varios atentados con muertos, por los que precisamente fue condenado, en 1986, a 15 años de prisión por los delitos de asociación terrorista y complicidad moral en atentados.
Sin embargo, cinco años después, en 1991, recibió el indulto y en 1996 fue amnistiado por pedido del entonces presidente de la República de Portugal Mário Soares por su participación en el movimiento FP-25. “Nos queremos quedar sobre todo con su papel en el levantamiento militar del 25 de abril”, reaccionó el Partido Comunista en un comunicado, en el que añade que no es el momento de juzgar “su trayectoria política”.