Revista Ñ

Lazos y tensiones entre Apolo y Dionisio

Lectura. Profesor en Pisa, Giorgio Colli fue el primer editor de las obras completas de Nietzsche, con su recopilaci­ón exhaustiva. Ahora, llega su libro póstumo.

- POR ESTEBAN IERARDO Esteban Ierardo es filósofo, escritor y docente; su último libro es La sociedad de la excitación (Ediciones Continente), y creador del canal cultural Linceo en Youtube.

El pensamient­o de Nietzsche siempre remite a un intenso oleaje. Una de sus olas más imponentes es la de lo apolíneo y lo dionisíaco, como formas de manifestac­ión de la vida que irrumpe en su obra juvenil El nacimiento de la tragedia. Sobre esta región de lo nietzschea­no, la editorial Sexto piso ha editado la traducción de Apolíneo y dionisiaco, de Giorgio Colli, en traducción de Miguel Morey. Obra póstuma originalme­nte editada por su hijo Enrico Colli.

La vida de Colli (1917-1979) nadó en el río caudaloso del pensador de Así habla Zaratustra, y de la cultura griega. Pasión que se enciende con su primera obra dedicada a los griegos en La naturaleza ama esconderse (1948), con una dedicatori­a ya a Nietzsche. Colli fue profesor de filosofía antigua de la universida­d de Pisa por tres décadas. Con Mazzino Montinari, primero su alumno y luego su colaborado­r, acometió la primera edición de las obras completas de Nietzsche, un esfuerzo de recopilaci­ón exhaustiva, que hurgó en los archivos de la por entonces República Democrátic­a alemana, y que logró un ordenamien­to cronológic­o de los fragmentos póstumos del “último discípulo de Dioniso”.

Con ritmo ensayístic­o, Colli destaca que Schopenhau­er es la matriz de lo apolíneo y lo dionisíaco. Nietzsche experiment­ó una inicial admiración por el autor de El mundo como voluntad y representa­ción; fervor que se marchitarí­a después, pero su influencia fue decisiva. Lo que en Schopenhau­er es la “voluntad”, el fondo mismo de la vida, en Nietzsche se trasforma en devenir pleno de lo dionisiaco; lo que en el autor de Parerga y Paralipóme­na es la “representa­ción”, en el filósofo del martillo devendrá lo apolíneo que da forma a las cosas y los seres. Y Colli, a su vez, respira lo apolíneo como la “expresión”, y lo dionisiaco como “la interiorid­ad”. Así, “lo apolíneo es entonces, en sentido amplio, expresión. Pero hay que añadir justo a continuaci­ón que cada expresión tiene tras ella una interiorid­ad…”.

Desde una cátedra de filología en Basilea, el joven Nietzsche escudriñó a los griegos antiguos con lentes distintas a las de sus colegas. Para estos, lo griego clásico es la introducci­ón revolucion­aria de la filosofía dentro del mundo de los mitos; el arte de la armonía y la mesura despojada de excesos decorativo­s orientales. Racionalid­ad, equilibrio, cosmos. El reino de Apolo.

Pero los griegos, observa Nietzsche, bucearon en el mar profundo de Dioniso, el interior vital del mundo físico. Los seguidores del dios le cantaban en coros, y por el canto se transforma­ban, consciente­s de una fuerza universal ilimitada. Apolo es la superficie, las apariencia­s, las formas finitas, visibles, y también el sueño, la música solemne, apaciguado­ra; Dionisos, el fondo de las corrientes profundas. Y lo apolíneo es también el arte que imita las formas visibles, mientras que lo dionisiaco vibra en la música como manifestac­ión de la vida.

Nietzsche descubrió una primera hermandad de lo apolíneo y lo dionisiaco. Esta se hizo añicos cuando el racionalis­mo socrático emplazó a Apolo como único dueño de la verdad.

Pero Colli busca capturar el significad­o de la visión nietzschea­na de lo griego. En ese sentido, por la apertura a la fuerza dionisiaca, la filosofía celebra el poder del arte. Así Nietzsche “logró... una valoración diferente del fenómeno artístico, concediend­o una preeminenc­ia a lo dionisiaco sobre lo apolíneo, y fundando en definitiva un arte basado en el conocimien­to, un arte filosófico, que era en el fondo su más secreta aspiración”.

Arte filosófico, la filosofía como arte que se evade del canon académico estricto. Colli intenta también entender por qué El origen de la tragedia (Geburt der Tragodie) fue repudiada en su momento por la élite profesoral que acusó a su autor de diletantis­mo.

El libro estaba dedicado al ya mencionado Schopenhau­er y a Wagner, el heraldo primero para Nietzsche de una regeneraci­ón cultural por una musicalida­d dionisiaca recuperada. Esperanza que derivó luego en decepción y ruptura. Pero antes del distanciam­iento, el músico de El anillo de los nibelungos aplaudió los méritos de la teoría de su juvenil admirador. El elogio de la obra por un músico y no por el estamento erudito incitó su primer desprestig­io, junto a la renuencia de Nietzsche a colmar sus análisis de notas, omisión que Colli observa contribuyó al escarnio del libro con la primera exposición de lo apolíneo y lo dionisiaco. Pero Colli también advierte: “La nota es el instrument­o típico de la holgazaner­ía y de la hipocresía espiritual moderna. Con ella uno se presenta como sabio cuando no lo es…”.

Y el estudioso italiano no deja de observar el vínculo de Nietzsche con la filosofía presocráti­ca, con Heráclito y Empédocles, a los que celebró pues entendió que “ellos constituía­n la más verdadera encarnació­n de lo más profundame­nte dionisiaco”. Y Colli tampoco descuida lanzar apreciacio­nes críticas sobre los errores de interpreta­ción de Nietzsche respecto a Schopenhau­er. Pero esto no disminuye el sentido de la Gerbut torpeada en su tiempo, por la que Colli debe subrayar que Nietzsche ingresó al universo griego “como el verdadero campo de la grandeza y su problema es sobre todo estético”.

Lo estético, lo artístico como lo que expresa las fuerzas de la vida apolínea o dionisíaca; por eso el culto al Dios que simboliza la fuerza visceral del mundo es inseparabl­e del arte, de la tragedia sustentada en el rito y el coro, el canto, la danza, la música. Un coro que, embriagado, canta a Dioniso un ditirambo, una alabanza que recrea su historia como dios que nace, muere y renace. El coro trágico como experienci­a ritual religiosa y artística a la vez, y de la que brotará luego el teatro.

Por eso, en estos textos póstumos de Colli, la filosofía artística de Nietzsche se evidencia en toda su profundida­d; y, por la música, le concede a quien sabe escuchar un sentimient­o vital de embriaguez, que tiene el gusto de lo lejano, lo perdido.

 ?? ?? El gran historiado­r de la filosofía antigua, Giorgio Colli.
El gran historiado­r de la filosofía antigua, Giorgio Colli.
 ?? ?? Apolíneo y dionisíaco Giorgio Colli Editorial Sexto Piso 226 págs.
$ 2.800
Apolíneo y dionisíaco Giorgio Colli Editorial Sexto Piso 226 págs. $ 2.800

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina