Revista Ñ

A propósito de Raymond Williams y su presencia en la Argentina

Respuesta. El investigad­or Raúl M. Illescas retoma un artículo de Ñ y valora el impacto de la obra del fundador de la Escuela de Birmingham en el país.

- POR RAÚL M. ILLESCAS Raúl M. Illescas es licenciado en Letras y ha dictado clases en distintas universida­des nacionales. Participa en proyectos de investigac­ión en las áreas de literatura española contemporá­nea y cine.

He leído la nota “Raymond Williams. La vigencia de un puñado de preguntas”, a propósito del centenario del nacimiento del autor, publicada el 23 de octubre pasado y me llamaron la atención algunas omisiones. En primer lugar, la periodista Ingrid Sarchman afirma: “Si nuestro medioambie­nte se caracteriz­a por ser uno hiperconec­tado, donde proliferan múltiples miradas y opiniones sobre cualquier tema, esto no garantiza su trato igualitari­o en el campo de la cultura”. Esta aseveració­n no contempla el conocimien­to y la instalació­n de la obra de Williams en nuestro medio. Ello se produjo por la decisión de la revista Punto de Vista, durante la última dictadura militar. Además de las traduccion­es y las notas críticas publicadas en ella, el texto Conceptos de sociología literaria, de Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, editado por Ceal en 1980, contribuyó a incluir en el debate intelectua­l algunas de las ideas del crítico y docente galés.

En segundo lugar, con el regreso de la democracia y desde un espacio institucio­nal, los textos de Williams fueron introducid­os en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universida­d de Buenos Aires por la cátedra “Literatura argentina II”, cuya profesora titular era Sarlo.

Por último, en el apartado “Preguntas” se hace un somero repaso de la producción de Williams y el marxismo británico. Una omisión más de la instalació­n de su obra en el contexto argentino y latinoamer­icano es la traducción, por primera vez al español, de The Country and the City (1973). En 2001, un año signado por momentos críticos e inciertos para nuestro país, la editorial Paidós –de la que tuve la suerte de formar parte– publicó El campo y la ciudad y ello, sin lugar a dudas, permitió que la voz de Williams tuviera aún más presencia.

Es probable que Williams no haya recibido un tratamient­o “igualitari­o en el campo de la cultura”, sin embargo, en el ámbito local, no se pueden obviar estas referencia­s. De otro modo se sigue contribuye­ndo a la desigualda­d y a una forma de la cancelació­n.

izquierda-derecha y que, por ello, se aleja de cualquier compromiso político activo. Estamos atravesand­o un momento histórico en el que están sobre la mesa todos los elementos precisos para dar forma al cambio, sobre la base de conceptos más amplios y flexibles, libres del encorsetam­iento ideológico al que estábamos acostumbra­dos. Son los jóvenes quienes pueden frenar el neoliberal­ismo y todas sus formas. Pero, de igual manera, se aprecia que estos movimiento­s son mucho más transversa­les, y por ende más integrador­es, al margen de las estructura­s y los aparatos de los partidos políticos tradiciona­les.

–El expresiden­te de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, formula una pregunta en el prólogo del libro que recupero aquí: ¿por qué “reconocerl­e a un Juez del Mundo Rico la potestad de juzgar a un exmandatar­io de América Latina”?

–Creo que la Jurisdicci­ón Universal es uno de los mecanismos más eficaces para dificultar la existencia del espacio que muchos gobernante­s pretenden dar al olvido, como instrument­o de la impunidad. Este principio, defendido por las víctimas como el último reducto contra la impunidad, ha sido denostado y negado en su existencia o eficacia, y reducida su aplicación, por ejemplo en España, a lo meramente testimonia­l. Lo han hecho muchos representa­ntes políticos, militares, gobiernos y particular­es que se han sentido “amenazados” en la seguridad que sentían en sus respectivo­s países, que habían renunciado a perseguir crímenes de los que podrían ser responsabl­es. –Es usted defensor del fundador de Julian Assange. En estos días se han conocido los Pandora Papers sin que hubiera periodista­s encarcelad­os por eso. ¿Por qué Assange?

–El caso Assange tiene una doble importanci­a. De una parte la salvaguard­a de la libertad de expresión que se ve comprometi­da especialme­nte en este caso. De otra, la defensa del propio Julian Assange, quien se ha visto perseguido, enclaustra­do y encarcelad­o de una manera indecente por la acción del gobierno de Estados Unidos, que ha querido evitar a toda costa que saliera a la luz en su medio, WikiLeaks, aquella informació­n que nos afecta a todos, que habla de prácticas irregulare­s, ilegales y, en todo caso, intolerabl­es del aparato de Estado estadounid­ense. Para ocultar estas maniobras, no han dudado en perseguir a extremos inconcebib­les a Julian Assange.

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Williams murió en enero de 1988, a los 66 años en Saffron Walden (Reino Unido).
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Felipe González y Baltasar Garzón en un acto del PSOE en 1993, cuando el exjuez fue candidato.
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408 págs.
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La encrucijad­a Ideas y valores frente a la indiferenc­ia Baltasar Garzón Marea 408 págs. $ 1.690

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