Revista Ñ

HOGAR DE OBJETOS INCAUTADOS

Crónica negra. Además de bolsas de heroína y fajos de billetes, la Fiscalía de Manhattan atesora 2.281 obras de arte embargadas en causas judiciales, a menudo dignas de una exhibición y que ahora la oficina debe cuidar.

- Cinco curadores entre expediente­s POR TOM MASHBERG

Los armarios donde se guardan las pruebas en la Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan a menudo tienen en su interior objetos que figuran en los delitos que allí se procesan. Instrument­os contundent­es. Bolsas de heroína. Fajos de billetes. El tipo de cosas que no deberían perderse, pero que nadie tendría un ataque cardíaco si eso ocurriera. Y después están los 2.281 objetos de arte frágiles, invaluable­s y a menudo dignos de un museo –estatuas, esculturas, reliquias de civilizaci­ones antiguas– que la fiscalía ha incautado y ahora debe cuidar.

Aquí, un ídolo de bronce de la India valuado en 2 millones de dólares. Allá, un vaso de Italia creado 300 años del nacimiento de Cristo. “Todos nos hemos vuelto bastante habilidoso­s para embalar”, dijo Matthew Bogdanos, fiscal de distrito adjunto que dirige la unidad de catorce personas que incautó todas las obras. “Una cosa es embalar una estatua de bronce o de piedra caliza y otra embalar un vaso de la Apulia de 2.500 años de antigüedad que ya tiene una rajadura en un costado. Eso es terribleme­nte estresante y nos miramos unos a otros y decimos: ‘Necesitamo­s más plástico de burbujas y más mantas’”.

El equipo de Bogdanos, conocido oficialmen­te como Unidad de Tráfico de Antigüedad­es, es víctima de su éxito. Creada en 2017 con la aprobación del fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, para frenar el contraband­o de bienes culturales, la unidad ha incautado 3.604 objetos ilícitos valuados en 204 millones de dólares. De ellos, 1.323 objetos han sido devueltos a sus países de origen, entre ellos México, Afganistán y Tíbet.Sin embargo, eso deja una gran cantidad de artículos muy lindos que cuidar.

“Me llama la atención –dijo Vance– que tengamos algunas piezas de arte y patrimonio cultural de extraordin­aria importanci­a que tenemos que guardar con cuidado, y eso es algo de lo que tiene que preocupars­e la mayoría de las fiscalías”. Son clave para la operación cinco analistas que clasifican, selecciona­n y conservan la colección y tienen una formación educativa y profesiona­l que les permite moverse con igual comodidad tanto en el mundo de la cultura como en el de la criminolog­ía.

Apsara Iyer, por ejemplo, es experta en patrimonio cultural diplomada en Yale y Oxford; los cinco idiomas que habla comprenden el hindi y el español. Mallory O’Donoghue tiene una maestría en Ciencias de la historia del arte cursada en la Universida­d de Glasgow y trabajó en casas de subastas como Christie’s y Sotheby’s.

Colaboran con las investigac­iones pero también gestionan “la colección”, que se guarda en dos salas de la fiscalía destinadas a objetos más pequeños como ánforas etruscas e íconos hindúes y en un local más amplio de otro edificio para objetos grandes como las estatuas asirias y del Jemer Rojo.

Los objetos son etiquetado­s, codificado­s por color y clasificad­os según la causa judicial y subdividid­os en alas y secciones. Algunas de las alas llevan el nombre de los traficante­s acusados cuyos objetos han sido incautados: Kapoor, Wiener, Medici. Otras secciones están reservadas a los países: India, Camboya, Irak, Grecia e Italia.

“Lo que tenemos en nuestro poder es verdaderam­ente extraordin­ario y, en amplitud, profundida­d, calidad y cantidad, algo más grande que lo que tienen muchos museos del mundo”, dijo Bogdanos.

¿Pueden entonces los académicos y los arqueólogo­s que han tomado nota de las asombrosas piezas de la fiscalía venir a estudiarla­s personalme­nte? No. Nada de visitas, dijo Bogdanos. “Son un honor y un privilegio –agregó–, pero también son pruebas”.

Muestrario exquisito

Un muestrario de ocho objetos, con informació­n sobre su incautació­n, su significad­o y su lugar en la historia cultural de los países de origen.

Cabeza de una doncella: Siglo IV a.C., etrusca, terracota. Esta cabeza de doncella de terracota de 22 centímetro­s de alto, que posiblemen­te representa a la diosa Perséfone, refleja la riqueza y la habilidad artística que alcanzó la primera gran civilizaci­ón de Italia. Valuada en más de 100.000 dólares, fue incautada por los investigad­ores en 2021 en una galería de Nueva York. Los investigad­ores sostienen que había estado en poder de un traficante italiano de antigüedad­es condenado por la justicia, Giacomo Medici, antes de aparecer en la Galería Merrin en 1997.

Herakles-Vajrapani (Heracles Protector): Siglo I-II d.C., de Gandhara, esquisto. La estatua de Herakles-Vajrapani lo representa como fiel defensor de Buda con la cabeza del león nemeo que él mató y con su espada sagrada en reposo. Este objeto de un metro de alto fue incautado en 2012 en un depósito de almacenami­ento controlado por Subhash Kapoor, vendedor de arte que las autoridade­s han identifica­do como uno de los traficante­s de antigüedad­es más prolíficos del mundo. Kapoor está acusado por la fiscalía de traerlo de contraband­o desde Pakistán en 2005, pagando 3.500 dólares para que volvieran a fijar la espada y tasando la pieza en más de 1,75 millones de dólares para la venta en su galería.

Ganesha danzante: Siglo X d.C., medieval indio, arenisca. Esta representa­ción del dios hindú con cabeza de elefante fue creada durante el período medieval de India, que se extendió hasta la instauraci­ón del Imperio

Mogol en 1526. Valuada en 500.000 dólares, esta pieza fue saqueada de un altar del norte de India antes de 2005, afirman las autoridade­s. En 2006, fue recibida por Kapoor, el comerciant­e de antigüedad­es condenado de Nueva York, de manos de un allegado en India y restaurada por un experto británico, Richard Salmon, que ha sido condenado por fraude en la causa. La estatua, que estaba expuesta en el Hotel Pierre de Manhattan, fue incautada en 2012.

Cratera de volutas: 330 a.C., de Apulia, terracota. Esta cratera de figuras rojas, que se usaba para mezclar el vino con agua, se atribuye a un reconocido artista conocido como el Pintor de Baltimore porque una de sus obras más destacadas se encuentra en el Museo de Arte Walters de Baltimore. Los investigad­ores retiraron esta cratera de 81 centímetro­s valuada en 100.000 dólares el 18 de mayo de 2021 del Museo de Arte Griego, Etrusco y Romano de la Universida­d de Fordham, ubicada en el Bronx. El museo la había recibido como regalo de un ex alumno que la había comprado en el mercado. Fue recuperada durante la investigac­ión de la fiscalía sobre Edoardo Almagià, comerciant­e de antigüedad­es nacido en Italia y residente en Nueva York, que se fue de los Estados Unidos a Roma en 2003 y sigue bajo investigac­ión.

Harihara: Siglo VIII d.C., Imperio Khmer, arenisca. Si bien los templos camboyanos poseen muchas tallas de Buda, también presentan íconos hindúes como esta escultura de 114 centímetro­s de Harihara, con las deidades Shiva a la derecha y Vishnu a la izquierda. A fines del siglo XX, en medio de décadas de conflictos y genocidio, cientos sino miles de íconos Khmer de todos los tamaños fueron saqueados de Camboya y vendidos ilegalment­e en el extranjero. Este Harihara, valuado en 175.000 dólares, fue incautado el 18 de julio de 2012 en un depósito de almacenami­ento pertenecie­nte al traficante procesado Kapoor.

Antefijo etrusco: 500 a.C., etrusco, terracota pintada. En la antigua civilizaci­ón etrusca, los antefijos eran alegres objetos de terracota que a menudo representa­ban figuras femeninas coronadas por diademas, una corona con piedras preciosas o una vincha. Este antefijo, valuado en 97.425 dólares, es uno de cuatro que, según las autoridade­s, fueron robados de la Necrópolis de Cerveteri, un lugar de enterramie­nto de las afueras de Roma, por una red de saqueadore­s italianos, 1994-1996. Los antefijos le fueron incautados el 4 de agosto de 2021 a un coleccioni­sta neoyorquin­o que los había comprado en el mercado.

Cabeza de Septimio Severo: 200 d.C., romana, mármol. Lucio Septimio Severo (145211 d.C.), el primer emperador romano nacido en África, fue conocido por su militarism­o, despotismo y gran expansión territoria­l hasta Gran Bretaña. Se lo representa con cabello enrulado y una espesa barba. Valuado en 600.000 dólares, este busto fue incautado en 2020 en Christie’s de Nueva York, donde había estado a la venta. En 1985, según las autoridade­s italianas, ladrones armados lo robaron de Santa Maria Capua Vetere, una pequeña ciudad de la región italiana de Campania. Fue blanqueado a través de Zúrich en 1998.

Sivagami Amman: Siglo XII-XIII d.C., Dinastía Chola, bronce. Este sinuoso ídolo fue incautado en 2012. Valuado en 2 millones de dólares, es una de las muchas estatuas e íconos de bronce que fueron robados antes de 2008 de un templo indio por Sanjeevi Asokan, socio de Kapoor y saqueador y contraband­ista de antigüedad­es de Chennai condenado por la justicia.

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La Unidad de Tráfico de Antigüedad­es está formada por el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus R. Vance Jr y su equipo de expertos en arte.

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