Bauman: sociólogo y espía
1925-2017. Un libro cuenta su vida intelectual en detalle. También su papel en la inteligencia polaca.
El 9 de enero de 2017 moría el muy popular sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Tenía 91 años, dejó una obra prolífica que trascendió la academia. Es el padre de la idea de que el mundo se volvió líquido: inestable y perecedero. Hoy, una biografía publicada en inglés lo venera. También cuenta detalles que, tal vez, Bauman habría querido dejar de lado, como los tres años como agente del servicio secreto polaco de la era comunista, cuando Polonia dependía de las decisiones de Stalin. En Bauman, una biografía (Polity Press), Izabela Wagner, la socióloga paisana del prolífico autor, reconstruyó su vida: no profundiza en su legado conceptual pero sí en su hoja de ruta.
El libro se editará en España en 2022 y, probablemente, llegue aquí, donde tiene un número importante de lectores y seguidores. Es razonable: Wagner sostiene que Bauman era “como una estrella de rock” en países como Italia, España, Portugal, Brasil y Argentina. De hecho, poco antes de morir estuvo a punto de venir a dar una conferencia en Buenos Aires en marzo de 2016, pero se suspendió un día antes por su salud precaria.
“La vida de Bauman es interesante, y esta es una biografía interesante. Su leitmotiv es la dicotomía entre las identidades polaca y judía, la primera es la que él eligió, y la segunda la que le fijaron otros, en particular otros polacos”, sostiene la historiadora australiana Sheila Fitzpatrick en el detalladísimo comentario que publicó en el London review of books. Fitzpatrick es la autora de libros notables sobre la historia de la ex URSS.
Wagner concluye que Bauman, como comunista, “no podía rechazar la invitación a informar, pero dio a la policía tan poca utilidad que pronto lo abandonaron”. Según Fitzpatrick, la biógrafa aplica el “adecuado escrutinio crítico” a la información que obtiene de los archivos antes de utilizarla como andamiaje para su narración. También le da un giro valioso al dirigir su mirada de socióloga a la observación participante que conlleva el recopilar de datos de vigilancia.
Sus textos sobreviven, aún generan un refugio. Resta saber qué lugar ocupará Bauman en el futuro inmediato, cuando sus años como agente lo “cancelen” o se lo tome como un capítulo inesperado de una vida muy interesante.