Diálogos entre el más allá y el más acá
Cuento. En Así los trata la muerte, la escritora María Rosa Lojo regresa al cementerio de la Recoleta para proponer animadas charlas entre sus moradores.
La primera pulsión, claro, es asociar el nuevo libro de la escritora y académica María Rosa Lojo, Así los trata la muerte (Alfaguara) con uno de sus textos más leído: Historias ocultas en la Recoleta, escrito en colaboración con el historiador Roberto Elissalde en 2000. No faltan motivos: la última localización de los protagonistas en el camposanto más aristocrático de la ciudad de Buenos Aires, la revisión de algunos episodios nodales de la historia argentina, el regreso de algunos de sus protagonistas, y el rigor de la historia y la libertad de la literatura hábilmente enlazadas. Sin embargo, el nuevo tomo de narraciones más que componer un diálogo de pareja con aquel texto que fue bestseller lo que hace es retratar toda una carrera literaria, sus intereses, sus búsquedas temáticas y estéticas, sus referencias. No es el cementerio lo que hermana a esas dos obras: son cuarenta años de trabajo en un espacio de confluencias.
Si la filósofa belga Vinciane Despret define su trabajo en el libro A la salud de los muertos, relatos de quienes quedan (Cactus) como “una investigación sobre la manera en que los muertos entran en la vida de los vivos”, Lojo da cuerpo a esa idea y devuelve vida a aquellos personajes históricos que son, además, sus propios personajes, sobre los que investigó, sobre los que escribió papers y dictó conferencias, y a los que moldeó con las herramientas de la ficción.
Aquí está Eduarda Mansilla, protagonista de Una mujer de fin de siglo (1999) y Manuelita Rosas, a quien le dedicó La princesa federal (1998), acompañando a su amiga Camila O’Gorman en su drama de amor y muerte. Incluso en las andanzas postmorten del jefe de bomberos José María Calaza Couso puede recuperarse el ensayo Los ‘gallegos’ en el imaginario argentino. Literatura, sainete, prensa, que Lojo dirigió y que también escribió junto a los especialistas Mariana Guidotti y Ruy Farías en 2008.
“La conciencia de la muerte nos humaniza. Estos personajes me hacen meditar sobre mis elecciones y mi condición humana”, compartió Lojo en diálogo con Clarín sobre este libro.
De esas reflexiones nacen los desopilantes planteos de Eduarda Mansilla, que aparece en los Estados Unidos gobernado por Donald Trump a la búsqueda de ciertos objetos personales. Y las cartas que Mariquita Sánchez de Thompson no ha dejado de enviarle desde un más allá seductor a su hija Florencia. A tono con los tiempos de revisión feminista, Camila O’Gorman se permite una lectura distinta sobre su trágico romance. Y es especialmente movilizante el diálogo que establecen Dominguito Sarmiento con Victoria Walsh.
“Creo que no existe un corte entre el mundo de los vivos y el de los muertos. La literatura restablece siempre esa continuidad”, ha dicho Lojo. Y estos cuentos la retratan como la autora polifónica que es para sembrar ese diálogo entre universos.