Los diarios de Highsmith
Ocho mil hojas manuscritas, dibujos y fotografías. Eso es lo que Daniel Keel y Ana Von Planta encontraron en la casa-fortaleza de Patricia Highsmith, tras su muerte en 1995.
El albaceas literario y la editora de una de las más grandes narradoras norteamericanas del siglo XX debieron revolver la casa, algo que seguramente la señora Highsmith no hubiera aprobado. Pero la búsqueda detectivesca dio sus frutos cuando el material apareció debajo de unas sábanas planchadas con prolijidad.
La buena noticia es que en mayo próximo Patricia Highsmith. Her diaries and notebook, 1941-1995 será publicado en español a través de Anagrama, probablemente conservando el título que ostenta el volumen publicado a fines del año pasado en Estados Unidos.
En los diarios, Highsmith no ahorra detalles de su vida social, sus amores con distintas mujeres, los viajes, el alcohol, la depresión como filosa amenaza y también, claro, los hitos editoriales y cinematográficos de una exitosa carrera. A veces encripta algunas entradas en diversos lenguajes, quizás para intentar la preservación de un secreto. En los cuadernos (escritos con más prolijidad y luminosidad, si tal adjetivo se puede aplicar a su escritura) anota pensamientos sobre religión, amor, política, su trabajo literario y su pasión lectora.
“Dios y el diablo danzan juntos alrededor de cada átomo”, escribe en un fragmento de su diario en 1940, cuando estaba interesada en los opuestos y la fisión nuclear. Nada extraño si se tiene en cuenta que por entonces estaba escribiendo El precio de la sal, una historia de amor lésbico que publicaría en 1952 con seudónimo.
En sus anotaciones se focaliza más en la búsqueda de una voz propia, en lecturas filosóficas como las de Kierkegaard y se dirige directamente a Dios a quien le pregunta: “¿Podrías mostrarme el camino al infierno?”.
No obstante, los papeles de Highsmith que no estaban en su casa se guardan en Berna desde que el Archivo Literario Suizo (Schweizerisches Literaturarchiv, SLA) los compró en los noventa y no son parte del libro. Quizás cuando esto suceda, podamos tener un cuadro más completo de la trastienda que sostuvo la creación de Tom Ripley, el más memorable de sus personajes memorables.