Sino de una estatua considerada racista
En Nueva York. Retiraron del ingreso a un museo la estatua del expresidente Teddy Roosevelt, a caballo por encima de un negro y un indígena.
Una estructura de andamios cubiertos con lonas estuvo meses frente al Museo de Historia Natural, en Nueva York. Escondía la controvertida estatua del expresidente Theodore Roosevelt, finalmente desmantelada esta semana por la noche, poniendo así fin a un debate sobre la memoria que la ciudad debe a algunos de sus próceres.
La estatua de bronce de “Teddy” Roosevelt estuvo 80 años en la entrada del museo, próximo al Central Park. Representa al exgobernador de Nueva York y vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos sentado en un caballo, flanqueado por dos hombres sin camisa y sin nombre. Uno es nativo estadounidense y el otro es de ascendencia africana.
La estatua fue encargada en 1925 para colocarse en las escaleras del museo que el padre de Teddy había fundado, y porque el propio Roosevelt era un “naturalista devoto”, según la web del museo. Allí mismo concede que el diseño en sí “comunica una jerarquía racial que inquieta al Museo y al público”.
En 2017, el alcalde Bill de Blasio formó una comisión para la evaluación de monumentos controvertidos, que se dividió en las recomendaciones: mientras algunos pidieron más investigación, otros optaron por reubicar la estatua y varios que el museo mantenga la estatua en su lugar pero agregue letreros con más información y contexto. La ciudad fue con la tercera opción, y el museo produjo la exhibición Hablemos de la estatua, sobre su historia y las reacciones contemporáneas.
La estatua ahora está almacenada. Su destino final será la Biblioteca Presidencial Theodore Roosevelt en Dakota del Norte, y aunque esta institución no abrirá hasta 2026, la presión para su retirada se convirtió en insostenible después del movimiento Black Lives Matter, que propició un debate nacional sobre los símbolos públicos y tiró literalmente al suelo multitud de esculturas, desde Cristóbal Colón hasta generales confederados.
Aunque para muchos esta revisión de la historia es saludable, personalidades políticas e historiadores están preocupados por una carrera sin fin en lo que llaman la “cultura de la cancelación”.
Theodore Roosevelt IV, administrador del museo y bisnieto del expresidente, dio su bendición al traslado. Y señaló que nombraría su Salón de la Biodiversidad en honor a su trabajo de conservación. A Roosevelt se le deben, entre otras cosas, la creación de los parques nacionales en Estados Unidos y el impulso de una política conservacionista que explica que fuera su imagen la que presidía el Museo de Historia Natural.
Pero una personalidad impetuosa como fue Roosevelt era también un convencido racista. “No voy a decir que el indio bueno es el indio muerto, pero creo que eso valdría para nueve de cada diez, y no indagaría mucho sobre el décimo. El vaquero más depravado tiene más altura moral que el indio medio”, decía de los indígenas estadoundenses. De los afroamericanos escribió que “como raza en conjunto, son inferiores a los blancos” y a un senador le dijo que “la mayoría de los negros del sur son inhábiles para el sufragio” y darles derecho a voto “rebajaría partes del sur al nivel de Haití”.
No puede decirse que la estatua no reflejara cabalmente el hombre que Roosevelt fue, pero en 2022 esa imagen se hacía insostenible. Aunque Teddy aparece siempre dentro del grupo de “los mejores presidentes de Estados Unidos”, y de hecho es uno de los cuatro padres de la patria, junto a Abraham Lincoln, George Washington y Thomas Jefferson, cuyos bustos aparecen tallados en tamaño gigante en la roca del Monte Rushmore.