Amazonia sin retorno
Crisis ambiental. El cambio climático transformará antes de lo previsto la selva tropical en una sabana.
Más rápido de lo esperado. Eso es lo que dice una investigación publicada en la revista Nature Climate Change: la Amazonia se está acercando a un punto de no retorno que transformará el mayor bosque tropical del mundo en una sabana.
El informe fue elaborado por un grupo de investigadores que analizó 25 años de datos satelitales para evaluar la resistencia de la selva amazónica a eventos traumáticos como incendios y sequías.
El hallazgo, considerado como “alarmante”, muestra que este indicador clave de la salud general del ecosistema amazónico disminuyó más del 75% de su superficie. “La capacidad de recuperación de las zonas más afectadas también disminuyó hasta un 50%, especialmente en zonas próximas al desarrollo de actividades humanas o afectadas por la sequía”, detalló Tim Lenton, coautor del estudio por la Universidad de Exeter, en el Reino Unido.
Según las simulaciones, el calentamiento global por sí solo puede empujar a la selva amazónica hacia una transformación irreversible en sabana. Pero hay más: el último informe de los expertos en clima de la ONU, el IPCC, publicado en febreri, volvió a advertir de esta posibilidad, que según algunas previsiones podría empezar en 2050.
“Obviamente, no es solo el cambio climático, la gente está cortando o quemando el bosque, que es un segundo punto de presión” –continúa Lenton–. Estos dos factores interactúan, por lo que se teme que la transición se produzca incluso antes”.
Además de la Amazonia, sistemas tan importantes para el equilibrio del planeta como las capas de hielo, el “permafrost” (suelo permanentemente congelado, especialmente en Siberia) que contiene enormes cantidades de metano o CO2, los arrecifes de coral, el régimen monzónico del sur de Asia o las corrientes marinas del Atlántico, están amenazados por estos puntos de inflexión, que cambiarán radicalmente el mundo.
La selva amazónica de Brasil, que representa el 60% del total, pasó de ser un “sumidero de carbono” a ser una fuente neta de carbono, liberando en la última década un 20% más de este gas de efecto invernadero de lo que ha absorbido.