Una veintena de libros alusivos
“Puede ser que cuatro décadas después, efectivamente, el país no haya llorado a sus muertos ni reconocido simbólicamente a sus combatientes, y aún se debata entre las demandas de homenaje, la voluntad de silencio y los desesperados pedidos de reparación”, escribe Federico Lorenz en su libro de reciente aparición Malvinas. Historias, conflictos, perspectivas (Ediciones SB) y da en el clavo: a 40 años del intento argentino de recuperar las islas aún queda mucho por repensar y problematizar en términos de identidad, reparación histórica, soberanía, política, memoria y violencia. Es por eso que en el marco de una nueva efeméride, se publican nuevos libros que intentan ampliar el panorama reflexivo aportando nuevos hallazgos e iluminando zonas oscuras.
Ese corpus comenzó (y recomienza ahora) por uno de los primeros trabajos dedicados a revisar lo actuado en aquel rincón al sur del mundo: Malvinas, la trama secreta (Random House) clásico del periodismo de investigación argentino, gestado como idea primero en las jornadas que comenzaron el 2 de abril de 1982 y como investigación después por tres periodistas: Ricardo Kirschbaum (hoy editor general de Clarín), Eduardo Van Der Kooy (columnista del diario) y Oscar Raúl Cardoso (uno de los mayores analistas internacionales, fallecido prematuramente en 2009).
Ellos lo recuerdan así en el prólogo a la primera edición: “En los 74 días que siguieron –mientras asistíamos al drama desde los lugares de espectadores privilegiados que la historia suele reservar a los cronistas–, fuimos madurando el proyecto”. Entonces, pensaban que algún día escribirían sobre todo aquello. Lo hicieron y el libro –un rotundo bestseller que vendió 200.000 ejemplares y fue galardonado con el prestigioso Premio Ortega y Gasset entregado por el grupo español que edita El País– tuvo una edición ampliada en 1992 y otra en 2012.
Otro aspecto poco iluminado del asunto es el abordado por el periodista Felipe Celesia quien en Desembarco en Las Georgias (Planeta) indaga en un episodio que involucró a obreros metalúrgicos que se proponían desguazar instalaciones balleneras abandonadas en esas islas del sur y que terminarían acorralados bajo la irrupción de la guerra, acompañados por un comando de élite liderado por el teniente Alfredo Astiz.
El autor, en diálogo con Ñ, afirma que este incidente “activa la bomba Malvinas pero queda eclipsado por la escala y el trauma de las batallas posteriores. Aunque hay que decir que al momento del episodio, la Junta Militar tenía decidida la recuperación de las Malvinas y la inteligencia británica estaba al tanto de la operación militar que preparaban los argentinos”. Sobre los hechos en general, reflexiona: “Malvinas sigue enturbiada por las simplificaciones y creo que hay que hacer un esfuerzo para ofrecer relatos veraces y elaborados, para conocer y entender, pero también para contener y reconfortar a los que todavía sufren el trauma de la experiencia”.
“La percepción de la guerra de Malvinas ha estado dominada por la visión, es decir la imagen y la palabra escrita. Por eso estudiar el oído y el sonido es una manera novedosa de encarar la historia del conflicto”, afirma Esteban Buch, uno de los compiladores del libro Escuchar Malvinas (Gourmet Musical). Allí se reúnen artículos que abordan el análisis sonoro y musical no solo del conflicto armado y sus diversos vaivenes sino también sobre el contexto socio cultural de la época. Así se analiza el polémico Festival de la Solidaridad Americana (luego recordado como Latinoamericana), el tema “No bombardeen Buenos Aires”, de Charly García, el éxito de “Puerto Pollensa” o la vuelta de Mercedes Sosa, con artículos de Mariano Del Mazo, Sergio Pujol y Mercedes Liska, entre otros.
Abel Gilbert es autor de dos capítulos y otro de los compiladores. Afirma: “El hallazgo es la recopilación sistemática y casi total de todas las actividades musicales que tuvieron lugar entre el 2 de abril y el 14 de junio. Mirarlo todo en ese contexto genera una idea de cómo funcionó la cultura de guerra. Otro aspecto que reivindico es el trabajo con la memoria acústica de quienes estuvieron en el teatro de operaciones”.
Al analizar el legado a cuarenta años del conflicto armado, Buch sostiene que el tema “una cuestión pendiente para los argentinos” y respecto al libro espera “que recuerde hasta qué punto la guerra es inseparable de la dictadura misma. Fue uno de sus mayores desastres, no sólo en el plano militar y político, sino también por el daño duradero que le hizo al imaginario nacional”. Gilbert coincide y agrega: “Creo que sigue siendo una suerte de fondo sin fondo de la historia argentina. No entro en la cuestión del litigio soberano porque no es el propósito del libro pero sí ver el modo en que transcurrió la música en el continente nos da pautas informativas de cómo funcionó una gran parte de la sociedad civil”.
Otra novedad editorial es La trampa, cronología documentada de un fracaso (Sudamericana, Random House), de Juan Bautista Yofre. Aquí el autor, quien ya había abordado el suceso en 1982, recurre a material de archivo, cartas y documentos inéditos para recrear los momentos previos al inicio del conflicto.
Las efemérides muchas veces funcionan para rellenar huecos en páginas de diarios o para acumular lugares comunes. Parece que esta vez, según coinciden estos autores casi a coro, se presenta como una oportunidad ineludible para la reflexión ante una herida social cuya hemorragia aún no se detiene.