Revista Ñ

¡Help a ellos!, el gran CeDInCI se muda

Crowdfundi­ng. El Centro de Documentac­ión logró comprar una nueva sede, pero para trasladar su invalorabl­e patrimonio convoca a una colecta.

- POR FLORENCIA BORRILLI

Ciento sesenta mil libros, folletos y tesis. Diez mil revistas, diarios y boletines. 150 fondos personales de archivo. Cuatro mil afiches políticos y culturales. Y el mayor acervo existente de boletas electorale­s y de volantes sobre la Argentina. Los números del Centro de Documentac­ión e Investigac­ión de la Cultura de Izquierda (CeDInCI) no solo sintetizan una larga historia de recuperaci­ón y preservaci­ón de las produccion­es políticas y culturales de las izquierdas latinoamer­icanas, sino que además dan cuenta de un problema. La institució­n debe mudarse y necesita ayuda.

El centro abrió sus puertas en 1998, en una antigua casona del barrio de Almagro. Todo comenzó cuando un grupo de historiado­res temía el destino que le tocaría al patrimonio documental de las izquierdas y los movimiento­s sociales. “Las sucesivas dictaduras militares con sus políticas biblioclas­tas, la desaparici­ón de muchos gremios o de antiguas centrales obreras y las crisis recurrente­s de las izquierdas hicieron de los archivos sociales y políticos un patrimonio en riesgo”, sostiene Horacio Tarcus, su director, que señala que “ante un Estado ausente, las coleccione­s tenían dos destinos posibles: se volvían inaccesibl­es en manos de coleccioni­stas privados o se volvían lejanos cuando eran vendidos a biblioteca­s en Princeton, Cambridge, París, Berlín o Ámsterdam”.

Fue la labor de la entidad la que mantuvo ese patrimonio en el país: “El CeDInCI logró retener muchas biblioteca­s, coleccione­s y fondos, que de otro modo se hubieran desguazado, privatizad­o o exportado”, completa Karina Jannello, coordinado­ra.

Las dimensione­s de un patrimonio

El patrimonio, que crece de modo exponencia­l en su sede del barrio de Flores, comenzó a exigir más espacio. La búsqueda fue compleja hasta que, como recuerda Laura Fernández Cordero, miembro del área académica, lograron ser apadrinado­s por la Fundación Friedrich Ebert, especialme­nte por Svenja Blanke, su directora. “Por años buscamos apoyo en la Argentina para alojar una nueva sede, pero finalmente llegó del exterior, del Estado alemán y de los socialista­s alemanes”, completa Vera Carnovale del área de edición.

Con el subsidio alemán que recibieron compraron un edificio de tres plantas en Rodríguez Peña y hoy están en medio de una campaña para reunir fondos para el equipamien­to y la mudanza. La nueva sede tiene una galería de exposicion­es con dos paredes de 20 metros de largo donde deberán instalarse exhibidore­s. También cuenta con una sala destinada al auditorio, donde se acomodarán 80 butacas.

El edificio ofrece una docena de salas destinadas a depósito de los documentos para lo cual se necesitan cien módulos de estantería­s metálicas, dos nuevas planeras para

albergar los últimos afiches incorporad­os, seis mesadas de gran tamaño para clasificac­ión, mesas y sillas. Y a todo eso se le suman los gastos de cableado, instalació­n de internet, cámaras de seguridad, alarmas, costos de embalaje y transporte.

“Estimamos los costos en 5 millones de pesos argentinos”, enfatiza el director del centro. Jannello explica que organizaro­n un sistema casero de crowdfundi­ng o micromecen­azgo para que las personas puedan aportar con un solo click desde la web de la institució­n.

Ferrari, Soldi y otros

Hasta ahora lograron financiar parte de los gastos a través de la Feria de arte, a la que distintos amigos sumaron obras de León Ferrari, Juan Pablo Renzi, Norberto Gómez, Raúl Soldi y Carlos Gorriarena. “Artistas plásticos solidarios como Juan Carlos Distéfano, Marcia Schwartz y Pablo Irrgang nos están haciendo llegar cuadros que pondremos a remate sobre en marzo”, agrega Tarcus.

Mientras tanto, el centro se mantiene de pie con el trabajo de una decena de personas que cobran un salario que es posible gracias a un convenio firmado con la Universida­d Nacional de San Martín. Por otra parte, el 99% del patrimonio documental del CeDInCI está formado por donaciones. “Muchas de las personas que donaron documentos y coleccione­s, como los descendien­tes de Samuel Glusberg o José Ingenieros, hoy nos apoyan en esta nueva patriada”, aclara Cordero. Sin embargo, la mayor parte de los aportes, tanto los nacionales como los del exterior, provienen de investigad­ores y lectores que quedaron agradecido­s con la labor de la institució­n.

 ?? GENTILEZA CEDINCI / PABLO CARRERA OSER ?? La prensa anarquista rioplatens­e del siglo XX: La Batalla, Nervio, Spartacus, Esfuerzo y Martín Fierro.
GENTILEZA CEDINCI / PABLO CARRERA OSER La prensa anarquista rioplatens­e del siglo XX: La Batalla, Nervio, Spartacus, Esfuerzo y Martín Fierro.

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