Ingreso al backstage
En el cine existe el género “película dentro de la película”, donde la historia puede contar el rodaje de un filme, que acaba mezclándose con la trama.
Aunque muestra un backstage fílmico, Competencia oficial, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, evita deliberadamente llegar al set. Esta variación del formato, que podría llamarse “película en donde habrá una película”, es el disparador para mostrar la previa, eso que el público nunca ve: el trabajo actoral. En el estilo de la dupla, eso toma forma de comedia ácida que ahonda en la rivalidad de dos protagonistas, llevada al extremo por una directora que busca “la verdad” y el antagonismo.
La historia es sencilla, pero repleta de capas. Un empresario multimillonario (el español José Luis Gómez) cumple 80 años y cae en un conflicto existencial: quiere trascender. Entonces decide invertir en una película, no le importa cuál ni cómo, pero tiene que ser con “los mejores”. Compra una novela que ganó el Nobel que ni siquiera lee y contrata a la cineasta del momento, la premiada Lola Cuevas (Penélope Cruz). Ella, a su vez, decide trabajar con dos actores opuestos, para experimentar, y así arma el elenco con la estrella de Hollywood Félix Rivero (Antonio Banderas) y el renombrado maestro teatral Iván Torres (Oscar Martínez).
Cada película de este equipo –conformado por la dupla de directores junto al mayor de los Duprat en guión, Andrés– es diferente argumentalmente, pero tiene el mismo tono de base: la mirada ácida como marca registrada de aproximarse a los temas por medio de un humor incómodo que genera risas, incluso carcajadas, pero luego deja un sabor amargo que invita a la reflexión.