El Peyote Asesino vuelve al ataque
Música. Dos décadas de silencio discográfico después, los pioneros del rap rock rioplatense se reinventan en Serial, con las verdades de la calle.
Serial es el primer álbum de Peyote Asesino en 23 años, con canciones nuevas y un sonido reacondicionado. Fueron dos décadas de silencio discográfico de la banda que iniciaron en 1994 Juan Campodónico, Fernando Santullo y la base rítmica de Daniel Benia y Roberto Rodino en Montevideo. El grupo había quedado desactivado hacía tiempo: la edición de Terraja, la superproducción (grabación en Los Ángeles, edición internacional, curaduría artística de Gustavo Santaolalla) que siguió al sorprendente debut El Peyote Asesino (1995), despertó una serie de discordancias que aquellos músicos, a sus veintitantos años, no lograron tramitar, lo que acabó en una temprana disolución hacia 1999.
“Nos fue demasiado bien demasiado rápido”, resumió Juan Campodónico, que ya no es aquel hijo de exiliados recién llegado que (como Santullo, a quien de hecho conoció en México) traía al barrio montevideano de Villa Española ideas musicales inauditas. Desde entonces, y bajo la mentoría de Santaolalla, se convirtió en un requerido productor (de Jorge Drexler junto a Casacuberta, y también de Kevin Johansen, No Te Va Gustar y Cuarteto de Nos). Fino guitarrista, miembro estable y compositor en Bajofondo, con un alter ego solista: Campo. Santullo siempre estuvo cerca: tanto en Bajofondo Presenta Santullo (2009), su debut (no tan) en solitario, como en El mar sin miedo (2014), discos del vocalista donde los integrantes de Peyote siguieron a un solo grado de separación, participando como invitados o productores.
Una década más tarde de la separación, en medio de un nuevo auge del rock uruguayo, el festival Pilsen Rock logró reunir a la banda para el concierto más grande de su historia: 80 mil personas presenciaron el regreso en Durazno. Fue el principio del proceso que llega hasta hoy con la publicación de Serial. A partir de 2016, Peyote retomó una actividad más sostenida, reclutó a Bruno Tortorella en teclados y en guitarra, a Matías Rada (hijo de Rubén, ex miembro de la prima argentina de Peyote, los Illya Kuryaki & The Valderramas), e inició una transformación que decanta en este disco.
La chispa fue “Vos no me llamaste”, un demo que Campodónico y Santullo tejieron juntos buscando la alquimia del viejo Peyote. “Y en una reunión con el resto del grupo donde se estaba debatiendo si valía la pena volver, pusimos el demo en un equipito”, recordó el guitarrista. “Lo escuchamos y todos sentimos que eso realmente era el Peyote y era una música nueva, fresca, con muchas bondades, nos representaba bien, tenía esa identidad, pero al mismo tiempo era algo totalmente de ahora”. “Vos no me llamaste”, que es el meridiano del tracklist de Serial, se apoya en una base de sintetizador y percusión electrónica, que pronto deriva en uno de esos riffs pesados que definen al grupo tanto como la estrofa, marcada por la rima sucia y afilada de Santullo y el protagonismo power funk de la base rítmica (ahora orgánica, con el bajo de Benia y la batería de PP Canedo).
Desde entonces fueron dos años de trabajo sobre el material nuevo, que se vio interrumpido por la pandemia. Un período donde volvieron el miedo a la comparación, la caducidad y el vacío, disipados por el apoyo de algunos fans que saludaron la nueva contextura del Peyote, surcada por las verdades del fútbol y la calle, las guitarras que parten aguas y la lírica combativa. Ahora la banda confirma su regreso en un contexto más propicio para su mixtura de rap, sampleos, metal y laboratorio electrónico a orillas del estuario rioplantense.