Señales de alineación energética
De las esquirlas de dolor de El Límite parece surgir Enlace Querandí, la antológica de Mónica Girón que curó Javier Villa. “En Mónica hay cierta idea reparadora que ella viene trabajando desde hace mucho”, señala el curador, y esa es la explicación de que, por primera vez en el montaje de una muestra en el Moderno, una exposición individual se continúe de modo orgánico desde el espacio de una muestra colectiva, sin puertas, ni paredes, ni paneles que instalen una división tajante.
La muestra abarca distintos momentos de la producción de esta artista, basados en una misma idea o intención: la alineación energética de los distintos cuerpos sufrientes. De los cuerpos individuales de los fallecidos en el atentado de Atocha en 2004 (que la artista busca reparar en la serie de grandes dibujos llamados MED, miedo existencial democrático) al cuerpo social roto en la crisis del 2001, que la artista cristaliza y busca amorosamente volver a amalgamar en su escultura de cera “Neocriollo”.
Tan estudiosa de las corrientes marítimas y de las placas tectónicas como de la historia de las conquistas, o de los flujos energéticos que el encuentro con un otro pone en movimiento, la obra de Girón combina la minuciosidad del estudio con la apertura a cierta fantasía utópica, y el señalamiento del dolor con la posibilidad de redención que en cada caso el amor ofrece.
De ahí que la muestra lleve el nombre de su última serie, que la artista realizó especialmente en ocasión de esta antología y que guarda ese espíritu redentor que nos permite, sea cual sea la crudeza del contexto, mirar para adelante. “Enlace Querandí recupera, en una serie de dibujos, la flora y fauna nativa de la cuenca del plata que hoy se encuentra extinta o en peligro. Hay una mirada hacia lo perdido y el pasado, pero también una proyección hacia el futuro y a pensar cómo podemos hacer para recuperarlo”, explica Villa.
Con sus obras diáfanas y meticulosas, esta muestra resulta el mejor cierre para todo el programa de muestras, y no sólo porque trae un poco de luz entre tanto sufrimiento. Algo interesante se transmite en el hecho de que una muestra colectiva devenga en esta muestra individual. Después de todo, sin individuos tampoco hay salvación colectiva posible. Quizás estos sean los tiempos de intentar con las pequeñas y amorosas redenciones, esas que todos los días suceden en la tierra.