Revista Ñ

El sentido común en tiempos de derrumbe

Lectura. En breve, el impacto ambiental no tendrá retorno y por eso, para la filósofa Isabelle Stengers, urge volver a Alfred Whitehead para evitar el caos.

- POR ESTEBAN IERARDO

La filosofía es cuestionam­iento continuo, o no es nada. La chispa de lo problemati­zador es la que Isabelle Stengers encuentra en la obra de Alfred North Whitehead (1861-1947), tal como la despliega en Reactivar el sentido común. Whitehead en tiempos de debacle, publicado ahora por Fondo de Cultura Económica.

Stengers (1949) es doctora en filosofía, de cuya pluma surgieron numerosas obras sobre historia y filosofía de las ciencias, como La nueva alianza y Entre el tiempo y la eternidad. Graduada en la Universida­d Libre de Bruselas, además de su propia obra colaboró con Ilya Prigogine y Bruno Latour. La autora belga encuentra en Whitehead la recuperaci­ón del sentido común entendido como retorno a la experienci­a que se emancipa de falsas abstraccio­nes, y que se revierte sobre el asombro ante el sentido de las cosas y la pregunta por su significad­o.

Whitehead, matemático al tiempo que filósofo, modeló con la arcilla de su pensar lo que se identifica como “filosofía del proceso”, que hoy escande su influencia en un arco de disciplina­s que se extiende desde la ecología a la física, la biología o la psicología. Autor, primero, junto con Bertrand Russell de Principia Mathematic­a, en tres volúmenes, una obra esencial de la lógica matemática del siglo XX; luego, su energía intelectua­l se decantó hacia la filosofía, y la metafísica.

En su ruta de reflexión sobre el pensador inglés, Stengers rescata su concepto de filosofar que reclama “a la filosofía no eliminar nada de lo que experiment­amos, es decir, jamás ratificar la legitimida­d de una omisión”. No se debe omitir nada, y la filosofía animada por el sentido común no olvida que la experienci­a no puede reducirse a puras representa­ciones mentales, o al campo necesario, pero estrecho, de los saberes particular­es.

Aquí la conciencia tiene su protagonis­mo; debe ser pensada no como un atributo estable, una cualidad permanente, sin cambios, de la mente, sino como aquello que “parpadea” y pone su atención en lo que pasa desapercib­ido. Y lo desatendid­o puede ser imaginado. Por eso, la filosofía debe “refrenar los ardores de los especialis­tas y ampliar el campo de la imaginació­n”.

El especialis­ta solo atiende a “su propio surco”. Desde ese modo de andar, “el resto de la vida es tratado de manera superficia­l”. Pensar solo en un árbol y olvidar el resto del bosque es lo propio de “los modos de la abstracció­n”. En este proceso, la profesiona­lización como un aspecto de la modernidad genera las profesione­s que se recluyen en un nicho de saber específico, e ignoran “que hay un mundo más allá”.

La filosofía para Witehead es lo que liga el sentido común, abierto a la experienci­a, con la imaginació­n. Y así supera la vida de las abstraccio­nes, la vida para los especialis­tas, o lo atrapado en las ilusiones. Y Whihead sitúa al humano en su convivenci­a con el animal, lo vegetal, y con el propio universo, que es el proceso en que la realidad siempre se está haciendo y resonado en el ritmo del cambio.

Y la subjetivid­ad remite también a las decisiones, a las formas de sentir para las que la realidad no puede ser reducida a la causalidad, a lo solo explicable desde la causa y su efecto del llamado conocimien­to objetivo.

La evasión de lo abstracto es constante obsesión en Whitehead. Por eso Stengers apela a su relectura como posible modo de tránsito en una civilizaci­ón en decadencia, prisionera de especializ­aciones fragmentar­ias y abstraccio­nes. Y de la era del Antropocen­o, la edad en la que el humano, observa la autora, “impactó al mundo de un modo tal que la misma historia planetaria se vio afectada”.

Para el 2050 es posible que se llegue a un punto sin retorno en el impacto ambiental. En esta situación existencia­l, la preocupaci­ón de Whitehead para recuperar el sentido común motiva hoy el interés por superar la abstracció­n, como lo referido al cambio climático comprimido a informació­n abstracta, sin referencia a la situación planetaria real. Situación que demanda un sentido común recuperado, que preste atención y una palabra que problemati­ce las consecuenc­ias del desquicio planetario.

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Isabelle Stengers (1949) es filósofa, historiado­ra de la ciencia y epistemólo­ga, de nacionalid­ad belga.
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Isabelle Stengers
FCE
208 pags.
$3.100
Reactivar el sentido común Isabelle Stengers FCE 208 pags. $3.100

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