Atlas disidentes
La feria Frieze NY le dedicó un espacio solista y el Centro Pompidou le comisionó un mural. Fue finalista del concurso para la Bienal de Venecia y acaba de ganar un Konex de Platino. La invitamos a ilustrar nuestra portada.
Un hombre musculoso con cabeza de perro, sirenas carentes de belleza y un gatopez son algunas de las criaturas híbridas de Bestiario de Indias, el proyecto más reciente de Adriana Bustos que debutó en Frieze New York, en realidad, en la sala de visualización de la feria online. Estos dibujos son su interpretación, casi enciclopédica y bastante irónica, de las descripciones de las alimañas con que se cruzaban los viajeros adelantados y que plasmaban en sus crónicas del encuentro del viejo con el Nuevo Mundo. “Hay un clima muy medieval en esta pandemia, en que la respuesta sea el encierro, una operación bastante primitiva”, reflexiona la artista.
Se suman piezas de Burning Books, proyecto que desarrolla desde 2017: reproducciones en acuarela de las tapas de textos prohibidos en distintos períodos históricos y políticos del mundo occidental. La censura que comenzó con el Index Librorum Prohibitorum en la Inquisición, para seguir con las listas de la iglesia y las de la dictadura argentina. “Es increíble la cantidad de libros que se prohibieron y los distintos modos de censura, como los libros que no llegan a las bibliotecas”, comenta Bustos, que recuerda la quema de historietas en 1848 en EEUU como una subjetivación de la censura: los lectores salieron a quemar sus propios cómics después de que un sociólogo dijera que su lectura producía criminales y homosexuales.
La artista seleccionó para Nueva York algunos libros con títulos en inglés y otros de temáticas eróticas, increíblemente todavía hoy censuradas. Una de estas “bibliotecas”, como las llama — obras que muestran además los vínculos entre la cultura escrita y las artes plásticas—, fue adquirida en 2017 por el Museo Reina Sofía de Madrid.
Se agregan trabajos que hacen de esta exhibición una panorámica: dos mapas de un relevamiento histórico-turístico en las costas cubana y de Miami, atravesados por datos coloniales y multinacionales. En un mismo registro de lápiz de grafito se remixan logotipos, retratos de notables con avisos publicitarios y alusiones al mundo del progreso con otras que remiten a un universo natural, a los pueblos originarios y a lo femenino. También, el díptico de Antropología de la mula que realizó con mujeres en cárceles de Córdoba. Parte de las ventas de esas obras irá para apoyar económicamente a víctimas del Covid-19.
Bustos participa en Frieze en la sección Diálogos, un espacio para el encuentro entre artistas latinoamericanos y de origen latino nacidos en EEUU, y que busca rebatir algunas ideas preconcebidas, como que los latinos no tienen espacio en el mercado estadounidense, o que el arte latinoamericano fue absorbido por el mainstream.
Según el brasileño Rodrigo Moura, curador jefe de El Museo del Barrio neoyorquino y co-curador de esta sección, junto a parte del staff de ese museo, ella “crea visiones complejas, disidentes y multifacéticas del mundo”.