Revista Ñ

“CANTO ASÍ PORQUE SOY COMUNISTA”

Mercedes Sosa, en diálogo. Aseguraba que el motor de su voz era su ideología y las lágrimas en el exilio. Ejemplar único de su especie, murió en 2009.

- POR DIEGO MANSO PUBLICADO EL 27 DE MAYO DE 2006

Esa mujer absorta en la plantas de su balcón pareciera añorar un pedazo d tierra húmeda donde hundir los pies. Da la impresión de que así se pasaría las horas, detenida la mirada en un punto distante, re pitiendo un verso traído de otras épocas, una letanía capaz de detener el mundo en un único murmullo. Sin embargo, más allá del balcón, el tránsito de la 9 de Julio se extiende en bocinazos y provee de la realidad una noción exagerada. “Adoro las flo res”, dice ella de pronto. “Ese jardincito es una belleza. Pero acá adentro no sé qué pasa, no se pueden poner flores”. Y se aflige, sí. Esa manía de las cosas bellas por ahorrarse cualquier posibilida­d de prórroga, tal vez medite ahora, después de pasar un largo período retirada a causa de una salud remisa a los ajetreos de la vida de artista.

Mercedes Sosa nació en Tucumán quince días después de que Carlos Gardel ardiera en Medellín. Acaso fue una misteriosa ley de compensaci­ones que resarció al canto popular argentino de tamaña pérdida. Pero lo cierto es que si Gardel representa unánimemen­te el mito de la excelencia, la figura de Mercedes aún admite detraccion­es. Con todo, pocos intérprete­s en el mundo consiguier­on tanta aprobación de la crítica más rigurosa. Sólo Ell Fitzgerald, Nina Simone, Amáli Rodrigues, Edith Piaf o Elis Regina le son comparable­s. Cada una de ellas convirtió en expresión heroica el pulso de su pueblo. Se diría que nadie como Mercede Sosa pronunció antes la palabra rebelión. Su voz es la matriz que provoca el nacimiento de las co sas: las corporiza y las inscribe en la distancia.

Hundida en un enorme sillón de tres cuerpos (el único que le sienta bien a sus vértebras encorsetad­as), esa mujer que mira las plantas del balcón parece tener una cuenta pendiente con el pasado. Lo conjura como quien arría una pena. Muy pronto los ojos se le humedecen. Parece ser alguien que espera.

–¿Cómo fue el origen del movimiento Nuevo Cancionero?

–Un día con Matus nos pusimos a escribirle una carta a Armando Tejada Gómez donde hablábamos de que era necesario crear un movimiento literario-musical para dejar de robarle a la gente del pueblo su tesoro. Era necesario crear de allí en más una canción que partiera de lo tradiciona­l. Yo le escribí a Tejada Gómez, porque Matus era un hombre que prácticame­nte no sabía escribir. Era inteligent­e, pero fue criado en un orfelinato...Eramos cinco en el movimiento: también estaban Tito Francia y Chalo Cedero. Todos mendocinos menos yo.

–Entonces su primer disco salió bajo esa ala...

–El primer disco mío salió por RCA Víctor y la mayoría de las canciones eran de Matus y Tejada Gómez. Después grabé Canciones con fundamento. La tapa tenía una foto muy hermosa que me hicieron en Uruguay, yo era muy delgadita además. En Uruguay estuvimos viviendo casi un año, hasta que volvimos por las hijas de Matus, que me las entregaron a mí por ser esposa. Estaban en el orfelinato de unas monjitas en Mendoza.

–¿Y vivieron con usted?

–Siempre, hasta que me separé de Matus. Bueno, Matus me dejó a mí. Parte de la culpa de esa separación ha sido por las chicas. Eran conflictiv­as, nunca me considerar­on su madre. Al salir del orfelinato, eran como animalitos. No sabían lo que era el Sprite, se reían porque veían subir las burbujitas. Yo les hice vestidos; les compré medias, zapatos, bombachita­s...

–Entonces Canciones... es el segundo disco que graba, no el primero como muchos creen.

–Claro. Yo era dueña de ese disco, porque se trató de una producción independie­nte. Lo que pasa es que después Matus se hizo dueño de los derechos. Yo se los regalé en una pasada por París, donde él estaba viviendo. Ahí le tuve que dar cien dólares para que haga la separación legal ante la embajada, porque sino no podía sacar a mi hijo del país. De otra manera tenía que recurrir siempre a él, que nunca se sabía por dónde andaba.

–¿Cuándo sale por primera vez del país para cantar?

–En 1968 Ariel Ramírez se va para Holanda con Los Fronterizo­s y Jaime Torres a hacer la Misa Criolla. Y me lleva a mí con Chito Zeballos y Luis Amaya, que formábamos trío. Pasamos por Baden-Baden, un lugar paradisíac­o al que no volví nunca más... En esa gira hicimos Alemania, Suiza y Bruselas. En ese tiempo yo era una artista desconocid­a... Pero los estudiante­s de Bonn empezaron a escribirse cartas entre sí recomendán­dome. Así que cuando llegué a Bruselas todos los estudiante­s me estaban esperando. No sé qué vieron en mí.

–¿Y qué le parece que habrán visto entonces?

–Yo creo que vieron una artista. Mi presentaci­ón era seria. Tanto que me compararon con esa cantante que murió por drogas, ¿se acuerda?

–¿Billie Holliday?

–Dijeron eso ellos.

–¿Ya estaba cerca del PC en ese momento?

–Siempre fui del PC.

–¿Aun antes de cantar profesiona­lmente?

–No, yo era peronista. Mi papá era peronista, mi mamá era peronista y yo también: porque Perón nos dio la casa por medio del gobernador de Tucumán. La pagamos nosotros, pero no hubiésemos podido de otra forma.

–¿Y por qué se hizo comunista?

–Porque empecé a leer. Era un libro de los comunistas, que alguien me dejó, acerca de un jovencito que se llamaba Volodia o algo así. Me gustó y ahí me hice del PC. Pero yo era una comunista muy extraña, nunca he ido a las reuniones del partido, por ejemplo. Es un sentimient­o el mío. Y una convicción acerca de cómo se puede solucionar el problema de la pobreza.

–¿A qué cantantes admiró?

–Admiro con locura a Ella Fitzgerald. Yo la conocí acá porque Pocho, antes de ser representa­nte mío, era jazzman, tocaba la trompeta. Él me llevó a conocer a Oscar Peterson y a Ella Fizgerald. Ahí comenzó toda una etapa de mi vida: mi fascinació­n por el jazz. Y con la Filarmónic­a de Moscú haciendo los Cuartetos, de Mussorgsky me enamoré de la música clásica.

–Fue como una revelación...

–Absolutame­nte. Nadie le debe exigir a un ser humano que ame las cosas. Aquellos que tengan sensibilid­ad van a amarlas por sí mismos. Yo amé la música clásica a partir de ese momento. Y después la música de Brasil.

–¿Se acuerda mucho de Elis Regina que grabó dos canciones en su homenaje?

–Ella grabó “Los hermanos” y “Gracias a la vida”, sí. Yo la amaba. Cuando grabé O cio da terra con Milton Nascimento y Chico Buarque de Hollanda ella me habló desde San Pablo. Me dijo: “vamos a grabar un disco juntas, vos en portugués y yo en castellano”. Y nunca pudimos hacerlo. Ella murió después...

Pero, ¿por qué Mercedes Sosa canta como canta? Ella piensa un instante. Se emociona. De pronto no puede retener las lágrimas. “Porque soy comunista, por eso”, responde. Y luego solloza largamente. Extiende los brazos y se abraza al cronista. “Nunca había pensado en eso, te lo juro. Me salió espontánea­mente. ”, dice entre hipos. “Recién ahora me doy cuenta. Si yo hubiera pensado de otra manera no habría cantado así. Nadie que no crea en lo que yo creo puede cantar así. Nadie que no haya llorado la patria como yo puede cantar así. Yo he pasado muy sola el exilio. Y eso es imborrable.”

 ?? EFE / KERIM OKTEN ?? “La Negra” Sosa nació en Tucumán quince días después de que Carlos Gardel se estrellara en Medellín. Acaso una misteriosa ley resarció al canto popular argentino de la pérdida. Por su tiempo histórico y vital, Sosa expresó a generacion­es enteras en América Latina.
EFE / KERIM OKTEN “La Negra” Sosa nació en Tucumán quince días después de que Carlos Gardel se estrellara en Medellín. Acaso una misteriosa ley resarció al canto popular argentino de la pérdida. Por su tiempo histórico y vital, Sosa expresó a generacion­es enteras en América Latina.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina