Milongueros 2.4
Renovaciones. Cuando el tango electrónico creció como un universo en expansión, estalló el debate sobre su calidad artística. Los argumentos.
Hace dos años la única referencia de tango electrónico en Argentina era Bajofondo Tango Club. En 2002, Gustavo Santaolalla y el uruguayo Juan Campodónico editaron lo que comenzó como un proyecto discográfico y hoy es una banda que llena teatros y acaba de conseguir un disco de platino por sus ventas en el país. Con esa formación y esa propuesta conquistaron el Premio Gardel y el Gramny Latino. Y están nominados en Londres a los BBC Radio Awards. Este proyecto comenzará a editar –de hecho ya lo hizo con el disco del uruguayo Luciano Supervielle, Supervielle- las propuestas de algunos de sus integrantes.
Por cierto, hay cada vez más músicos. Y esto no es soplar y hacer botellas. Es decir, no se trata de programar unas secuencias y unos loops de batería electrónicos, agregarle unos acordes menores y un bandoneón tocando arriba para anunciar que se trata de tango electrónico. No se trata sólo de condimentar con algunos samples de voces queridas, como la de Edmundo Rivero o Goyeneche, o de hacer versiones dance de Piazzolla. Y esta especie de pegatina es lo que ofusca a los oídos exigentes.
La pelea no pareciera generacional. Aún entre los tangueros jóvenes hay opositores. Es el caso de Stella Diaz, pianista de Las del Abasto, banda de tango tradicional formada por un sexteto de chicas. Dice: “No me gusta que me mientan. Si me venden la del tango electrónico, quiero escuchar eso: tango con un toque de electrónica. Pero la mayoría son una sucesión de tunga tunga con cuatro sonidos de bandoneón”.
En cambio, Raúl Lavié, que participa en el disco Astornautas –de Ultratango donde tocan sus dos hijos Gastón y Leo Satragno– dice: “El tango no se puede estancar. Hay muchos chicos jóvenes que repiten fórmulas y creo que esa es una equivocación porque los creadores lo hicieron antes y mejor. Los jóvenes deben manifestarse”. Leo sostiene: “Hacemos temas de Piazzola respetando la partitura. Y cuidamos que no falte el tango cuando componemos. Por eso creo que el público es tan variado. Nos vienen a escuchar padres e hijos. Yo siento que lo que hacemos es la música que representa a la ciudad de hoy”.