Melodrama sobre la amistad
La vida extraordinaria. En una de sus piezas más aplaudidas, Mariano Tenconi Blanco aborda a dos mujeres que, a través de la literatura, alteran su realidad.
Una obra que incluye el origen del universo y el fin del mundo. Dos mujeres con vidas previsibles, pero que encuentran en la literatura la posibilidad de cambiar su realidad. La vida extraordinaria es el nuevo espectáculo escrito y dirigido por Mariano Tenconi Blanco, que se estrenó en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes.
El director sostiene que el teatro que le gusta ver y hacer debe combinar dos factores: preciosismo literario y actuaciones intensas y amplias de recursos, que hagan explotar la obra en mil pedazos. La vida extraordinaria es un buen ejemplo de esta fórmula. El texto es una profunda investigación por parte del autor de los géneros que puede abarcar el teatro: en la misma pieza conviven relatos, cartas, diarios, poesías y diálogos, que tensan los límites entre literatura y texto dramático. Además, hay permanentes intertextos con los grandes escritores argentinos.
En citas directas o referencias más sutiles aparecen Borges, Pizarnik, Arlt, Storni y Piglia, entre otros. Además, las dos protagonistas de esta historia son las amigas Aurora Cruz y Blanca Fierro, un homenaje a la amistad fundacional de la literatura argentina entre Cruz y Fierro, que selló José Hernández.
Pero la propuesta no descansa sólo en el trabajo sobre el texto. La vida extraordinaria cuenta con las actuaciones de Valeria Lois y Lorena Vega, dos intérpretes que llevan al extremo cada situación que exige la obra: reírse de ellas mismas y de las contradicciones de su deseo, afrontar la muerte, atravesar el desamor, hundirse en el vacío. Todo, lo interpretan con la emocionalidad contenida, siempre a punto de explotar y con una gran conexión con el público.
La vida extraordinaria tiene, además, desde su estética, una íntima relación con el cine clásico, y se apoya en proyecciones en blanco y negro con primeros planos de las actrices, música en vivo que intensifica y contribuye a la creación de este universo y uno de los trabajos más sutiles y creativos de Matías Sendón en la iluminación, que llena de colores la puesta, para enmarcar estados anímicos, paisajes del frío y hasta el devenir del relato fantástico, que también forma pate de la obra.
La hipótesis que sostiene todo el relato de esta obra es que la ficción puede transformar cualquier vida. Dice su autor: “Eso es algo que comparto desde lo profundo de mi corazón. En eso soy Aurora y soy Blanca. La literatura es la posibilidad de construir un mundo otro”..